-->

Escribe y presiona enter

On
Polola de Hernán Calderón Jr se querelló contra Hernán Calderón por abuso sexual
La polola de Hernán Calderón Jr quien es buscado tras atacar a su padre con un arma cortopunzante presentó una querella en el 4to Juzgado de Garantía de Santiago por abuso sexual por parte del padre de su pololo.

La acción también involucra a quienes resulten responsables en calidad de cómplices o encubridores.

Según la acción judicial, el abogado en reiteradas ocasiones tuvo actitudes de «insinuación» hacia ella, como también tocaciones mientras la pareja vivía en la casa de Hernán Calderón.

La querella sostiene que la pareja se fue a vivir por varios meses al departamento del abogado, donde ocurrieron los hechos.

A continuación les dejamos el escrito realizado por la joven en la querella donde relata los hechos:

«A fines de septiembre de 2019, junto con mi pareja, Hernán Calderón Argandoña, nos fuimos a vivir al departamento de su padre, don Hernán Calderón Salinas, ubicado en la calle —, comuna de Las Condes. Aquello, puesto que con mi pareja teníamos un viaje de varios meses programado y el Sr. Calderón Salinas le propuso a su hijo que arrendara su departamento y nos quedáramos con él hasta que el viaje se efectuara.

Durante los primeros meses de estadía en el departamento del Sr. Calderón Salinas, no tuvimos mucho contacto con él puesto que éste salía temprano a trabajar y llegaba por la noche. Sin embargo, a mediados de febrero de 2020, don Hernán Calderón Salinas, empezó a llamarme constantemente para preguntarme cómo estaba su hijo y cómo estábamos nosotros como pareja. En un principio, yo consideré que era una actitud de padre preocupado, no obstante, al pasar el tiempo los llamados fueron incrementando, esta vez preguntando específicamente por mí y mi ubicación. Frente a esto, yo le consulté la razón de sus llamados constantes y él me señaló que como vivía en su departamento yo le debía explicaciones, lo que en ese momento entendí como una regla de su hogar».

«Posteriormente, en marzo de este año, comencé a percibir una actitud extraña por parte del Sr. Calderón, él se me acercaba bastante y yo sentía que me miraba de una manera distinta, me hacía insinuaciones. A modo de ejemplo, puedo señalar que el día 8 de marzo el querellado se acerca a mi mientras yo estaba cocinando, él me agarra por las caderas, me da un beso en cada mejilla y me dice descansa. Aquello para mí fue bastante incómodo, sentí que fue inapropiado, comentándole a mi amiga Karen Siciliano Cabezas, que tenía duda de sus intenciones».

Días después del episodio de la cocina, el 19 de marzo, mientras mi pareja se encontraba en nuestra pieza, yo fui a la pieza de invitados del departamento a buscar cajas con stock de mi local, puesto que necesitaba armar pedidos para enviar. Estando yo agachada, siento que me tocan el cuello y los brazos, yo instantáneamente pensé que era mi pareja, pero grande fue mi sorpresa al percatarme que era su padre. Yo estaba muy nerviosa y me quedé completamente paralizada, comencé a cerrar las cajas para irme a mi pieza, y antes de que pueda levantarme el Sr. Calderón Salinas me dice «tienes la piel rica, suavecita». Luego de eso me paro rápidamente y antes de que pueda irme de la pieza me pregunta «Que tienes allí?» señalando la parte posterior de mi short, me doy vuelta a mirar para ver a qué se refiere y en esos instantes siento que don Hernán Calderón Salinas me está levantando el short y pone la palma de su mano en mi glúteo. Lo único que pude hacer fue correr a mi pieza, tenia mucho miedo, temblaba, me sudaban las manos, no sabía que hacer, quedé en blanco y comencé a llorar, me tuve que bañar para quitarme el olor a su perfume».

Estando más calmada, le hablé a mi hermana, Verónica Naranjo Hernández, contándole lo sucedido y ella me dice que salga inmediatamente del departamento, mismo consejo que me da mi amiga Karen Siciliano. Frente a esto, le digo a mi pareja que tengo que ir a visitar a mi hermana, ya que ella había tenido una discusión con su pareja, y me voy del departamento.

Trascurre aproximadamente una hora desde que me voy del departamento, y el Sr. Calderón Salinas empieza a llamarme repetidamente y a enviarme mensajes por WhatsApp preguntándome dónde estaba y porqué no contestaba el teléfono.

Finalmente decido responderle que tenía el celular en la cartera, y automáticamente el querellado elimina los mensajes que me había enviado.
En la mañana del día siguiente, esto es 20 de marzo de 2020, el querellado me llama y nuevamente me pregunta dónde estaba y por qué no había dormido en el departamento. Tengo la sensación que al Sr. Calderón Salinas le preocupaba mi ubicación después del incidente, porque pensó que yo hablaría o lo denunciaría, pero nunca tuve el coraje de hacerlo, conozco el poder que él tiene a nivel legal y esto me mantenía bloqueada, con mucho miedo de actuar. Tampoco encontré las palabras para explicarle a mi pareja lo que estaba sucediendo.

