-->

Escribe y presiona enter

On
Soldado de la guerra de Vietnam recibió una bala en su reloj en 1968 y 52 años después se lo repararon
Un tiro proveniente desde un fusil automático AK-47, disparado por un vietnamita en 1968, dio de lleno en el reloj que portaba en su muñeca el primer teniente Barry Jones mientras combatía en la Guerra de Vietnam. Después de medio siglo, ese Tudor Submariner que resultó muy dañado ha unido a Jones y al enfermero Lorrie McLaughlin que se lo retiró de la muñeca, después del impacto.

Hodinkee, sitio web especializado en relojes, cuenta en un par de emotivos videos cómo los dos veteranos de guerra se reencontraron, la historia del reloj y su reparación.

Según Jones, un año antes del incidente, en 1967, necesitaba un reloj de buceo y encontró su Tudor "en una relojería en Key West, Florida, EE.UU." Meses después ya estaba en Vietnam, precisamente en Da Nang. "Me dispararon tres veces y una de las balas golpeó mi reloj", dice Jones, que pertenecía al cuerpo de Marines.

"Cuando lo rescatamos", recuerda McLaughlin, "le quitamos el reloj para sacar la bala y curar la herida. Luego le pregunté: ¿qué quiere hacer con el reloj? Y el respondió iQuédatelo, doctor!".

El reloj roto permaneció en poder de McLaughlin hasta que 50 años después, en 201 8, buscó a su legítimo dueño consultando en un boletín dedicado a los veteranos de Vietnam y a través de llamadas telefónicas. La intención de reparar el reloj cruzó desde Estados Unidos a Europa.

Se enderezó muy lento

Christophe Chevalier de Tudor Watch (en Suiza, Tudor Watch es una marca que pertenece a Rolex aunque el valor de sus modelos es un poco más barato), comenta que el reloj de Barry "estaba altamente dañado" y requería de una enorme restauración y atención de relojeros especializados que usaron técnica de la vieja escuela para recuperar el reloj.

Relata que, a raíz del impacto, las manecillas del reloj estaban fusionadas y que el primer desafío fue removerlas y enderezarlas sin dañarlas. Detalla que la carcasa estaba fundida, ya no era redonda, y se enderezó lentamente hasta el punto donde las tolerancias podían aceptar el movimiento. Además, tampoco se trabajó con calor porque cambia el color del metal. Se restauraron las piezas originales y no se usaron repuestos.

"Es una emoción diferente estar vinculado a un proyecto cuando sabes la historia de un reloj que tienes en tus manos", comenta Chevalier al momento de entregarle una pequeña caja con el reloj reensamblado y funcionando correctamente tal como estaba en 1967.

Barry califica lo que le hicieron a su reloj "como una cirugía cerebral".

"Estoy realmente feliz de que vuelva a tu muñeca. Espero que lo uses un montón", sugirió Chevalier.

"Lo haré, lo haré", respondió Barry, conmovido.

En tanto Lorrie comenta estar feliz con la cicatriz que tiene el Tudor Submariner de Barry en el punto donde fue alcanzado por la bala.

Precisión de relojero

"Un reloj mecánico tiene infinidad de piezas y es lo más difícil en una restauración completa porque hay piezas que ya no están en el mercado", precisa el maestro relojero Esteban Altamirano con experiencia en relojería suiza fina.

"Rolex, por ejemplo, tiene el privilegio de restaurar relojes que son reliquias históricas. Cuenta con una sección con especialistas para recuperarlos", acota Altamirano que se desempeñó en el servicio técnico de la mencionada marca. Estima que un reloj como el de Barry tiene, en promedio, "unas 1 60 piezas y hay que trabajarlas con mucha precisión para que el reloj vuelva a la vida. Es como si uno fuera un neurocirujano tratando finas venas en el cerebro", resalta Altamirano que trabajo en relojerías de la Quinta Avenida de Nueva York.

Click para comentar