"Tengo que portarme bien. Si algo aprendí del problema que tuve fue que no me hace bien tomar nada, porque se me sube a la cabeza, y eso puede terminar mal. Lo único que quiero ahora es tirar para arriba y trabajar para abrir una libreta de ahorro para la vivienda", comenta el muchacho.
El problema al que se refiere ocurrió el 29 de abril pasado, cuando tuvo un altercado con un conserje de un edificio ubicado en Avenida Grecia con Doctor Johow, que terminó con él acusado por robo con intimidación y en prisión preventiva. Si no fuera por un grupo de vecinas del sector, que consiguieron las cámaras de seguridad del edificio que demostraron que esa noche no ocurrió lo que denunció el conserje, el obrero seguramente seguiría tras las rejas.
"Me siento súper apoyado y muy agradecido de todas las personas que me ayudaron a salir de esa situación. Creo que a pesar de todo soy un buen joven para haber ganado el cariño de los vecinas. Ellas se dieron la oportunidad de conocerme".
-¿Qué pasó esa noche, Germán?
-Ese caballero que me denunció, el conserje, conversaba conmigo. Teníamos buena onda. Esa noche le fui a pedirle un cigarro y me dijo que no tenía. Reconozco que ese día yo andaba un poco tomado. Pero ojo, que yo no soy de andar tomando. Ese día, como no estoy acostumbrado a tomar, se me subió a la cabeza.
-El conserje dijo que tú lo habías agredido...
-Yo en ningún momento le hice daño al hombre, ni tampoco saqué ninguna encomienda del edificio como él dijo. Él me acusó de robo con intimidación y en las cámaras se ve que yo solamente estaba parado conversando con él. Luego él sacó un bate de béisbol y me echó del edificio. Eso se ve en las cámaras. Yo de picado le pegué una patada al ventanal y me fui.
-¿Y qué ocurrió después?
-Al tiro llegaron los carabineros y me llevaron detenido por robo con intimidación. No sé por quéél actuó así, no es normal, yo creo que es porque tiene problemas el caballero.
-¿Qué pensaste cuando te dijeron que irías a prisión?
-Quedé plop, porque yo sabía que no había hecho nada. Y me dio susto porque yo sé que ir a una cárcel no es bueno, allí se pasa mal. Lo más difícil fue el encierro y estar con puros adultos. Yo había estado en recintos privado de libertad, pero esos lugares no son tan fuertes.
-¿Qué hiciste los 22 días para matar el tiempo?
-En el día iba al casino y jugaba cartas con mis compañeros, a la brisca sobre todo. En la tarde tomaba mate, nunca había tomado, pero mis compañeros de pieza, que eran cuatro, me dieron de proban Allí pasábamos el día conversando, porque a las 17 horas nos encerraban en las piezas, hasta las 8 horas del día siguiente.
-¿Dónde y por qué estuviste encerrado antes?
-No quiero hablar de eso, solo diré que en el pasado hice cosas malas para sobrevivir, no me porté bien. Pero decidí salir de eso y tirar para arriba. Lo que pasa es que yo de chico tuve que salir a la calle a buscarme la vida, no crecí ni con mamá ni papá y somos cinco hermanos. Yo soy el menor de todos, los demás ya tienen familia. No tengo contacto con ellos.
-¿Vas a interponer algún recurso judicial en contra del conserje o del Estado?
-Estoy pensándolo. Voy a conversarlo con mi abogada (María Paz Bahamondes, de la Defensoría Penal Pública).
-¿Alguna meta o plan de vida?
-Solo quiero seguir trabajando y también terminar el colegio porque sólo llegué hasta cuarto básico. Después continuar estudiando, para superarme y llegar a ser alguien en la vida. Lo que más quiero es comprarme una casa y tener un lugar donde vivir. Por ahora vivo en la peluquería de la vecina Estrella Leiva, allí me quedó en la noche. Después de tener mi casa me gustaría formar una familia y darles a ellos lo que nunca pude tener cuando fui niño.