El confinamiento de las personas por la pandemia les dio un respiro a las plantas y a
los animales nativos que, como pumas y zorros, recuperaron lo que alguna vez fue
suyo. Pero hay excepciones, como la Hierba de El Tabo (Astragalus trifoliatus),
declarada oficialmente en peligro crítico desde 2018 y que crece sólo en unas dunas
de ese balneario.
Este lunes, varios ejemplares ya en flor aparecieron con daños por el paso de las ruedas de motos y jeeps, pese a estar al borde de la extinción.
La planta, única en el mundo y localizada en unas pocas hectáreas del litoral central, pertenece a las dunas Gota de Leche, donde no sólo hay vegetales y animales, sino que también restos de alfarería de la cultura Bato, que se desarrolló entre los años 300 A.C. y el 800 D.C., aproximadamente.
Jadille Mussa, académica de arquitectura del paisaje de la Universidad Central, lamenta lo que pasa con la Hierba de El Tabo, porque, según explica, el que se encuentre en estado crítico "significa que se debe hacer algo muy fuerte para conservarla".
"Si no se hace algo luego, y ya llevamos dos años menos, se va a extinguir", dice. La académica cree que debería existir un servicio de biodiversidad, que lleva décadas paralizado en el Congreso. Para ella, sería un organismo necesario para preservar "especies que son el hábitat de otras, para que retengan las dunas del lugar, en fin".
"Hay especies que uno cree que son tan insignificantes, pero son super importantes en la cadena biológica de la naturaleza y de la subsistencia de otras", dice Mussa. "El perder esta especie no es para decir que no importa", agrega.
Carolina Martínez, académica de Geografía de la Universidad Católica e investigadora del Observatorio de la Costa de Chile, dice que el campo dunar Gota de Leche "es un sistema ecológico bien complejo, de muy alta valoración, porque además del recurso paisajístico valorado por el turismo, tiene muchos restos arqueológicos".
Dice que no sólo la Hierba de El Tabo se encuentra en estado crítico de conservación, sino que todo el sistema por la presión inmobiliaria, por la práctica de algunos deportes, por el desarrollo minero y otras actividades económicas.
"Tiene vegetación super específica del lugar y tiene el problema de todas las playas: los jeeps y motos que no sólo pasan sobre los ejemplares de plantas, sino que también destruyen los huevos de las aves que nidifican en la orilla, como el pilpilén (Haematopus palliatus) y otras especies migratorias", advierte la investigadora del Cigiden (Centro Nacional de Investigación para la Gestión de Desastres Naturales).
Jadille Mussa, académica de la Universidad Central, precisa que justamente aves, como el pilpilén, eligen este tipo de hierbas para nidificar y si desaparece, se afectará también su ciclo reproductivo.
Plantea, como idea, colectar semillas de la Hierba de El Tabo para, mediante viveros, poder reintegrar especies a su hábitat. De no ser así, va a ocurrir como en el santuario de la naturaleza de El Peral, también en el litoral central, donde ya desapareció la planta.
Este lunes, varios ejemplares ya en flor aparecieron con daños por el paso de las ruedas de motos y jeeps, pese a estar al borde de la extinción.
La planta, única en el mundo y localizada en unas pocas hectáreas del litoral central, pertenece a las dunas Gota de Leche, donde no sólo hay vegetales y animales, sino que también restos de alfarería de la cultura Bato, que se desarrolló entre los años 300 A.C. y el 800 D.C., aproximadamente.
Jadille Mussa, académica de arquitectura del paisaje de la Universidad Central, lamenta lo que pasa con la Hierba de El Tabo, porque, según explica, el que se encuentre en estado crítico "significa que se debe hacer algo muy fuerte para conservarla".
"Si no se hace algo luego, y ya llevamos dos años menos, se va a extinguir", dice. La académica cree que debería existir un servicio de biodiversidad, que lleva décadas paralizado en el Congreso. Para ella, sería un organismo necesario para preservar "especies que son el hábitat de otras, para que retengan las dunas del lugar, en fin".
"Hay especies que uno cree que son tan insignificantes, pero son super importantes en la cadena biológica de la naturaleza y de la subsistencia de otras", dice Mussa. "El perder esta especie no es para decir que no importa", agrega.
Carolina Martínez, académica de Geografía de la Universidad Católica e investigadora del Observatorio de la Costa de Chile, dice que el campo dunar Gota de Leche "es un sistema ecológico bien complejo, de muy alta valoración, porque además del recurso paisajístico valorado por el turismo, tiene muchos restos arqueológicos".
Dice que no sólo la Hierba de El Tabo se encuentra en estado crítico de conservación, sino que todo el sistema por la presión inmobiliaria, por la práctica de algunos deportes, por el desarrollo minero y otras actividades económicas.
"Tiene vegetación super específica del lugar y tiene el problema de todas las playas: los jeeps y motos que no sólo pasan sobre los ejemplares de plantas, sino que también destruyen los huevos de las aves que nidifican en la orilla, como el pilpilén (Haematopus palliatus) y otras especies migratorias", advierte la investigadora del Cigiden (Centro Nacional de Investigación para la Gestión de Desastres Naturales).
Jadille Mussa, académica de la Universidad Central, precisa que justamente aves, como el pilpilén, eligen este tipo de hierbas para nidificar y si desaparece, se afectará también su ciclo reproductivo.
Plantea, como idea, colectar semillas de la Hierba de El Tabo para, mediante viveros, poder reintegrar especies a su hábitat. De no ser así, va a ocurrir como en el santuario de la naturaleza de El Peral, también en el litoral central, donde ya desapareció la planta.