Mundialmente famoso gracias a películas como "Star Wars: La amenaza fantasma" ("Star Wars: The Phantom Menace", 1999), "Trainspotting" (1 996), "Moulin Rouge" (2001) y la serie "Fargo", Ewan Mc Gregor ha demostrado su afición por los viajes aventura. Así se vio en sus documentales "Long way round" (2004) con su periplo desde Londres a Nueva York vía Alaska, y "Long way down" (2007), recorriendo de Escocia hasta Sudáfrica. Ahora le tocó el turno a Sudamérica con "Long way up", que muestra su viaje de 2019, en compañía de su amigo Charlie Boorman, desde el sur de Chile hasta California. La serie debutara próximamente en Apple TV+.
McGregor nació en Escocia hace 49 años. Sus padres eran profesores, pero él no siguió sus huellas: dejó el colegio a los 16 y trabajó en lo que pudo hasta que, siguiendo el ejemplo de su tío, el actor Denis Lawson, estudió teatro. Así en 1993 debutó en la "Lipstick on your collar". Siempre ha sido muy reservado con su vida privada. Su primer matrimonio con la diseñadora Eve Mavrakis dejó 4 hijas y duró 22 años hasta que el actor comenzó una relación con la actriz Mary Elizabeth Winstead en 2017.
En esta entrevista, McGregor habla de sus viajes y su poco conocido vínculo familiar con Chile.
-¿Cómo se sintió estando en nuestro país?
-Amé demasiado a Chile. Encontré a la gente súper amable, todos tratando de ayudarnos. Y los paisajes son realmente maravillosos. Tengo un pariente chileno en mi familia.
-Cuente, por favor.
-Un tatarabuelo, quien era escocés y partió a Chile a fines del 1800. Era ingeniero y viajó allí para ayudarles a los ingenieros norteamericanos en la construcción de la red de ferrocarriles. Se casó en Chile y el matrimonio tuvo un hijo. Finalmente el padre murió y su hijo chileno regresó a Glasgow, Escocia, país que no conocía. Trabajaba como importador de vinos y además en el consulado chileno en Escocia. Pero ahora viene una historia muy triste: él arregló un viaje para que su madre viajara desde Chile y se fuera a vivir a Escocia. Pero desafortunadamente ella falleció durante el viaje, mientras el barco cruzaba el Estrecho de Magallanes, lo que fue algo muy triste para nuestra familia.
De acuerdo a notas periodísticas y documentación oficial de Escocia, el ancestro chileno de McGregor se llamó John Mclndoe, pero también se le conoció como Juan y fue su bisabuelo nacido en nuestro país (detalles en nota aparte).
-¿Qué lugares conocieron en nuestro país?
-Puerto Octay, donde comimos un plato típico: Arrollado de Huaso y lo encontré muy sabroso. El lago Llanquihue es realmente precioso. También pasamos por San Pedro de Atacama.
-Ahora, cuando casi nadie puede viajar, es un momento perfecto para que se estrene su documental.
-Sí, creo que tuvimos mucha suerte de realizar el viaje cuando lo hicimos, justo antes de la pandemia. Decidimos partir en el mes de septiembre desconociendo que en la Patagonia aún estaban con un invierno brutalmente frío. Cuando planificamos la ruta no le prestamos demasiada atención al clima. Cuando aterrizamos en Ushuaia (Argentina) volando sobre montañas nevadas, nos miramos preguntándonos por qué tanta nieve. Ya en tierra no pudimos ir a ninguna parte durante 4 0 5 días por la nieve.
-¿Les tocó mucho frío en Chile?
-Casi nos congelamos en Punta Arenas, aunque el hotel donde nos quedamos tenía la vista más hermosa que me ha tocado durante una estadía. Desde mi ventana podía ver hasta el Estrecho de Magallanes. Cuando partimos hacia Torres del Paine nos vestimos casi con todo lo que teníamos en las mochilas, porque el frío calaba los huesos.
-Utilizaron motos eléctricas. ¿Dónde las recargaron?
-Por suerte nos abrieron un hotel que estaba cerrado porque aún no comenzaba la temporada y nos conseguimos un transformador para poder usar la corriente chilena. Como hacía tanto frío tuvimos que dejar las motos dentro del hotel, ya que afuera no cargaban.
-¿Qué ha aprendido de sus viajes?
-Me he conectado con lo que más me maravilla dentro de mí. Me encanta no saber con qué me encontraré a la vuelta de la esquina. Durante este viaje nos tuvimos que organizar mejor. Durante las noches, necesitábamos llegar a un lugar para recargar las motos, lo que de cierta manera nos quitó un poco la libertad. Lo que me gusta es no saber lo que va a pasar y no preocuparme al respecto. La meditación que hago sobre mi motocicleta es algo muy tranquilizador. Me encantan los tramos largos donde voy sentado en la moto como en una burbuja recordando cosas de las cuales no he pensado durante mucho tiempo.
-¿Es un buen mecánico?
-Soy un mecánico ok (o sea, competente). No soy capaz de reconstruir un motor, pero sí de mantener el carburador, las ruedas, hacer cambio de aceite, lo básico. No soy como Keanu Reeves, quien construye sus propias motos. El siempre ha preferido las de la marca Norton.
-¿Qué tipo de motos prefiere usted?
-Mis marcas favoritas son Moto Guzzi y Harley Davidson, empresa que nos facilitó las motos eléctricas Live Wire para este viaje. Son mucho menos estresantes que las tradicionales, uno llega más descansado a su destino. Existe mucho más encanto estar sobre una motocicleta que en un auto, todos los viajes se convierten en una pequeña aventura. A menos que me acompañe una de mis hijas, siempre opto por la moto, incluso cuando voy a trabajar. Es lo mejor ya que parto temprano, alrededor de las 5.30 AM, cuando las calles aún están vacías, pero a veces por motivos del seguro no me permiten usar mi moto.