En marzo, cuando la emergencia del coronavirus llegó a Chile, la periodista Mariela
Sotomayor estaba en una profunda crisis personal. Se había separado el último día
de febrero de su marido y su empresa de comunicaciones, que atendía a clínicas
estéticas y a compañías de turismo, se fue a pique. "Estaba sin trabajo y sin marido,
en esta casa grande en el Cajón del Maipo a la que nos vinimos en diciembre, con
dos niños de 8 y 4 años, con inquietud ante lo que podía suceder y lejos de mi
familia", cuenta la ex panelista de "Primer plano".
Pese a que la enfermedad ha causado problemas en muchas relaciones, Sotomayor se convirtió en una posibilidad para volver con su pareja. "En circunstancias pensamos en nuestros hijos, en nuestra historia, en lo disfrutamos juntos y así el coronavirus nos ayudó a unirnos", comenta.
La reportera dice que fue un proceso pausado. La segunda quincena de marzo, tras el fin del matrimonio de 6 años, ella se vio con muchas responsabilidades en casa. "Estaba convertida en una maniática de la limpieza y como no habíamos alcanzado a poner el cable, no veía matinales. En cambio, con los niños veíamos a Peppa Pig " relata. Las noches se le hacían largas, con miedo ante la enfermedad y los cambios familiares.
"Con Felipe (su pareja) no terminamos mal, solo que entonces ya no nos soportábamos porque tenemos carácter fuerte. Sentía que la convivencia era insostenible, que él tenía un espíritu más de niño y yo soy más vieja chica. Discutíamos por temas pequeños, sin sentido, porque no éramos capaces de transar", menciona. Un ejemplo pequeño de estas diferencias: a su marido le encanta ver en la tele la lucha libre y a ella le carga.
"Yo confiaba que pese a todo, mi marido estaría conectado con nosotros, que podría venir a vernos aunque se hubiese ido a Chillán con su mamá. Pero un día a fines de marzo escuché que iban a decretar cordón sanitario en esa ciudad y lo llamé", relata la periodista.
-¿Qué le dijo, Mariela?
-Le propuse que volviera, como amigo, para ayudarme en este periodo. Yo no podía ni salir a comprar: no podía dejar a los niños solos y tampoco podía llevarlos. Necesitaba todo el apoyo logístico.
-¿Y qué pasó?
-Se vino justo el último día antes de que pusieran el cordón sanitario. Ni te cuento como estaban de felices los niños. Corrían, saltaban, abrazaban al papá aunque él les había dicho que primero tenía que bañarse porque venía de una zona con muchos contagios. Yo empecé a sentir algo especial, no sé, como que esa era nuestra familia.
-¿Cómo volvieron a estar juntos?
-Yo veía que los niños estaban tan contentos. Pero no volvimos al tiro, al principio estábamos como amigos. Un día le dije que hiciéramos un asado, como antes, otro día nos tomamos unas copitas, conversamos mucho, porque nosotros siempre fuimos súper amigos. Y un día empezamos a pinchar y recién hace un mes nos planteamos volver en serio. Gracias a estas tristes circunstancias nos dimos cuenta que somos una familia y que lo más importante de todo es que nos queremos mucho. La cuarentena nos devolvió nuestro matrimonio.
Las buenas noticias para Sotomayor continúan. El sábado debutará con el programa "Juntos por un día", dedicado a los adultos mayores, en el canal TV+.
"Actualmente los medios repiten que las personas mayores son el grupo de riesgo y eso aumenta su estrés. Me parece que este es el momento para distraerlos con un programa entretenido en que hablamos de salud y pedimos al público que mande videos. También nos dirigimos a la gente que los cuida, para que sepan cómo relacionarse con ellos", dice. Su marido, ingeniero en construcción, está dedicado a vender insumos de salud.
