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Imágenes 3D revelan la real eficacia de mascarillas y escudos faciales
Una imagen vale más que mil palabras y una imagen 3D en base a detectores láser capaces de distinguir partículas de hasta 5 micrones (1 metro equivale a 100.000 micrones), debiera bastar para saber si la mascarilla que estamos usando es la correcta o hay que cambiarla.

Un equipo de ingenieros expertos en mecánica de fluidos del Florida Atlantic University puso a prueba a nivel micrométrico la eficacia de las mascarillas quirúrgicas comunes, las mascarillas con válvula exhaladora, las N95 (utilizadas por el personal médico que atiende a pacientes Covid) y los escudos faciales, midiendo su capacidad para detener las gotas y partículas que salen expulsadas en una tos o estornudo. Sus resultados fueron publicados en la revista del Instituto Americano de Física.

Para ello simularon una tos de baja intensidad utilizando un maniquí al que le instalaron un ducto que desembocaba en la boca y por el cual salía disparada una solución de agua destilada y glicerina propulsada por una bomba manual.

La observación en 3D de la tos fue posible gracias a dos detectores láser, uno horizontal y otro vertical, que fueron capaces de medir, no solo aquellas gotículas respiratorias observables a simple vista, sino además los aerosoles, partículas invisibles al ojo humano y que, según abundante evidencia reciente, son capaces de transportar el coronavirus e infectar.

La conclusión de los investigadores fue que había dos modalidades de protección especialmente ineficientes, sobre todo en cuanto a la contención de los aerosoles: los escudos faciales y las mascarillas con válvula exhaladora.

En las imágenes captadas por los detectores láser (y que se pueden ver en hüps://bit.ly/2Ff12rD), se ve cómo el escudo facial instalado en el maniquí es capaz de detener las gotas más grandes, aquellas que salen disparadas de manera frontal. Pero el aerosol, que se asoma como una nube, similar acaso al humo del cigarrillo, se escabulle por debajo del escudo, y luego sube y se mantiene flotando un buen tiempo, dependiendo de los flujos de aire que haya en el ambiente.

Los escudos faciales por sí solos, advierten los autores del experimento, dado que no filtran ni los aerosoles que se expulsan ni mucho menos los que podrían respirarse en el ambiente, son doblemente peligros para mitigar el contagio porque cada vez son más populares. Muchas personas los usan porque permiten respirar mejor, e incluso les permite a las personas sordomudas leer los labios.

Las mascarillas con válvulas exhaladoras, igual cosa. En la prueba 3D se ve cómo sale disparada una tremenda nube de partículas hacia debajo, que luego sube y se mantiene en suspensión. Estas mascarillas, que también permiten respirar mejor, son conocidas como las "mascarillas egoístas", porque su mecanismo filtra el aire que se respira, pero no el que se expulsa. Me protejo yo, pero no al resto.

Los ingenieros concluyeron que los mejores mecanismos de protección son las mascarillas quirúrgicas comunes y silvestres, que en algunos casos incluso protegen tanto como las N95. Igual de útiles también son las mascarillas de tela artesanales.

Lorena Tapia, académica del Programa de Virología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explica que los escudos faciales se usan preferentemente para personal médico, pero siempre con una mascarilla, ya sea una N95 0 una quirúrgica. Una combinación de ese tipo también podría ser usada por la población en general. "Los escudos faciales, usándolos por sí solos, hace tiempo que están cuestionados", dice.

Las mascarillas con válvulas, en cambio, fueron diseñadas para casos aún más específicos, como por ejemplo, para manipular sustancias tóxicas. "Ni siquiera se usan para los casos Covid", dice. "Y usarlo en el día a día no es recomendable, porque no me estoy preocupando del resto".

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