Por videollamada, en julio se inscribió en el centro deportivo Acquability para recibir capacitación sobre cómo acercar su bebé al agua, con el fin de despojarla de futuros miedos a la hora de enseñarle a nadar en una piscina. Por la pandemia, las clases sólo se realizan de esta manera y en la tina de la casa.
"Para hundirla hay que hacer una especie de juego. La guagua tiene que fijar la mirada en la mamá o papá y, en ese momento, hay que soplarle la cara, para que de manera instintiva cierre el glotis (abertura superior de la laringe). Luego de hundirla por no más de tres segundos en el agua, que debe estar a 28 grados o más, se debe atraer su cuerpo hacia uno", explica Arredondo.
Esta comerciante se sintió seducida por la experiencia porque se iba a conectar con su hija "de una manera única". Y así no más fue, según cuenta.
"Te enseñan a poner a la bebé en el agua en posición prono (cabeza hacia arriba) y supino (cabeza hacia abajo). Eso se combina con balanceos, juegos, cariños, abrazos, salpicar con manos y pies", relata.
-¿Le resultó? ¿Cómo es ahora la relación de Colomba con el agua?
-Me sirvió muchísimo. A ella le encanta.
Paola Sánchez (50), coordinadora y fundadora de Acquability Fitness Training (AFT), explica que los talleres son para menores de entre un mes y nueve meses, para prolongarles, de alguna manera, la sensación acuosa del embarazo y quitarles un eventual miedo en una posterior enseñanza del nado.
Los cursos son impartidos para padres, pero también para profesionales como kinesiólogos, enfermeros, pediatras, matronas y profesores de educación física, quienes se transforman en instructores al terminar las clases.
"Es importante destacar el vínculo afectivo que los niños establecen con sus progenitores al realizar este ejercicio", subraya.