El 13 de mayo, Ketterer había ingresado a la UCI de la clínica con una severa neumonía por Covid-19. Sería dado de alta recién el viernes 17 de julio. Entremedio, pasó 11 días conectado a un ventilador mecánico, en estado crítico.
"Cuando salí de la clínica, les prometí que regresaría con una sorpresa. Busqué rosas para regalarles, pero no encontré en ningún lado. Milagrosamente con mis hijos pillamos a un señor que vendía cactus y el regalo cobró sentido: la planta les va a perdurar mucho tiempo y podrán recordar siempre a este loco que les agradeció de corazón por todos sus cuidados", cuenta.
-¿Qué simboliza el cactus, Francisco?
-Un aplauso ayuda, pero si les das algo tangible es totalmente distinto, porque lo pueden sentir. El cactus tiene un significado: es una planta noble, sencilla, que vive con poco. Ahora que todos queremos ser ricos, el cactus es lo contrario: vive con poca agua, es una planta sobreviviente y es agradecida. Ojalá les dure por mucho tiempo. Cuando me dieron el alta les dije que iba a volveL Incluso me entregaron un diploma por ser un buen paciente. Me dieron una lluvia torrencial de amor.
24 kilos menos
El empresario dice que recuerda solo chispazos de sus dos meses hospitalizado: el insoportable sonido de las máquinas que no lo dejaban dormir, la incomodidad del respirador y un sueño recurrente: las conversaciones con un fraile que le pedía buscar "la madera de Cristo". Ketterer entró a la clínica pesando 119 kilos y salió de ella en julio con 24 kilos menos."Los médicos le dijeron a mi familia que se prepararan para lo peor, porque posiblemente no pasaba la noche. Mis cuñados estaban cotizando el servicio fúnebre. De pronto apareció el milagro y desperté. Sabía que estaba intubado. Llegaron un montón de doctores a mirarme. Intenté hablar, pero no pude. Les pedí una pizarra para escribir y nos entendimos a través de la escritura", relata.
Hoy Ketterer está haciendo teleterapia para recuperar masa muscular: a diario camina 10 minutos en una trotadora y sube las escaleras. La rehabilitación durará dos meses antes de retomar su vida normal.
El emprendedor agrega que la enfermedad le enseñó a no desperdiciar más el tiempo. Su próxima meta es levantar una fundación para enseñar oficios a 50 niños vulnerables. "Les agradezco de todo corazón a los funcionarios de la Clínica Alemana porque nunca bajaron los brazos. Ellos lucharon hasta el final y me dieron una segunda oportunidad. Ahora tengo tiempo para seguir criando a mis cinco hijos. Para mí son los héroes de verdad, porque luchan contra la muerte y contra algo tan traicionero como el virus", dice.