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Gonzalo Jara cuenta las bondades de Mazatlán
Gonzalo Jara saborea un recuperador jugo de coco. Con bombilla incluida, el experimentado defensor de la Selección chilena en la última década junto a Gary Medel, se repone tras una de las prácticas de su escuadra, el Mazatlán, que después de mayo ocupó el lugar en la Liga de México del ahora recordado Morelia.

Jarita partió en enero a México desde Estudiantes de La Plata. Llegó a jugar por el Morelia, famoso en Chile gracias al Fantasma Marco Antonio Figueroa. En la época en que llegó el zaguero al club, Pablo Guede era el técnico, pero en mayo, cuando se dio por terminado el campeonato azteca producto de la pandemia, todo cambió.

Guede dejó de ser el entrenador y Monarcas Morelia pasó a mejor vida. El club decidió abandonar Morelia y trasladarse a Mazatlán, un repentino cambio que llevó a que la sede, de la noche a la mañana, pasara a estar a casi 800 kilómetros de la original.

"Es algo que se ha dado con varios clubes en México. Yo no estaba preocupado porque seguíamos teniendo contrato vigente hasta fin de año. Obviamente que vi las repercusiones de la salida de Morelia. La gente salió a las calles y comenzó a manifestarse por el cambio de ciudad", cuenta el ex jugador de la Huachipato, Colo Colo y la U.

Pero ese 9 de junio, cuando se hizo oficial el cambio de nombre del equipo y el traslado de ciudad, Jarita estaba en Chile.

"Apenas nos dijeron que se daba por terminado el campeonato mexicano, producto de la pandemia, hablé con los dirigentes y les manifesté mi idea de irme a Chile. Ya llevaba dos meses encerrado en mi departamento en Morelia. Entonces, pedí que me sacaran los pasajes y al otro día ya me estaba embarcando a Santiago. Si no lo hacía, habría tenido que estar acá hasta diciembre y no iba a aguantar sin ver a mi familia, sobre todo con lo que estaba pasando en el mundo", cuenta el defensa de la Selección nacional, quien por estos días se encuentra recuperándose de una lesión.

-¿Cómo hizo para venirse a Chile? En esas fechas era complicado.
-Como te lo comenté, apenas nos dijeron que se terminaba el campeonato comencé a hacer los trámites. Así me vine desde Ciudad de México, por Miami hasta Santiago. El avión venía casi vacío. Claro que me vine en clase económica. Para mí, nunca ha sido un problema. Ya estando en Chile me tomaron la temperatura, los datos y me preguntaron para dónde iba. Ahí pasé a ver a mi familia y me fui a Chillán, a mi campo. Allá hice cuarentena y después estuve varios días.

-Pasando piola...
-No, pero mi familia sabía. Además, siempre trato de no meter mucha bulla, así que estuve con mis hijos y los disfruté. No los veía desde enero, cuando me fui de Estudiantes de La Plata a México. Después me fui a Mazatlán y tuve que hacer la cuarentena.

-¿Y qué tal la ciudad? Se ve espectacular.
-Es una zona muy turística. A mí nunca me ha gustado mucho el sol y afortunadamente los entrenamientos en estas fechas se hacen o muy temprano en la mañana o en las tardes cuando el sol comienza a despedirse.

-Se le ha visto mostrando la puesta el sol en sus historias de Instagram.
-Se ven feas, eh. Jajajá. Es una linda ciudad, muy turística. Para venir de vacaciones es espectaculan Qué le puedo decir.

-Me imagino que es una ciudad bien tentadora, sobre todo para los jóvenes y turistas.
-Para uno también. En realidad, nunca me había tocado vivir en ciudades así. Como todo lugar turístico o de vacaciones cuenta con muchas cosas para hacer, pero uno se tiene que abstraer. Claro que donde tengo mi departamento parece un resort porque tiene playa privada. Siempre están de fiesta. Es cosa de acostumbrarse solamente y no tratar de distraerse.

-¿Se quedaría toda la vida?
-Es espectacular, pero veremos qué pasa. A mí me gustaría pero termino contrato a fin de año. Igual nos acompañamos con el Chino (Rodrigo) Millar, el Mago (Jorge) Valdivia, Martín Rodríguez y el Nico Díaz. Así es más fácil. Se fueron Pablo Guede, quien me trajo a México, y también Sebastián Vegas.

-¿Cómo ha vivido este tiempo de pandemia?
-Encerrado varias semanas, comunicándome con mi familia. Hablo con ellos a diario y los echo mucho de menos. Este ha sido un año especial con todo lo que está pasando. Uno se preocupa por los suyos. Pude ver a mis hijos cuando estuve en Chile y también estuve con mis papás. Me tranquiliza que estén bien. Pero obvio que uno los echa de menos. Lo bueno es que hay varios modos de comunicarse a diario.

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