La razón principal para este cambio fue que desde el 1 de marzo no veía a Sol (1 4), su hija mayor que siguió viviendo en Chile porque es triatleta y seleccionada nacional. "Nunca había estado tan contenta de volver al frío", cuenta Natalia, quien recién este fin de semana podrá abrazar a Sol, después de cumplir con la cuarentena obligatoria. La argentina señala que cuando vio a la deportista en la puerta de su casa "me emocioné. Mi sensación fue un respiro de alivio de estar al lado de ella. Entiendo que tengo que esperar para abrazarla, pero ya estoy acá. Te sacás toneladas de angustia e incertidumbre de encima".
El golpe definitivo para tomar la decisión de volver a Chile fue cuando le avisaron que Julia (7) continuaría con sus clases online. "Uno se siente más en casa (en Chile). La situación en Estados Unidos todavía sigue un poco complicada en cuanto contagios y estar cerca de los tuyos tira un poco más", explica la ex modelo. Antes de regresar, Natalia se puso en contacto con empresas con las que ya trabajó realizando charlas de asesorías de imagen y comunicación, entre otros temas. En Miami también aprovechó de hacer un curso de life coach y, a finales de agosto, realizará un workshop (@naty_schreiber). "Hoy más que nunca, proyectar a largo plazo es difícil. Pero ahora estoy en Chile y hay que amoldarse a las distintas circunstancias", destaca la argentina.