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Cecilia Bolocco

El viernes, horas antes del inicio de "Vamos chilenos", Cecilia Bolocco recibió un aro de luz en su casa de Miami. Su hijo Máximo (16 años) le encargó que se comprara uno. "Él se maneja mucho en la parte tecnológica, aparte tiene un ojo artístico muy desarrollado. Me dice ponte ahí para medir la luz y sabe cuáles son los lados que más me favorecen", cuenta ella vía Zoom.

Cecilia llegó a Miami a principios de mes. "Nos vinimos a Estados Unidos para realizarle a Máximo el chequeo que hay que hacerle cada tres meses y gracias a Dios y a la Virgen salió todo bueno. Así que muy feliz y agradecida por estos resultados que nos dejan tan tranquilos hasta el próximo chequeo, porque esto es así", explica la animadora sobre el estado de salud de su hijo, que en noviembre del 2018 fue sometido a una cirugía para extirparle un tumor cerebral y que durante el año pasado se hizo un largo tratamiento en el St. Jude Children's Research Hospital.

-¿Siempre tendrá que hacerse chequeos tan seguidos?
-Tiene que ser así durante los dos primeros años y él recién está cumpliendo un año desde que terminó su tratamiento. Después eventualmente debería hacerse los controles cada seis meses, pero sé que los chequeos más rigurosos son durante los primeros cinco años. Ahora está feliz en Miami.

La animadora apareció anoche en el inicio de "Vamos chilenos". Ella asegura que "ayudar me hace inmensamente feliz. Fue una maravillosa herramienta en el proceso más difícil con mi hijo. Cuando uno se enfoca en ayudar al resto el dolor propio se va achicando hasta que pasa a un segundo plano y eso es muy importante para salir adelante".

-En el programa se homenajeó a personas mayores. ¿A quién le gustaría honrar?
-A mis padres. Imagínate que el 13 de septiembre cumplieron 61 años de matrimonio. Cómo no los voy a querer a honrar. Él es un ejemplo de fuerza y resiliencia. Se ha levantado una y otra vez. Su ejemplo lo tengo grabado a fuego en mi corazón. Cuando era chica él me medía en la puerta de su clóset y hacía una rayita. Un día me midió y yo feliz le digo "uy que crecí, ¿a dónde voy a llegar?". Él me miró y me dijo "nadie sabe hasta dónde vas a llegar, lo único que te digo es que no te pongas límites, el límite tiene que ser el cielo". Como diciéndome crece, crece. Pese a sus problemas, jamás lo vi derrotado. La única vez que lo vi realmente afligido fue cuando falleció mi hermano. Pero aún así después de un tiempo una vez me quedó mirando y me dijo "ya no me voy a preguntar más por qué se fue tan pronto Rodrigo, sino que voy a agradecer porque pudo compartir con nosotros 24 años". Esa forma de mirar la vida ha sido un gran ejemplo. Mi madre ha sido el complemento perfecto de mi padre. Ella ha tenido una espiritualidad muy profunda y siempre se quedó más en casa, enseñándome a mirarme hacia dentro. Los dos han sido cruciales en mi vida.

Cecilia hace una pausa y retoma: "También quiero honrar a una mujer maravillosa, que me crió durante los primeros siete años de mi vida y que ya no está con nosotros. Ella llegó cuando nací y se fue quedando en mi casa por distintos problemas de salud que tuve cuando chica. Fue como una segunda mamá, la recuerdo con mucho amor. Se llamaba Rebeca Jara y murió poquito después que salí elegida Miss Universo. En mi primera visita a Chile llegué muy custodiada y con muy pocos permisos para salir. Un día pedí permiso para estar con mi familia, le pedí el auto a mi hermano, me disfracé, agarré la corona de Miss Universo y salí escondida a visitarla a su casa. Uy, fue tan bonito verla nuevamente. Le llevé la corona porque ella siempre me decía "mi reinita, usted es más linda que un sol".

-Esos problemas de salud de chica, ¿los superó?
-Sí, sí. Me agarré una bacteria bastante complicada recién nacida y eso me tuvo entrando y saliendo de la clínica durante el primer tiempo. Coincidió que mi mamá se quedó embarazada de mi hermana, así que Rebeca me cuidó.

-¿Cómo ha sido la conexión con sus papás en estos tiempos?
-Al comienzo estuve muy pendiente de llevarles todas las semanas sus remedios y alimentos. Después se hizo más compleja la cuarentena y logramos un método para que ellos se pudieran autoabastecer sin salir. Ahora llevo un buen rato sin verlos físicamente, pero hablamos por teléfono una hora diaria, cosa que antes no era muy común porque nos veíamos seguido. En estas llamadas telefónicas se han dado unas conversaciones bellísimas con mi mamá. Muy profundas. Esta cuarentena nos ha invitado a irnos hacia adentro, a preguntarnos cuáles son realmente las cosas esenciales, y yo lo agradezco mucho. Imagínate lo esenciales que han sido en esta etapa de Máximo. Nosotros nos vinimos por un largo tiempo a Estados Unidos por su tratamiento y ellos muy preocupados, siempre conectados. Mi mamá especialmente, porque tiene una conexión muy especial con Máximo.

"Hay que tratarlos con respeto desde el lenguaje"

Cecilia Bolocco participó en reuniones con gente de la Universidad Católica y la producción de "Vamos chilenos" para conocer más de la realidad de los adultos mayores. "Es primera vez que se hace un programa dedicado a este grupo. Espero que esto genere un cambio profundo en la manera que la sociedad completa mira a las personas mayores. No sigamos refiriéndonos a ellos como los adultos mayores, los viejitos, los abuelitos. Hay que tratarlos con respeto y aprecio desde el lenguaje", destaca.

-¿Nos falta valorarlos más?
-Muchas veces a las personas mayores se las mira en menos, como que estuvieran en el ocaso de su vida, como que no sirven de mucho, cuando al revés, en culturas evolucionadas, las personas mayores son fuente de sabiduría y necesarias para diseñar políticas públicas. Tú ves en las culturales orientales y en los pueblos originarios de nuestro país cómo veneran a las personas mayores por su experiencia y sabiduría.
Papas de Cecilia Bolocco

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