El lugar y la ocasión fueron elegidos con pinzas. Luego de adjudicarse el sábado el
Masters 1000 de Cincinnati, el número uno del tenis mundial, el serbio Novak
Djokovic, aprovechó las instalaciones de Flushing Meadows para reunir a los
descontentos y anunciar, junto a una cincuentena de colegas, la creación de la
Professional Tennis Players Association (PTPA), la que el propio Nole describió
como "la primera organización de jugadores desde 1972".
El chileno Christian Garin, el canadiense Vasek Pospisil, el boliviano Hugo Dellien, los argentinos Federico Coria y Guido Pella, los estadounidenses John Isner y Ryan Harrison, el serbio Filip Krajinovic, el bosnio Damir Dzumhur, el esloveno Alja{zcaron} Bedene, el croata Ivan Dodig y el indio Rohan Bopanna figuran entre los primeros adherentes a esta nueva organización que, a juicio de muchos comentaristas, anticipa un quiebre con la histórica Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), la entidad que ha controlado esta actividad en su rama masculina desde que, en septiembre de 1 972, fue fundada precisamente en la antesala US Open, que en aquel entonces se disputaba en Forest Hills.
El lanzamiento de la PTPA, que fue difundido por los propios jugadores en sus respectivas redes sociales, de inmediato generó reacciones entre aquellos que no estaban en la foto, en particular de los icónicos dominadores del circuito Rafael Nadal y Roger Federer. "Es el tiempo de la unidad. Todos nosotros -jugadores, torneos y dirigentes -debemos trabajar juntos", dijo el español, que contó con el inmediato respaldo del suizo en Twitter: "Estoy de acuerdo con Nadal. Son tiempos inciertos y difíciles, pero creo que es indispensable para nosotros seguir unidos como jugadores".
Djokovic no dudó en replicar: "Por supuesto que me gustaría tener a Roger y Rafa a bordo. Muchos creen que no es el momento adecuado, pero yo sí creo que lo es. He escuchado en los últimos 10 0 15 años a muchos jugadores expresar su descontento por la forma en que han sido representados, especialmente a los que están fuera del top 100. Esto no es un sindicato. Esto es una asociación de jugadores. Así que no estamos llamando a boicots. No estamos formando circuitos paralelos", argumentó.
El finalista chileno de la Copa Davis Jaime Fillol, integrante del primer directorio de la AT P, ha seguido a la distancia la controversia y, si bien cree que todos tienen derecho a juntarse de la manera que mejor lo estimen, enfatiza que "la ATP no fue una iniciativa gremial, sino una propuesta de desarrollo del tenis. La evaluación de esta asociación no debe olvidar el crecimiento que este deporte ha tenido en el tiempo. La ATP contribuyó a crear las actuales condiciones, que son incomparables con el estado amateur en que estaba el tenis antes de su creación. Esa iniciativa produjo una distancia enorme con otras disciplinas que nunca dieron ese salto", apunta.
La idea de la nueva organización es representar los intereses de la mayor parte de los jugadores ubicados entre los 500 mejores en singles y 200 principales en dobles, no descartándose iniciar conversaciones con las tenistas mujeres. "La ATP y la PTPA deberían coexistir al comienzo, pero solo el tiempo lo dirá", concluyó Djokovic.
El chileno Christian Garin, el canadiense Vasek Pospisil, el boliviano Hugo Dellien, los argentinos Federico Coria y Guido Pella, los estadounidenses John Isner y Ryan Harrison, el serbio Filip Krajinovic, el bosnio Damir Dzumhur, el esloveno Alja{zcaron} Bedene, el croata Ivan Dodig y el indio Rohan Bopanna figuran entre los primeros adherentes a esta nueva organización que, a juicio de muchos comentaristas, anticipa un quiebre con la histórica Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), la entidad que ha controlado esta actividad en su rama masculina desde que, en septiembre de 1 972, fue fundada precisamente en la antesala US Open, que en aquel entonces se disputaba en Forest Hills.
El lanzamiento de la PTPA, que fue difundido por los propios jugadores en sus respectivas redes sociales, de inmediato generó reacciones entre aquellos que no estaban en la foto, en particular de los icónicos dominadores del circuito Rafael Nadal y Roger Federer. "Es el tiempo de la unidad. Todos nosotros -jugadores, torneos y dirigentes -debemos trabajar juntos", dijo el español, que contó con el inmediato respaldo del suizo en Twitter: "Estoy de acuerdo con Nadal. Son tiempos inciertos y difíciles, pero creo que es indispensable para nosotros seguir unidos como jugadores".
Djokovic no dudó en replicar: "Por supuesto que me gustaría tener a Roger y Rafa a bordo. Muchos creen que no es el momento adecuado, pero yo sí creo que lo es. He escuchado en los últimos 10 0 15 años a muchos jugadores expresar su descontento por la forma en que han sido representados, especialmente a los que están fuera del top 100. Esto no es un sindicato. Esto es una asociación de jugadores. Así que no estamos llamando a boicots. No estamos formando circuitos paralelos", argumentó.
El finalista chileno de la Copa Davis Jaime Fillol, integrante del primer directorio de la AT P, ha seguido a la distancia la controversia y, si bien cree que todos tienen derecho a juntarse de la manera que mejor lo estimen, enfatiza que "la ATP no fue una iniciativa gremial, sino una propuesta de desarrollo del tenis. La evaluación de esta asociación no debe olvidar el crecimiento que este deporte ha tenido en el tiempo. La ATP contribuyó a crear las actuales condiciones, que son incomparables con el estado amateur en que estaba el tenis antes de su creación. Esa iniciativa produjo una distancia enorme con otras disciplinas que nunca dieron ese salto", apunta.
La idea de la nueva organización es representar los intereses de la mayor parte de los jugadores ubicados entre los 500 mejores en singles y 200 principales en dobles, no descartándose iniciar conversaciones con las tenistas mujeres. "La ATP y la PTPA deberían coexistir al comienzo, pero solo el tiempo lo dirá", concluyó Djokovic.