El Centro de Estudios Latinoamericanos de Políticas Económicas y Sociales de la
Universidad Católica, Clapes UC, elaboró un modelo matemático para determinar la
probabilidad e intensidad de una eventual segunda ola en nuestro país.
El análisis logarítmico incorpora las siguientes variables, las cuales son medidas al momento de iniciarse una potencial reapertura total de la economía: casos nuevos por millón de habitantes, ingreso per cápita, uso colectivo de la mascarilla, test totales por cada 100 mil habitantes, fallecimientos nuevos por millón de habitantes, índice de movilidad y el llamado índice de estrictez.
El índice de estrictez es un indicador que mide de 0 a 100 la magnitud de las medidas restrictivas adoptadas por cada país, tales como el cierre de colegios y universidades, cierre de lugares de trabajo, acceso a transporte público, cuarentenas, cancelación de eventos públicos, limitación de viajes domésticos o las restricciones a las reuniones, en donde 100 indica el máximo de medidas restrictivas y 0 refleja justamente lo contrario, ninguna medida restrictiva.
Los países que superaron la primera ola de contagios, según el estudio, iniciaron la reapertura con un índice de estrictez cercano a 40, aunque el desenlace de la epidemia depende también de otros factores, como el número de casos por millón de habitantes al momento de reabrir un país.
De acuerdo al estudio de Clapes UC, "mientras mayor sea el número de contagios diarios por millón de habitantes al momento de la reapertura, más intensa podría ser una eventual segunda ola". Pone como ejemplo las experiencias de los países que presentan una "contención exitosa prolongada" de la epidemia, como Noruega o Corea del Sur; una "contención preliminarmente exitosa", como Chile, y los países que están atravesando una segunda ola de contagios, como España, Israel o Estados Unidos.
Según el análisis, las reaperturas más seguras de Europa se hicieron cuando tenían un promedio diario de 20 casos por millón de habitantes, a diferencia de lo que pasó en algunas zonas de Estados Unidos, donde comenzaron a levantar restricciones con más de 40 contagios nuevos por millón de habitantes. ¿En qué situación se encuentra nuestro país? Clapes UC calcula que estamos bordeando los 100 casos nuevos por millón de habitantes, lo que según el centro confirma que estamos todavía "muy lejos de iniciar una reapertura significativa de forma segura". Clapes UC recomienda iniciar la reapertura cuando el país esté bajo los 40 casos nuevos por millón de habitantes.
¿Qué tan intensa podría ser la segunda ola si se hiciera tal como está el país? Clapes UC estima que los contagios diarios crecerían 46,7 veces durante el rebrote. "Si Chile iniciara un levantamiento significativo de las restricciones a la movilidad bajo las condiciones actuales, es decir, con cerca de 100 casos por millón de habitantes, los casos totales por millón de la segunda ola serían iguales a 4.670. Considerando la población de Chile en 2019 que llegó a 19,1 millones de habitantes, esto equivale a 89.197 casos (4.670 casos por millón de habitantes x 19,1), cifra que representa el 23,6% del total de casos acumulados del país hasta el 11 de agosto (fecha en la que la primera ola habría terminado)", agrega.
El estudio de Clapes UC establece otros escenarios de reapertura: si se hace con 70 casos nuevos por millón de habitantes, se estiman 62.438 nuevos enfermos para una eventual segunda ola chilena. Si la reapertura se hace con 40 contagios diarios por millón de habitantes, al igual que Estados Unidos, el número de casos totales durante el rebrote sería 35.679. Ahora bien, si se siguen las recomendaciones, y se reabre el país con 10 casos nuevos por millón de habitantes, se esperan 8.919 contagios en la segunda ola, lo que equivale a sólo el 2,36% del total de casos acumulados hasta el 11 de agosto (ver tabla).
Otras de las conclusiones del estudio Clapes UC son: "aumentar la cantidad de test, como lo ha estado haciendo Chile, reduce la probabilidad de una segunda ola"; "los países con primeras olas grandes (como Estados Unidos) tendrían una probabilidad mayor de sufrir una segunda ola"; y "la estrictez de las medidas de confinamiento y el uso de mascarillas reducen la probabilidad de una segunda ola".
Respecto al uso sostenido de mascarilla, el análisis exhibe que "los países que se mencionan como víctimas de una segunda ola de contagios se encuentran algunos que usan intensivamente las mascarillas y otros donde el uso no es obligatorio ni masivo. En otras palabras, al menos preliminarmente, el uso elevado de mascarillas sería una condición necesaria, pero no suficiente para evitar una segunda ola de contagios".
Sobre los países de grandes primeras olas, como España, el estudio asegura que "la denominada inmunidad de rebaño no sería garantía de una segunda ola más leve... Lo anterior podría ser indicativo, por ejemplo, de que las segundas olas tienen más bien que ver con el comportamiento de la población y el levantamiento de las restricciones por las autoridades".