"Felipe es una persona muy querible, muy buen papá. Creo que estamos viviendo la mejor época de nuestra relación. Sabemos lo que podemos perder si cometemos los mismos errores. Creo que todos debemos aprender a ser flexibles y quedarnos con lo mejor de la persona que queremos", reflexiona.
Pese a que la enfermedad ha causado problemas en muchas relaciones, Sotomayor se convirtió en una posibilidad para volver con su pareja. "En circunstancias pensamos en nuestros hijos, en nuestra historia, en lo disfrutamos juntos y así el coronavirus nos ayudó a unirnos", comenta.
La reportera dice que fue un proceso pausado. La segunda quincena de marzo, tras el fin del matrimonio de 6 años, ella se vio con muchas responsabilidades en casa. "Estaba convertida en una maniática de la limpieza y como no habíamos alcanzado a poner el cable, no veía matinales. En cambio, con los niños veíamos a Peppa Pig " relata. Las noches se le hacían largas, con miedo ante la enfermedad y los cambios familiares.
"Con Felipe (su pareja) no terminamos mal, solo que entonces ya no nos soportábamos porque tenemos carácter fuerte. Sentía que la convivencia era insostenible, que él tenía un espíritu más de niño y yo soy más vieja chica. Discutíamos por temas pequeños, sin sentido, porque no éramos capaces de transar", menciona. Un ejemplo pequeño de estas diferencias: a su marido le encanta ver en la tele la lucha libre y a ella le carga.
"Yo confiaba que pese a todo, mi marido estaría conectado con nosotros, que podría venir a vernos aunque se hubiese ido a Chillán con su mamá. Pero un día a fines de marzo escuché que iban a decretar cordón sanitario en esa ciudad y lo llamé", relata la periodista.
-¿Qué le dijo, Mariela?
-Le propuse que volviera, como amigo, para ayudarme en este periodo. Yo no podía ni salir a comprar: no podía dejar a los niños solos y tampoco podía llevarlos. Necesitaba todo el apoyo logístico.
-¿Y qué pasó?
-Se vino justo el último día antes de que pusieran el cordón sanitario. Ni te cuento como estaban de felices los niños. Corrían, saltaban, abrazaban al papá aunque él les había dicho que primero tenía que bañarse porque venía de una zona con muchos contagios. Yo empecé a sentir algo especial, no sé, como que esa era nuestra familia.
-¿Cómo volvieron a estar juntos?
-Yo veía que los niños estaban tan contentos. Pero no volvimos al tiro, al principio estábamos como amigos. Un día le dije que hiciéramos un asado, como antes, otro día nos tomamos unas copitas, conversamos mucho, porque nosotros siempre fuimos súper amigos. Y un día empezamos a pinchar y recién hace un mes nos planteamos volver en serio. Gracias a estas tristes circunstancias nos dimos cuenta que somos una familia y que lo más importante de todo es que nos queremos mucho. La cuarentena nos devolvió nuestro matrimonio.
Las buenas noticias para Sotomayor continúan. El sábado debutará con el programa "Juntos por un día", dedicado a los adultos mayores, en el canal TV+.
"Actualmente los medios repiten que las personas mayores son el grupo de riesgo y eso aumenta su estrés. Me parece que este es el momento para distraerlos con un programa entretenido en que hablamos de salud y pedimos al público que mande videos. También nos dirigimos a la gente que los cuida, para que sepan cómo relacionarse con ellos", dice. Su marido, ingeniero en construcción, está dedicado a vender insumos de salud.
"Felipe es una persona muy querible, muy buen papá. Creo que estamos viviendo la mejor época de nuestra relación. Sabemos lo que podemos perder si cometemos los mismos errores. Creo que todos debemos aprender a ser flexibles y quedarnos con lo mejor de la persona que queremos", reflexiona.
1 comentarios:
Maravilloso Mariela : Te felicito. Que Dios bendiga a tu familia y a tu guaguita. No haga caso de malos comentarios. No valen la pena.las
personas que hacen malos comentarios lo hacen por molestar y son felices
cuando lo logran.