Nada de eso ocurrió. El 24 de marzo, por la pandemia, se aplazó la cita olímpica para 2021. Pero no todo fue tiempo perdido: el 6 de agosto, Isidora se tituló de periodista en la Universidad Andrés Bello a sus 27 años. Fue un examen online mediante una plataforma de video de la institución.
"Me emocioné al escuchar que estaba aprobada en mi defensa. Terminé una etapa súper importante y me siento orgullosa por haber podido compatibilizar el estudio con el deporte", dice la velocista, que en sus años de estudio contó con flexibilidad de la universidad para dar pruebas en otras fechas y tomar ramos de todos los semestres al momento de armar su carga académica.
-Según usted misma ha dicho, sus peores defectos son ser ansiosa y estructurada. ¿Cómo manejó la incertidumbre de estos meses?
-Uuufff, este tiempo tuve que mantenerme ocupada por lo mismo. Por eso aproveché de hacer mi tesis y así seguí con una mini estructura, o rutina, para que se hicieran un poco más amenos estos tiempos de incertidumbre.
-¿Se iba a titular este año?
-No tenía presupuestado hacer la tesis este año, debido a los Juegos Olímpicos, pero al momento de aplazarse, hablé con la universidad y rápidamente me puse en sintonía con el resto de mis compañeros. En ese momento, ya estaban las parejas listas, por lo que la hice sola, a mi ritmo y tiempos.
- Siempre ha mencionado el periodismo como un plan B.
-Lo veo como un gran logro personal, pero es un plan B a mi carrera deportiva. Durante los años en la universidad tomé menos carga para que no me interfiriera con mis entrenamientos, viajes y competencias. Sin la ayuda de la UNAB, hubiese sido quizás imposible o mucho más difícil. La universidad apoya mucho a los deportistas, con becas, profesores dispuestos a recalendarizar pruebas y enviar materia, entre otras cosas.
-¿De qué hizo su tesis?
-Mi tema de tesis lo elegí yo. La hice sobre el impacto simbólico cultural de la postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Por ahora Isidora, que pasó la cuarentena en la Región de Los Ríos, donde trabaja su esposo, no está pensando actualizar su currículum y buscar pega. Aunque le gustaría trabajar como periodista de radio o televisión en un futuro. O ser entrenadora. Ya tuvo un primer acercamiento al mundo laboral: hizo su práctica en Vibra Marketing, la empresa de Fernando Felicevich, su manager.
Su meta sigue siendo la misma: hacer la marca mínima, de 22,80 segundos, para clasificar a Tokio. Su récord es 22,95 segundos, logrado en los Panamericanos de Toronto 2015. Se enfocará en conseguir ese registro, más que en el ranking, nueva modalidad de clasificación.
"La marca es difícil, pero creo que, sintiéndome bien, la puedo hacer. El ranking es un sistema nuevo, que consiste en sumar puntajes según la marca, lugar, tipo de campeonato, etcétera. No he corrido mucho, por lo que no tengo muchos puntos que sumar. Me quedaré entrenando en Chile y en los inviernos viajaré a Barcelona como lo hago desde el 2012. Bueno, si se puede", asegura la atleta,que volvió a entrenar hace dos semanas en San Carlos de Apoquindo.
-¿Le sirvió irse a entrenar y competir a España en 2019?
-Fue una muy linda experiencia. Aprendí muchísimo de mis compañeras y del entrenador Ricardo Diéguez. Me hicieron sentir siempre como una más y fue muy interesante entrenar con gente de mi nivel, como Estela García. Creo que le saqué mucho provecho.
-En su último gran torneo no le fue bien y corrió en 23,92 segundos. ¿Se presiona por hacerlo cada vez mejor?
-Para ser sincera, en Lima no me encontraba ni cerca de mi 100%. No me logré recuperar del trabajo que hice para correr el relevo 4x400 y me pasó la cuenta. Al no ser mi prueba, no sabíamos que me afectaría tanto. Mis pruebas son de velocidad pura y la preparación fue con mucho trabajo aeróbico y repeticiones largas. Espero alcanzar mi peak estos años que vienen.