En este tiempo, en su departamento de Presidente Riesco, se han incubado varias
ideas fuerza en el alma del defensa central internacional de 41 años, ex Colo Colo y
la Roja.
Prueba superada del encierro con su hijo mayor, Vicente, que va en cuarto medio ("aprendí a jugar Play con él").
Prueba superada de su capacidad para llevar la vida doméstica ("mi madre me inculcó desde chico el aseo").
Prueba superada al abrir su corazón: cuando todo pase quiere armar una nueva familia con Elizabeth Perasic, su novia hace cuatro años, enfermera de profesión.
Ambos, como si fueran dos abuelos, se sientan en la terraza buscando el sol. Él escucha a Elvis Presley hasta el infinito y más allá. Ella le teje chalecos. Puro amor.
-Bellos los chalecos de la Morocha, como usted le llama.
-Y mitones, bufandas, chalecos. Elizabeth es mi pareja actual a quien se le abrió a veta de tejedora en sus espacios libres. Me sorprende y me encanta estar con ella en el balcón charlando y escuchado música mientras teje.
-Ojo que el tejerle a alguien es un acto de mucho amor, porque es una entrega de tiempo, paciencia, dedicación. Es lindo.
-Gracias por mencionarlo, jajajá. Que ya me tenga paciencia, es mucho más que amor. Se lo agradezco. A veces estamos acá con sus hijas.
-¿Usted sabe algo de tejer?
-Cero. Le he pedido que me enseñe, pero manualmente soy malo. Con los pies, lo que quiera.
-¿Y cómo la conoció?
-Me separé el 2015. Y una amiga, que era apoderada del mismo colegio que ella, me la presentó el 11 de marzo de 2016.
-Yaaaa. Le falta recordar la hora, nomás.
-Sí, sobre las 21 horas.
-Flechazo.
-Sí, es el prototipo de mujer que me gusta. Ojalá ella dijera lo mismo. Yo creo que sí. Viene casi todos los días y el fin de semana lo pasamos juntos con mi hijo, sus dos hijas (Emita y Emilia) y mi hermana. Es bonito. Ojalá podamos compartir todos los días.
-¿Cuando aparezca la vacuna irse a una casa?
-Claro, espero formar la familia que queremos en un futuro no muy lejano, en algún momento poder contar con mis otros dos hijos, no sé, son sueños personales.
-Siempre me ha llamado la atención su voz de locutor radial, tan ronca y compuesta.
-Jajá, como voz en off. Estoy incursionando en un programa vía Facebook Live los viernes con seis entrevistados connotados a nivel nacional y mundial. Me hubiese apetecido hacer un curso de locución.
-Nunca es tarde.
-No lo hice de flojo y lo tengo ultra pensado, me gustan las comunicaciones.
-¿Le ayudó la voz en su carrera?
-Mi voz habla más que mi cara y este tipo de voz me ayudó a ser líder de mis equipos en mis inicios de Colo Colo. Soy un tipo súper alegre.
-¿Extraña a sus hijos chicos?
-Me encantaría estar con mis hijos. Matías tiene 14, Santiago, 8, y viven en Vigo con la madre. Se fueron el 2018. Hablo todo el día con los chicos. Creo que hablo más que cuando estaba acá, en pleno proceso de separación. Esta pandemia nos ha abierto el corazón y nos ha humanizado.
-Vaso medio lleno: cinco meses es un aprendizaje gigante con un hijo.
-Claro, claro, justo eso quería acentuarlo. Es el momento en que tengo que aprovechar estos espacios. Durante sus 17 años no lo pude realizar, por las concentraciones. Además, yo vengo de la muerte de mi mamá, en diciembre, que ha sido un momento súper complejo. Al menos me pude despedir de ella, darle un besito.
Prueba superada del encierro con su hijo mayor, Vicente, que va en cuarto medio ("aprendí a jugar Play con él").
Prueba superada de su capacidad para llevar la vida doméstica ("mi madre me inculcó desde chico el aseo").
Prueba superada al abrir su corazón: cuando todo pase quiere armar una nueva familia con Elizabeth Perasic, su novia hace cuatro años, enfermera de profesión.
Ambos, como si fueran dos abuelos, se sientan en la terraza buscando el sol. Él escucha a Elvis Presley hasta el infinito y más allá. Ella le teje chalecos. Puro amor.
-Bellos los chalecos de la Morocha, como usted le llama.
-Y mitones, bufandas, chalecos. Elizabeth es mi pareja actual a quien se le abrió a veta de tejedora en sus espacios libres. Me sorprende y me encanta estar con ella en el balcón charlando y escuchado música mientras teje.
-Ojo que el tejerle a alguien es un acto de mucho amor, porque es una entrega de tiempo, paciencia, dedicación. Es lindo.
-Gracias por mencionarlo, jajajá. Que ya me tenga paciencia, es mucho más que amor. Se lo agradezco. A veces estamos acá con sus hijas.
-¿Usted sabe algo de tejer?
-Cero. Le he pedido que me enseñe, pero manualmente soy malo. Con los pies, lo que quiera.
-¿Y cómo la conoció?
-Me separé el 2015. Y una amiga, que era apoderada del mismo colegio que ella, me la presentó el 11 de marzo de 2016.
-Yaaaa. Le falta recordar la hora, nomás.
-Sí, sobre las 21 horas.
-Flechazo.
-Sí, es el prototipo de mujer que me gusta. Ojalá ella dijera lo mismo. Yo creo que sí. Viene casi todos los días y el fin de semana lo pasamos juntos con mi hijo, sus dos hijas (Emita y Emilia) y mi hermana. Es bonito. Ojalá podamos compartir todos los días.
-¿Cuando aparezca la vacuna irse a una casa?
-Claro, espero formar la familia que queremos en un futuro no muy lejano, en algún momento poder contar con mis otros dos hijos, no sé, son sueños personales.
-Siempre me ha llamado la atención su voz de locutor radial, tan ronca y compuesta.
-Jajá, como voz en off. Estoy incursionando en un programa vía Facebook Live los viernes con seis entrevistados connotados a nivel nacional y mundial. Me hubiese apetecido hacer un curso de locución.
-Nunca es tarde.
-No lo hice de flojo y lo tengo ultra pensado, me gustan las comunicaciones.
-¿Le ayudó la voz en su carrera?
-Mi voz habla más que mi cara y este tipo de voz me ayudó a ser líder de mis equipos en mis inicios de Colo Colo. Soy un tipo súper alegre.
-¿Extraña a sus hijos chicos?
-Me encantaría estar con mis hijos. Matías tiene 14, Santiago, 8, y viven en Vigo con la madre. Se fueron el 2018. Hablo todo el día con los chicos. Creo que hablo más que cuando estaba acá, en pleno proceso de separación. Esta pandemia nos ha abierto el corazón y nos ha humanizado.
-Vaso medio lleno: cinco meses es un aprendizaje gigante con un hijo.
-Claro, claro, justo eso quería acentuarlo. Es el momento en que tengo que aprovechar estos espacios. Durante sus 17 años no lo pude realizar, por las concentraciones. Además, yo vengo de la muerte de mi mamá, en diciembre, que ha sido un momento súper complejo. Al menos me pude despedir de ella, darle un besito.