El seleccionado chileno de vóleibol aún espera que le llegue el permiso sanitario
para volver a trabajar en equipo, aunque sus jugadores siguen entrenando full time.
Su capitán, Dusan Bonacic, invirtió en máquinas de pesas y ejercicios para mantener
el nivel competitivo para cuando se vuelvan a reunir. Entre sus desafíos personales
está mantener y mejorar el salto cada vez que llega a la red para bloquear o atacar.
"Estoy en los 3,41 metros porque en el vóleibol hay que medir el salto constantemente y lo estoy entrenando como se pueda. Aún no nos autorizan a entrenar en un gimnasio, hace meses que no lo hacemos y hay que tener paciencia. Tuve que invertir en muchos materiales para poder entrenar en mi casa y también darle espacio a la creatividad para mejorar cada aspecto de este deporte. Entreno de lunes a viernes, cada fin de semana se descansa y con la selección lo hacemos a través de Zoom. El año pasado tenia 3,43 metros y ahora estoy lejos, pero la idea es entrenar el salto para llegar a esa marca y seguir mejorando", cuenta.
Bonacic explica cómo ejercita el impulso de piernas, en un deporte donde se puede llegar a promediar un salto vertical hasta cubrir 3,7 metros con los brazos estirados. "Como no entrenamos hace meses mi marca actual está por debajo y mientras más alto llegue mi alcance, más alto podré pegarle a la pelota en un ataque. En estos momentos soy un pez fuera del agua. Lo hago en el patio delantero de mi casa que debe tener unos 10 metros por 2,5 metros y calculo que la carrera de ataque son 3 pasos, entonces serán unos 3 metros de recorrido. Hago entre 15 a 20 saltos diarios. Son ejercicios derivados del levantamiento olímpico, musculación, entrenamientos intermitentes. Todo eso nos ayuda para estar fuertes, flexibles y saltones. Mido 1,96 metros, peso 94 kilos y como equipo nos preparamos para que no sufran las articulaciones con muchos ejercicios, junto al kinesiólogo de la selección Esteban Jury", agrega.
El punta, capitán de la Roja, estaba jugando en Gigantes del Sur de Neuquén, en la liga argentina, pero el torneo se paralizó en las fases finales por la pandemia y esperó un mes tratando de retornar a Chile. Buscó diversas fórmulas y finalmente tuvo que ingeniarse una travesía para cruzar la frontera a la altura de Temuco. En el club trasandino se despreocuparon de su situación y finalmente debió volver. No está en su horizonte fichar por algún equipo argentino ni menos retornar a su ex club.
"No está en los planes volver a Argentina. Aún me deben sueldos que no me ha pagado el club, este año ningún equipo pagará en dólares y recibir pesos argentinos es una pesadilla. Más encima, apenas comenzó la pandemia del Covid el club no se preocupó de cómo estaba, ni menos de ayudarme a volver a mi casa en Chile. Igual soy optimista y una buena oferta llegará cuando se reanuden las competencias. Mi ojo está puesto en Europa"
Bonacic cuenta que en el corto plazo el anhelo más grande es volver a entrenar con la Selección chilena. Han conversado con el Ministerio del Deporte, pero aún no hay una fecha estipulada.
"Lo que más quiero es que podamos volver a entrenar con la Selección, tocar la pelota y comenzar el largo trabajo para clasificar al Mundial 2021 de la especialidad. Aún no tenemos noticias de cuándo volveremos y al ser un deporte en gimnasio cerrado, con muchos jugadores, somos los últimos en la lista. Es difícil que nos contagiemos jugando vóleibol, somos profesionales y vivimos de esto", agrega.
"Estoy en los 3,41 metros porque en el vóleibol hay que medir el salto constantemente y lo estoy entrenando como se pueda. Aún no nos autorizan a entrenar en un gimnasio, hace meses que no lo hacemos y hay que tener paciencia. Tuve que invertir en muchos materiales para poder entrenar en mi casa y también darle espacio a la creatividad para mejorar cada aspecto de este deporte. Entreno de lunes a viernes, cada fin de semana se descansa y con la selección lo hacemos a través de Zoom. El año pasado tenia 3,43 metros y ahora estoy lejos, pero la idea es entrenar el salto para llegar a esa marca y seguir mejorando", cuenta.
Bonacic explica cómo ejercita el impulso de piernas, en un deporte donde se puede llegar a promediar un salto vertical hasta cubrir 3,7 metros con los brazos estirados. "Como no entrenamos hace meses mi marca actual está por debajo y mientras más alto llegue mi alcance, más alto podré pegarle a la pelota en un ataque. En estos momentos soy un pez fuera del agua. Lo hago en el patio delantero de mi casa que debe tener unos 10 metros por 2,5 metros y calculo que la carrera de ataque son 3 pasos, entonces serán unos 3 metros de recorrido. Hago entre 15 a 20 saltos diarios. Son ejercicios derivados del levantamiento olímpico, musculación, entrenamientos intermitentes. Todo eso nos ayuda para estar fuertes, flexibles y saltones. Mido 1,96 metros, peso 94 kilos y como equipo nos preparamos para que no sufran las articulaciones con muchos ejercicios, junto al kinesiólogo de la selección Esteban Jury", agrega.
El punta, capitán de la Roja, estaba jugando en Gigantes del Sur de Neuquén, en la liga argentina, pero el torneo se paralizó en las fases finales por la pandemia y esperó un mes tratando de retornar a Chile. Buscó diversas fórmulas y finalmente tuvo que ingeniarse una travesía para cruzar la frontera a la altura de Temuco. En el club trasandino se despreocuparon de su situación y finalmente debió volver. No está en su horizonte fichar por algún equipo argentino ni menos retornar a su ex club.
"No está en los planes volver a Argentina. Aún me deben sueldos que no me ha pagado el club, este año ningún equipo pagará en dólares y recibir pesos argentinos es una pesadilla. Más encima, apenas comenzó la pandemia del Covid el club no se preocupó de cómo estaba, ni menos de ayudarme a volver a mi casa en Chile. Igual soy optimista y una buena oferta llegará cuando se reanuden las competencias. Mi ojo está puesto en Europa"
Bonacic cuenta que en el corto plazo el anhelo más grande es volver a entrenar con la Selección chilena. Han conversado con el Ministerio del Deporte, pero aún no hay una fecha estipulada.
"Lo que más quiero es que podamos volver a entrenar con la Selección, tocar la pelota y comenzar el largo trabajo para clasificar al Mundial 2021 de la especialidad. Aún no tenemos noticias de cuándo volveremos y al ser un deporte en gimnasio cerrado, con muchos jugadores, somos los últimos en la lista. Es difícil que nos contagiemos jugando vóleibol, somos profesionales y vivimos de esto", agrega.