Ese mismo día, a finales de la tarde, regresé al departamento en —, pero sentí mucho miedo, no me podía quedar en ese lugar, no me sentía segura. De ese modo, le propuse a Hernán Calderón Argandoña irnos unos días a Pelarco a distraernos y tomar aire, lo que se concretó a principios de abril, estando casi 10 días allá.
A mediados de abril, el Sr. Calderón Salinas junto con su pareja, doña Patricia Ramírez, que había llegado al departamento a quedarse, nos invitan a compartir un asado familiar.

Estando los cuatro sentados en la mesa, empezamos a hablar de mi negocio de venta de bikinis y yo señalo que el modelo que más vendía eran los pequeños tipo colales, ante mi comentario don Hernán Calderón Salinas me dice que me pruebe uno para ver qué tan pequeños eran; ante esto doña Patricia le llama la atención y su hijo le dice que es un comentario inapropiado y fuera de lugar, yo solo guarde silencio. Me atrevería a señalar que este fue el momento en que Hernán Calderón Argandoña comenzó a percatarse del comportamiento lascivo de su padre hacia mí.
Posteriormente, el día 22 de mayo, con mi pareja tuvimos una discusión por lo que decidí dormir en la pieza de invitados. En medio de la noche, estando yo acostada en la cama, me percato que don Hernán Calderón Salinas entra a la habitación, siendo mi única reacción hacerme la dormida, pero el querellado se da cuenta de que estoy despierta y me pregunta cómo me sentía después de la discusión con su hijo. Sorpresivamente, siento su mano dentro de mi pijama al nivel del pecho, me estaba tocando los senos, en ese momento logré reaccionar y le quité bruscamente su mano de mi busto. Él se retiró, pero en mi cabeza siempre estaba el miedo de que los episodios se volvieran a repetir.

A principios de junio, discutimos con Hernán Calderón Argandoña, y yo aproveché la pelea para decirle que me iba del departamento, ya que no encontraba otra manera de salir de la situación que estaba viviendo. Con la ayuda de Laura, la asesora del hogar, recogí gran parte de mis pertenencias y las metí en maletas.

Laura bajó al subterráneo a buscar un carro para poder meter el resto de mis cosas y hacer el traslado más fácil, en esos momentos, en que estoy esperando que ella vuelva con el carro, don Hernán Calderón Salinas me dice que no quiere que me vaya, a lo que le respondo que me voy a ir del departamento. Luego, el querellado me señala ´Yo quería que tú fueras mía, ¿no te atreves?µ, yo le digo que está loco y justo llega el ascensor con la asesora del hogar. Terminé de recoger mis cosas y bajo con ella para que me ayudara a meterlas a mi automóvil.

Transcurridos dos días de haber salido del departamento me contacto con Hernán Calderón Argandoña, ya que se me habían quedado algunas cosas en el departamento y necesitábamos coordinar para retirarlas. Él me ofrece regresar al departamento, y si quería que durmiera en la pieza de al lado mientras se calmaba el enojo, no obstante, decido contarle que a ese departamento yo no puedo volver.

Atendida mi respuesta tan tajante, Hernán Calderón Argandoña me pregunta cuál era la verdadera razón de mi partida y yo le indico que el día que yo retirara mis cosas hablaríamos.

El día 5 de junio, acordamos que iría al departamento a retirar mis cosas, bajando Hernán Calderón Argandoña y Laura con mis pertenencias. Luego de guardar las cosas en mi auto, Hernán Calderón Argandoña se sube a mi vehículo y me pregunta qué pasaba. Yo tenía mucho miedo, y le pedí que se tomara las cosas con calma y le conté lo que había estado sucediendo, que me sentía acosada por su padre. Le dije que ese era el motivo por el que tenía miedo de salir de la pieza sola y le pedía siempre que me acompañara, que cuando me metía a la tina me daba miedo su padre fuera a entrar al baño, que yo tenía miedo ya de estar ahí. También le conté que su padre me había tocado e incluso el día que me fui me dijo que quería que fuera de él.

En ese momento, Hernán Calderón Argandoña se baja de mi vehículo y sube al departamento, yo salgo del estacionamiento de visita y espero que él se retire, pero me quedo cerca del edificio. Al pasar unos minutos Hernán Calderón Argandoña me llama por teléfono y estando en altavoz me pide que le relate nuevamente lo que le había dicho en el auto; a lo lejos escucho la voz de su padre que niega todo y me recrimina por decir esas cosas, ante lo que yo solo me limité a responder que él sabía lo que había hecho y que yo no tenía necesidad de inventar nada, en ese instante cortan la llamada. Muy nerviosa llamé a Laura por teléfono, pero ella no me respondía; cuando finalmente contesta me dice que está todo bien pero que ahora no podía hablar. A los pocos minutos, veo el auto de Hernán Calderón Argandoña salir del estacionamiento y procedo a seguirlo, él se estaciona en una bencinera COPEC camino hacia la Ruta 68, y le envío un mensaje de texto pidiéndole una explicación de lo sucedido, a esto me responde que quede tranquila y lo dejara solo, porque no podía creer le había ocultado este tipo de cosas».

Click para comentar