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En una clínica psiquiátrica en La Reina se encuentra Hernán Calderón Argandoña

Abogado que fue víctima de agresión con cuchillo el 11 de agosto declaró: “Este hecho no fue sino el último de una larga serie de actos atentatorios en contra de mi persona”.

Seis días estuvo prófugo de la justicia Hernán Calderón Argandoña, pero ayer dejó atrás su clandestinidad y se reveló su paradero: una clínica psiquiátrica de La Reina donde ahora espera la imputación de la Fiscalía Metropolitana Oriente, por el presunto parricidio frustrado de su padre, el abogado Hernán Calderón Salinas.

Hecho que ocurrió en su domicilio de Las Condes el 11 de agosto, donde supuestamente lo amenazó de muerte, lo golpeó reiteradamente con puños y piernas, y además le provocó cortes con un cuchillo en su antebrazo y en sus manos.

Fue en medio de todo este proceso judicial que ayer la novia del imputado de 23 años reveló el que sería el móvil del ataque al abogado. En una querella dirigida en contra de Hernán Calderón Salinas, dijo: “Me sentía acosada” por él.

En un libelo ingresado ante el 4° Tribunal de Garantía de Santiago, la mujer acusa al padre de su pololo del delito de abuso sexual reiterado, mientras vivían en el domicilio del querellado.

Describe que tenía temor de denunciar y que le relató lo sucedido a su novio el pasado 5 de junio. “Hernán Calderón Argandoña se sube a mi vehículo y me pregunta qué pasaba. Yo tenía mucho miedo, y le pedí que se tomara las cosas con calma y le conté lo que había estado sucediendo, que me sentía acosada por su padre. También le conté que su padre me había tocado, e incluso el día que me fui me dijo que quería que fuera de él”.

Y agrega: “En ese momento, Hernán Calderón Argandoña se baja de mi vehículo y sube al departamento, yo salgo del estacionamiento de visita (…) al pasar unos minutos, Hernán Calderón Argandoña me llama por teléfono y estando en altavoz me pide que le relate nuevamente lo que le había dicho en el auto; a lo lejos escucho la voz de su padre que niega todo y me recrimina por decir esas cosas, ante lo que yo solo me limité a responder que él sabía lo que había hecho y que yo no tenía necesidad de inventar nada”.

Explica que no se fue de ese departamento familiar por un quiebre con su novio, y que “yo nunca quise separarme de él por problemas entre ambos, sino por el acoso y daño que me causó el señor Calderón Salinas, por lo que al poco tiempo nos mudamos juntos”.

“¡Dispara!”

La versión de los mismos hechos, del 5 de junio pasado, también la entrega el abogado Hernán Calderón en la querella contra su hijo por parricidio frustrado. Dice que estaba en su pieza y que su hijo le reprochó el acoso a su novia. Pero que le explicó: “Estás loco. Soy tu padre, tengo 67 años y tu mujer tiene 29 años, cómo piensas eso”.

Describe que luego lo apuntó con una de sus armas en su pecho y le dijo que lo mataría: “A lo que yo, asumiendo su locura y lo inevitable de la situación, respondí: ‘Sabes que más, dispara'”. Luego, detalla que “miró al interior de la pieza; luego, nuevamente a mí con actitud de apretar el gatillo, alistándose a disparar. Y en el último momento, giró el arma hacia la izquierda, jalando del gatillo, impactando el disparo en el espejo del velador del dormitorio”.

Dice que conoce a su hijo, pero que “jamás pensé que pudiera hacer algo como lo que he narrado. De estos hechos no quise hacer denuncia por no perjudicar a mi hijo y su carrera”.

En Twitter, la hermana de Calderón Argandoña, Raquel, señaló: “El parricida resguardado en un SPA. La peor calaña de cobarde, de esos capaces de apuñalar a su padre y esconderse en la falda de su mamá. Made in Chile”.

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