Xaviera se encuentra en Chile con su familia y la pandemia sumó otro obstáculo a su acontecida relación con Craig, un escocés ingeniero en energías renovables al que conoció en mayo del año pasado. La modelo vivía en Newcastle Upon Tyne, una localidad a 443 kilómetros de Londres, y allá laboraba como maniquí y traductora en eventos de la Fifa, pues también habla holandés e inglés. Por la app de citas Happn hizo match con Fraser, aunque nunca se hablaron por allí.
Un día, en un tren a Newcastle, el encuentro sucedió.
"En el tren veo que al lado mío estaba parado un rubio estupendo, parecía Thor (Chris Hemsworth). Lo miré y me flechó", recuerda. Ese día terminaron tomando cervezas, pero después vinieron las complicaciones. Ella debió irse a trabajar por una gira con la Fórmula 1, y a su regreso él le comunicó que se estaba dando una oportunidad con su ex de Alemania y "que no quería jugar con los sentimientos de nadie. Yo volví a las pistas, pero él me quedó dando vueltas", relata la modelo.
Cuatro meses después, Craig volvió a mensajear a Xaviera. Su relación con la ex no prosperó, y decidieron intentarlo nuevamente. Terminaron durante el estallido social de Chile, "porque yo estaba muy preocupada por mi familia acá así que lo pateé porque no quería que me viera así". Volvieron a las tres semanas porque él le pidió un dato para arrendar una pieza, Xaviera le dio el número de su casero, terminaron siendo roommates y se afianzaron.
Como tiene por costumbre, la modelo regresó a Chile el pasado verano por trabajos aquí y a visitar a su familia, y en marzo la pilló el confinamiento por el coronavirus. "Él se la jugó porque con la pandemia no sabía cuando me iba a volver a ver, así que vino justo antes de que cerraran las fronteras. Venía por 14 días y terminó quedándose un mes y medio. En mayo se fue a vivir a Hamburgo (Alemania) por su trabajo", detalla.
-¿Por qué usted no se fue con él o durante estos meses?
-Quise quedarme para ayudar a mi familia. Abrí una tienda online de implementos deportivos y me ha ido súper bien y me han salido buenas ofertas de pegas por los videos de entrenamientos. Pero extraño mucho a mi pololo así que me voy a partir de cero con él allá. No hablo alemán, pero aprenderé. Él vale la pena así que los esfuerzos también, porque recuerdo que lo vivido ha sido muy bueno. Me voy en septiembre. Nos mensajeamos y hacemos llamadas casi todos los días, pero hay veces donde él reconoce que no quiere hablar mucho porque está cansado o yo no ando de ánimos. Y eso está bien, hay que tener empatía y decirse esas cosas. Él también se conecta casi todos los días en su hora de almuerzo y entrenamos juntos por videollamadas.