Jueves, 9.31 de la mañana y de pronto en "Bienvenidos" se aborda un tema
relacionado con Amaro Gómez-Pablos y su gusto por los pareos. Todo tiene más
sentido cuando aparece en pantalla una foto del periodista junto a su padrastro, Gary
Sinclair, vestidos con esta prenda en Cachagua. "Al final, él (Gary) es también mi
padre, yo lo siento como tal. Tuve la buena fortuna de tener dos padres, el biológico y
al mismo tiempo este otro que fue padrastro pero en rigor mi padre, porque fue él
quien me dio educación y un abrazo incondicional", relata Amaro.
La foto es del año 1987, poco tiempo después de que el conductor y su familia se instalaran en Chile. "Pese al frío en Cachagua, hicimos una fiesta con unos amigos en común que era tipo polinésica, con los collares de flores y música apropiada. Estábamos todos disfrazados, flores por doquier y con los pareos puestos, jajaja , recuerda Amaro. "Hacíamos ese tipo de cosas, fiestas de disfraces, nos congregábamos para algún tipo de encuentro culinario especial o si no aprovechábamos que la playa tiene tres kilómetros y fracción, y simplemente (hacíamos) largas caminatas, una conversación profunda y también entregándole espacio al silencio", agrega sobre su relación con Gary.
Los padres de Amaro -Patricia y Amaro- se separaron cuando él era muy chico. El publicista húngaro-australiano se sumó a la vida del animador un par de años después y la familia se amplió con la llegada de Rebecca y Daniela, las hermanas del periodista. "Cuando yo tenía 12 años, Gary tuvo la gentileza de sacarme a caminar y en esa caminata me pidió la mano de mi madre. Para que veas lo sensible y delicado que era. Yo estaba en las nubes y felizmente le dije que sí", confiesa sobre su padrastro.
Este viernes, Gary habría estado de cumpleaños. Él falleció en 1995 y la madre del comunicador nunca se volvió a casar. En sus viajes, ella tiene el ritual de enviarle a su marido una postal a una dirección inventada. "Gary era mi mejor amigo, no era solamente mi padre-padrastro. Fue un golpe muy duro en mi vida", señala Amaro sobre su pérdida.
Gómez-Pablos también tiene palabras para su padre biológico -que fue un destacado periodista en España- y señala que él "es parte de mi herencia natural y así entendí que debía valorarlo a él y conocerme más yo sin juicios de por medio. Eso siempre libera. También lo llevo conmigo y tuvimos una amistad muy bonita ya siendo más hombre. Valoro que mi madre nunca me puso ponzoña o veneno en la cabeza. Ella respetó que yo llegara a mis propias conclusiones. Tuve suerte, mucha suerte".
-¿Qué aspectos de Gary se reflejan en usted?
-Procuro tener esa generosidad irreflexiva que tenía él. Un hombre muy detallista, sensible. También debatía muy bien, entonces fue muy importante para mi formación como periodista y como ser humano al mostrarme siempre contraargumentos a cualquier creencia que yo pudiese tener. Fue muy bueno en términos formativos, en educación. Un hombre bien leído, que se provocaba. Traía de repente músicas exóticas, prendas interesantes, siempre se provocaba a él mismo. Siendo yo muy joven, me enseñó a manejar en Marruecos, en el Sahara. Ni tonto, no hay un árbol, no hay donde chocar, jajajá. En Marruecos también nos metíamos en los bazares, los mercados. Le gustaba mucho compartir y disfrutar.
También destaca otro dato sobre el publicista: "Él era judío no ortodoxo. A muy temprana edad, cuando tenía 3 años, su familia se fue escapando de la guerra a Australia, entonces era un hombre muy culto, muy vividor pero también me dio esa impronta de ver las cosas bajo la perspectiva de un pueblo que ha sido perseguido durante muchos años. Él perdió prácticamente a toda su familia a manos de los nazis. Luego vivió en Estados Unidos, en España... Fue un saltamontes y me educó a mí para ser un saltamontes a escala".
La foto es del año 1987, poco tiempo después de que el conductor y su familia se instalaran en Chile. "Pese al frío en Cachagua, hicimos una fiesta con unos amigos en común que era tipo polinésica, con los collares de flores y música apropiada. Estábamos todos disfrazados, flores por doquier y con los pareos puestos, jajaja , recuerda Amaro. "Hacíamos ese tipo de cosas, fiestas de disfraces, nos congregábamos para algún tipo de encuentro culinario especial o si no aprovechábamos que la playa tiene tres kilómetros y fracción, y simplemente (hacíamos) largas caminatas, una conversación profunda y también entregándole espacio al silencio", agrega sobre su relación con Gary.
Los padres de Amaro -Patricia y Amaro- se separaron cuando él era muy chico. El publicista húngaro-australiano se sumó a la vida del animador un par de años después y la familia se amplió con la llegada de Rebecca y Daniela, las hermanas del periodista. "Cuando yo tenía 12 años, Gary tuvo la gentileza de sacarme a caminar y en esa caminata me pidió la mano de mi madre. Para que veas lo sensible y delicado que era. Yo estaba en las nubes y felizmente le dije que sí", confiesa sobre su padrastro.
Este viernes, Gary habría estado de cumpleaños. Él falleció en 1995 y la madre del comunicador nunca se volvió a casar. En sus viajes, ella tiene el ritual de enviarle a su marido una postal a una dirección inventada. "Gary era mi mejor amigo, no era solamente mi padre-padrastro. Fue un golpe muy duro en mi vida", señala Amaro sobre su pérdida.
Gómez-Pablos también tiene palabras para su padre biológico -que fue un destacado periodista en España- y señala que él "es parte de mi herencia natural y así entendí que debía valorarlo a él y conocerme más yo sin juicios de por medio. Eso siempre libera. También lo llevo conmigo y tuvimos una amistad muy bonita ya siendo más hombre. Valoro que mi madre nunca me puso ponzoña o veneno en la cabeza. Ella respetó que yo llegara a mis propias conclusiones. Tuve suerte, mucha suerte".
-¿Qué aspectos de Gary se reflejan en usted?
-Procuro tener esa generosidad irreflexiva que tenía él. Un hombre muy detallista, sensible. También debatía muy bien, entonces fue muy importante para mi formación como periodista y como ser humano al mostrarme siempre contraargumentos a cualquier creencia que yo pudiese tener. Fue muy bueno en términos formativos, en educación. Un hombre bien leído, que se provocaba. Traía de repente músicas exóticas, prendas interesantes, siempre se provocaba a él mismo. Siendo yo muy joven, me enseñó a manejar en Marruecos, en el Sahara. Ni tonto, no hay un árbol, no hay donde chocar, jajajá. En Marruecos también nos metíamos en los bazares, los mercados. Le gustaba mucho compartir y disfrutar.
También destaca otro dato sobre el publicista: "Él era judío no ortodoxo. A muy temprana edad, cuando tenía 3 años, su familia se fue escapando de la guerra a Australia, entonces era un hombre muy culto, muy vividor pero también me dio esa impronta de ver las cosas bajo la perspectiva de un pueblo que ha sido perseguido durante muchos años. Él perdió prácticamente a toda su familia a manos de los nazis. Luego vivió en Estados Unidos, en España... Fue un saltamontes y me educó a mí para ser un saltamontes a escala".