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Juan Andrés Salfate
Virtualys, empresa que imparte cursos y diplomados online, convocó a Juan Andrés Salfate y al sicólogo Sergio Schilling para que se hicieran cargo de una escuela de emociones que busca enseñar a mantener a raya sensaciones negativas.

Salfate (51, publicista) es conocido por sus informes sobre teorías conspirativas y temas de ufología en programas como "Así somos". "No se trata de creerse ningún cuento ni de sacarme el disfraz de extraterrestre para ponerme el de santo", aclara él a propósito de su nuevo trabajo.

"Sergio tiene toda la expertise, la formación y los datos duros de cómo funciona un cerebro humano y cómo se adapta a situaciones como ésta (pandemia). Y yo (aporto) desde cosas muy sencillas, pero que han sido significativas para la gente. Esto lo digo porque todos los fines de semana nos juntamos con los participantes y están muy contentos. Les leo parábolas y cuentos, y los analizo. Historias con alguna reflexión sicológica de vida", dice.

El taller para manejar las emociones que imparten se divide en 4 módulos: autocontrol, autocuidado, dirección a la disciplina, y emociones y cerebro. Los alumnos pueden descargar videos y material durante la semana y la tarde de los domingos se reúnen dos horas vía Zoom.

-Llama la atención que hable de emociones un personaje que transmite miedo y angustia con sus teorías conspirativas, Juan Andrés.
-A veces un buen portazo lo que hace es despertarte y de ahí poder enfrentar una realidad que puede ser completamente áspera para muchos, como el encierro. Es como que yo te dijera lo que dice la iglesia: que si eres malo te vas a ir al infierno. Si tú lo tomas así pueden ser puras malas noticias o puede ser una brújula que sirva para generar alguna transformación interna, depende con lo que te quieras quedar. A mis alumnos les hablo desde mi experiencia de vida y desde los conocimientos que tengo por la autoeducación sobre religiones comparadas: cuál es la visión del alma, el espíritu y el sentido de la vida. Desde el vedanta, las religiones hinduistas de la no dualidad, lo que ofrece el cristianismo y otras filosofías.

-¿Por qué decidió involucrarse en estos conocimientos?
-Por un momento epifánico que tuve en una regresión hipnótica empecé a interesarme en estos temas que tienen que ver con cultivarse interiormente. Eso lo he conversado en TV y a través de las redes con sicólogos, neurólogos y gente que se dedica a sanaciones espirituales. Eso ha sido los últimos cinco años.

-¿Se tornó más espiritual?
-Yo me considero una persona intrínsecamente más racional o cognitiva. Me siento más satisfecho con explicaciones y estudios, pero cuando uno trata de resumir su vida tiene que ver con experiencias directas. Para mí esas conclusiones llegaron más tarde, pasados los 45 años y hoy día soy un convencido de que la vida pasa por esa reconexión que hay con lo que occidentalmente llamamos corazón, que tiene que ver con esa intuición interna y ese cuerpo que te pide sabiamente cambios alimenticios.

-¿Cómo llegó a esa conclusión pasados los 45?
-La vida te la entrega, es como una fruta que cae de madura. Sucede espontáneamente. Hay mucho menos carga en la mochila de la existencia, estoy más contento y eso me ayuda a ser mejor padre, esposo, amigo. La vocación que tenía antes de compartir material bizarro o excéntrico ahora lo combino con material que puede servir como una pequeña guía a las personas y muchos lo agradecen.

-¿Ah, sí?
-La otra vez fui a una experiencia ovni, porque me llaman. Dije algo que causó revuelo positivo. Planteé que podemos llevar décadas estudiando esto y nunca vamos a saber la verdad porque no sabemos de dónde vienen y por qué están acá, entonces yo les propongo que nos preguntemos ¿de qué me sirve a mí esto que me gusta, que me atrae o que me ocurrió? O sea, no quedar enganchado en la intriga, en la emoción de lo desconocido. A mí me entretiene, pero mis respuestas hacia dónde me encamino las encuentro en otras cosas de carácter más meditativo.

-¿Hay que abrazar la rabia?
-En realidad es permitirle ser. A ti te llega una sensación, luego culturalmente hemos moderado esas sensaciones y les hemos puesto nombre. Según el contexto, las mariposas en la guata las interpretamos como amor, pero si te ataca un perro es miedo. La sensación uno la va modificando: tengo alegría, miedo, etc. Si es que uno reprime las emociones terminan reventando. Una de las grandes imposibilidades de la vida es el miedo. Por el miedo a las emociones uno las guarda en una bodega que cuando estalla, sobre todo cuando uno se permite estar enojado, uno se descarga con alguien que no tiene que ver. Abrazar es tal vez un dicho inexacto y lo que haya que hacer es dejarlas ser, porque si las reprimes no creces. Dejo de ser esclavo de todo lo que puedo sentir y puedo avanzar más libremente hacia donde yo quiera.

-¿Ahora usted es un coach?
-No, yo converso, entrevisto, no hago terapia, no estoy capacitado y no es mi camino. No es lo que quiero hacer tampoco. He hecho excepciones cuando ciertas personas me lo han pedido. Le he hecho terapias a sicólogos que me lo han solicitado. A veces la experiencia tiene mucho que aportar porque se trata de alguien que puede leer bien al otro y ordenar las ideas para que la persona recupere los recursos internos que todos tenemos.

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