El análisis logarítmico incorpora las siguientes variables, las cuales son medidas al momento de iniciarse una potencial reapertura total de la economía: casos nuevos por millón de habitantes, ingreso per cápita, uso colectivo de la mascarilla, test totales por cada 100 mil habitantes, fallecimientos nuevos por millón de habitantes, índice de movilidad y el llamado índice de estrictez.
El índice de estrictez es un indicador que mide de 0 a 100 la magnitud de las medidas restrictivas adoptadas por cada país, tales como el cierre de colegios y universidades, cierre de lugares de trabajo, acceso a transporte público, cuarentenas, cancelación de eventos públicos, limitación de viajes domésticos o las restricciones a las reuniones, en donde 100 indica el máximo de medidas restrictivas y 0 refleja justamente lo contrario, ninguna medida restrictiva.
Los países que superaron la primera ola de contagios, según el estudio, iniciaron la reapertura con un índice de estrictez cercano a 40, aunque el desenlace de la epidemia depende también de otros factores, como el número de casos por millón de habitantes al momento de reabrir un país.
De acuerdo al estudio de Clapes UC, "mientras mayor sea el número de contagios diarios por millón de habitantes al momento de la reapertura, más intensa podría ser una eventual segunda ola". Pone como ejemplo las experiencias de los países que presentan una "contención exitosa prolongada" de la epidemia, como Noruega o Corea del Sur; una "contención preliminarmente exitosa", como Chile, y los países que están atravesando una segunda ola de contagios, como España, Israel o Estados Unidos.
Según el análisis, las reaperturas más seguras de Europa se hicieron cuando tenían un promedio diario de 20 casos por millón de habitantes, a diferencia de lo que pasó en algunas zonas de Estados Unidos, donde comenzaron a levantar restricciones con más de 40 contagios nuevos por millón de habitantes. ¿En qué situación se encuentra nuestro país? Clapes UC calcula que estamos bordeando los 100 casos nuevos por millón de habitantes, lo que según el centro confirma que estamos todavía "muy lejos de iniciar una reapertura significativa de forma segura". Clapes UC recomienda iniciar la reapertura cuando el país esté bajo los 40 casos nuevos por millón de habitantes.
¿Qué tan intensa podría ser la segunda ola si se hiciera tal como está el país? Clapes UC estima que los contagios diarios crecerían 46,7 veces durante el rebrote. "Si Chile iniciara un levantamiento significativo de las restricciones a la movilidad bajo las condiciones actuales, es decir, con cerca de 100 casos por millón de habitantes, los casos totales por millón de la segunda ola serían iguales a 4.670. Considerando la población de Chile en 2019 que llegó a 19,1 millones de habitantes, esto equivale a 89.197 casos (4.670 casos por millón de habitantes x 19,1), cifra que representa el 23,6% del total de casos acumulados del país hasta el 11 de agosto (fecha en la que la primera ola habría terminado)", agrega.
El estudio de Clapes UC establece otros escenarios de reapertura: si se hace con 70 casos nuevos por millón de habitantes, se estiman 62.438 nuevos enfermos para una eventual segunda ola chilena. Si la reapertura se hace con 40 contagios diarios por millón de habitantes, al igual que Estados Unidos, el número de casos totales durante el rebrote sería 35.679. Ahora bien, si se siguen las recomendaciones, y se reabre el país con 10 casos nuevos por millón de habitantes, se esperan 8.919 contagios en la segunda ola, lo que equivale a sólo el 2,36% del total de casos acumulados hasta el 11 de agosto (ver tabla).
Otras de las conclusiones del estudio Clapes UC son: "aumentar la cantidad de test, como lo ha estado haciendo Chile, reduce la probabilidad de una segunda ola"; "los países con primeras olas grandes (como Estados Unidos) tendrían una probabilidad mayor de sufrir una segunda ola"; y "la estrictez de las medidas de confinamiento y el uso de mascarillas reducen la probabilidad de una segunda ola".
Respecto al uso sostenido de mascarilla, el análisis exhibe que "los países que se mencionan como víctimas de una segunda ola de contagios se encuentran algunos que usan intensivamente las mascarillas y otros donde el uso no es obligatorio ni masivo. En otras palabras, al menos preliminarmente, el uso elevado de mascarillas sería una condición necesaria, pero no suficiente para evitar una segunda ola de contagios".
Sobre los países de grandes primeras olas, como España, el estudio asegura que "la denominada inmunidad de rebaño no sería garantía de una segunda ola más leve... Lo anterior podría ser indicativo, por ejemplo, de que las segundas olas tienen más bien que ver con el comportamiento de la población y el levantamiento de las restricciones por las autoridades".