La noche del 29 de abril pasado, a eso de las 23.40 horas, Germán (22) entró a un
edificio ubicado en Ñuñoa para pedirle un cigarro al conserje. Se acercó al mesón y,
sin querer, botó unas huinchas separadoras, que se habían instalado para asegurar la
distancia física. Al conserje no le gustó el alboroto y llamó a Carabineros, diciendo
que el joven lo había asaltado con un cuchillo. Germán fue detenido, formalizado y
quedó en prisión.
¿Cómo logró salir? Sus vecinos investigaron por su cuenta y consiguieron dos videos grabados en el hall de acceso del edificio. Allí se ve que no hubo un intento de asalto. Le enviaron el material a la defensora penal pública asignada, María Paz Bahamondez, y ella pidió una audiencia de revisión de medidas cautelares.
Germán quedó libre y la Fiscalía Oriente decidió no perseverar en la investigación.
"Lo único que le interesaba a Germán era terminar con esta causa y estar tranquilo; le planteé la idea de presentar una querella contra el conserje, pero me dijo que estaba bien y que no quería hacer nada contra esta persona. Sólo quiere continuar con su vida", asegura la defensora.
"Nos empezamos a preocupar cuando pasaron varios días sin saber de él. La vecina Johanna Cornejo, dueña del minimarket, se enteró que lo tomaron preso por intentar robar en el edificio del frente... Encontramos tan rara la denuncia que empezamos a investigar; hasta que un vecino consiguió la grabación completa de esa noche. En la formalización habían mostrado sólo unas fotos, pero en el video entero se ve que él entra con sus manos limpias, sin hacer nada", cuenta Estrella.
-¿Qué dijo Germán cuando supo que los vecinos lucharon por él?
-Olvídate. Él lloró. Dijo que nunca pensó que íbamos a luchar por él. Creía que iba a quedarse solo, abandonado. Que nadie lo iba a defender, que nadie lo iba a ir a ver a la cárcel. Imagínate cómo estaba cuando recibió la encomienda con ropa que le mandamos. Porque otra pareja de vecinos averiguó dónde estaba preso y pudimos enviarle unas cosas. Nos dijo que cuando recibió eso se dio cuenta que no estaba solo.
-¿Qué cosas le enviaron?
-Una chaqueta, un jugo y papel higiénico. Las cosas que permitía la cárcel. También le mandé una nota en la encomienda, diciéndole justamente que no estaba solo, que no lo íbamos a abandonar... (hace una pausa) me emociono al recordarlo. Le escribí: tengo fe en que tú no hiciste lo que están diciendo.
-Eso no lo hace cualquiera.
-Germán quiere salir adelante. Cuando empezó a vivir en mi peluquería me decía que quiere de la calle, ser digno y tener un trabajo estable. Es un cabro que recién está empezando y que perfectamente podría estar perdido. Te digo que si nosotros no luchamos, este niño sigue todavía en la cárcel. Seguramente se habría perdido. ¿Cómo lo íbamos a recuperar después de que lo metieron preso siendo inocente?
¿Cómo logró salir? Sus vecinos investigaron por su cuenta y consiguieron dos videos grabados en el hall de acceso del edificio. Allí se ve que no hubo un intento de asalto. Le enviaron el material a la defensora penal pública asignada, María Paz Bahamondez, y ella pidió una audiencia de revisión de medidas cautelares.
Germán quedó libre y la Fiscalía Oriente decidió no perseverar en la investigación.
"Lo único que le interesaba a Germán era terminar con esta causa y estar tranquilo; le planteé la idea de presentar una querella contra el conserje, pero me dijo que estaba bien y que no quería hacer nada contra esta persona. Sólo quiere continuar con su vida", asegura la defensora.
La madrina
Una de las vecinas que ayudó a demostrar la inocencia de Germán fue la estilista Estrella Leiva, dueña de un centro de estética y peluquería ubicado en la esquina de Avenida Grecia con DL Johow, en Ñuñoa. El joven llegó a ese barrio en diciembre del año pasado y rápidamente empezó a colaborar con los residentes del sector: cargaba la mercadería de un minimarket o cuidaba los autos. La relación entre Germán y los vecinos llegó a tal punto de confianza, que Estrella le ofreció que viviera en su local. Hoy el joven le dice "madrina" a la estilista y vive en su peluquería."Nos empezamos a preocupar cuando pasaron varios días sin saber de él. La vecina Johanna Cornejo, dueña del minimarket, se enteró que lo tomaron preso por intentar robar en el edificio del frente... Encontramos tan rara la denuncia que empezamos a investigar; hasta que un vecino consiguió la grabación completa de esa noche. En la formalización habían mostrado sólo unas fotos, pero en el video entero se ve que él entra con sus manos limpias, sin hacer nada", cuenta Estrella.
-¿Qué dijo Germán cuando supo que los vecinos lucharon por él?
-Olvídate. Él lloró. Dijo que nunca pensó que íbamos a luchar por él. Creía que iba a quedarse solo, abandonado. Que nadie lo iba a defender, que nadie lo iba a ir a ver a la cárcel. Imagínate cómo estaba cuando recibió la encomienda con ropa que le mandamos. Porque otra pareja de vecinos averiguó dónde estaba preso y pudimos enviarle unas cosas. Nos dijo que cuando recibió eso se dio cuenta que no estaba solo.
-¿Qué cosas le enviaron?
-Una chaqueta, un jugo y papel higiénico. Las cosas que permitía la cárcel. También le mandé una nota en la encomienda, diciéndole justamente que no estaba solo, que no lo íbamos a abandonar... (hace una pausa) me emociono al recordarlo. Le escribí: tengo fe en que tú no hiciste lo que están diciendo.
-Eso no lo hace cualquiera.
-Germán quiere salir adelante. Cuando empezó a vivir en mi peluquería me decía que quiere de la calle, ser digno y tener un trabajo estable. Es un cabro que recién está empezando y que perfectamente podría estar perdido. Te digo que si nosotros no luchamos, este niño sigue todavía en la cárcel. Seguramente se habría perdido. ¿Cómo lo íbamos a recuperar después de que lo metieron preso siendo inocente?