Según cuenta Abi, todo partió muy inocentemente. "Ellos se acercaron por atrás, a la maleta del auto, por lo que pensé que querían comer algo. Eran unos cabros de no tienen más de 25. Hasta les ofrecí unos sanguchitos. Entonces dos se miraron, se dieron cuenta de lo que estábamos haciendo y se retractaron de su plan", dice.
El tercer sujeto, en cambio, se metió violentamente al automóvil de las mujeres para robarlo. En ese momento se produjo un forcejeo en que ambas resultaron heridas con algún objeto punzante. "Cómo se te ocurre, qué no ves lo que estamos haciendo, que mala onda", se escucha en la grabación que le gritan indignadas al ladrón. Eso de nada sirvió. El hombre sacó un arma y en menos de un minuto el Hyundai Accent de color azul y patente FTBG-19 desapareció en la noche puentealtina.
Macarena cuenta que la más perjudicada es Abi, dueña del vehículo. "Más encima ella andaba ayudándome por la buena onda, porque es mi amiga, porque tiene el corazón grande y sin ganar ni uno. Al contrario, dando parte de su tiempo".
Por ahora el principal problema que enfrentan estas buenas samaritanas, es que sin auto no hay ruta-calle posible, ni ayuda para las 60 personas que hasta ahora ayudaban. "Me siento tan triste por eso, por lo inconsciente de los delincuentes y porque entre el auto, los alimentos, ropa, frazadas, algo de plata y el iPhone de Abi, las pérdidas superan los diez millones de pesos". En todo caso Macarena cree que este no será el último asalto que enfrenten. Hace dos semanas ya habían intentado robarles el auto y hace un mes otro equipo de asistencia también fue atacado por delincuentes.