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Si su olla se pone negra es hora de revisar la cocina
Considerada como el corazón del hogar para algunas personas, la cocina tiene varios elementos que obligan a los moradores a tener cuidado en su mantenimiento. Entre el microondas, el refrigerador y todo el sistema de agua del lavaplatos, cualquier incidente medianamente grave puede dejar ciertas secuelas.

Pero de todos, el más peligroso es el gas de la cocina. Y es que como explica Marta Puelma, gerente general de Ecogas, empresa certificadora de instalaciones de gas, "en el día a día se producen pequeñas emisiones que el usuario no nota, pues no tiene patrones de comparación para ver si está bien o no. Entonces usa la cocina. Y cuando una llama no funciona bien, si eso está combinado con un recinto sin ventilación, se genera un riesgo potencial", detalla.

¿Cómo saberlo? Mire la olla o sartén. Si está negra en el fondo, con hollín, su cocina tiene problemas.

¿Cuándo funciona bien?

"A la cocina de la casa entra el gas hasta los inyectores, que son unas piezas como de bronce con agujeritos muy chiquititos. Esos inyectores dan paso al gas bajo cierta presión. Ese gas arrastra el aire y se genera esta mezcla de aire y combustible que, cuando entra en contacto con el fósforo o la chispa, se enciende", explica Augusto Orellana, relator de cursos de instalaciones de gas de Inacap.

Eso ocurre cuando todo está correcto. Distinto es el caso cuando los inyectores se encuentran gastados o han tenido alguna falla. Acá cambia la cosa, o específicamente, cambia el color de la llama.

"El color azul en la llama nos indica que el gas que sale por el quemador se mezcla con la cantidad necesaria de oxígeno contenido en el aire, para obtener una combustión completa, produciendo calor", explica Alejandro Lemus, jefe de la división de combustibles de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).

¿Y si la llama está amarilla? "Eso significa que la mezcla gas-oxígeno no es la adecuada, pues existe una combustión incompleta, lo que se puede deber a falta de limpieza o mantención de la cocina", agrega Lemus.

¿Y cuando se pone negra la olla? Explica Orellana, de Inacap: "Cuando la llama es azul, produce al ambiente vapor de agua y dióxido de carbono. Pero cuando la mezcla tiene mucho o poco aire y la llama sale amarilla, es porque está quemando otras cosas, emitiendo además de vapor de agua y dióxido de carbono, monóxido de carbono y hollín, que es el que coloca negros los utensilios", dice el también profesor de gasfitería e instalaciones de gas del Instituto Infocap.

¿Qué hacer?

"Los problemas de la llama, sean la combustión o la intermitencia de la misma, ocurren cuando los inyectores están desgastados o no tienen el diámetro necesario para gas licuado o gas natural. Y si bien se van desgastando de manera imperceptible, ese desgaste hace que la llama vaya variando en el tiempo", asegura Orellana.

En ese sentido, la única solución es llamar a un especialista para que revise el artefacto. Ojo, esto no es un gásfiter cualquiera. "Ese es un error que cometemos mucho en Chile, ya que uno llama a un gásfiter que no siempre está capacitado para trabajar con instalaciones de gas. Debe ser uno certificado por la SEC. La gasfitería trata el agua y alcantarillado" agrega Orellana.

Esta recomendación es obviamente respaldada por la entidad. "Si su cocina presenta una llama que no es azul, por favor contacte a un instalador de gas autorizado por SEC para que la revise, y así ni usted ni su familia se expondrán a riesgos por un artefacto en malas condiciones", asegura Alejandro Lemus.

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