Olechka Korenevskaya y Jimmy Acevedo llevan poco más de dos años de matrimonio y en julio, en plena pandemia, decidieron publicar videos en TikTok (@oleandjimmy) mostrando las diferencias entre sus culturas. Actualmente tienen más de 233.000 seguidores, entre todas sus publicaciones suman 3,4 millones de Me Gusta, su video más popular tiene 1,2 millones de reproducciones y la pregunta que más reciben es cómo se inició su historia de amor. A continuación, ellos la relatan.
Todo comenzó por el interés de Ole (24 años), como le dice su marido, por aprender español. Ella cuenta que en 2017, mientras estudiaba relaciones internacionales en Ekaterimburgo -ciudad ubicada en el centro oeste de Rusia- buscó opciones de intercambio. Las alternativas eran España, México y Chile, lugar que eligió"para conocer algo nuevo", dice la joven que actualmente trabaja en una empresa de frutos secos.
Olechka llegó a Santiago en julio de 2017 y en septiembre una amiga de la universidad la invitó a un campamento cristiano en Pichilemu. Es en este momento cuando Jimmy Acevedo (24), que trabaja como procurador en un estudio de abogados, aparece en el mapa. "En un principio no lo pesqué mucho. El tema es que este muchacho siempre me ponía en una situación incómoda", recuerda Olechka. Jimmy toma la palabra: "Ella hablaba inglés, yo también hablaba inglés, entonces le ofrecí que si quería conversar con alguien, yo podía traducir. Esto porque quería estar cerca de ella". La rusa agrega que en ese viaje, cuando vio a su actual marido cuidando a su sobrina, lo miró de otra forma.
Ya en Santiago, el siguiente movimiento de Jimmy fue proponerle a Olechka tomar un café bajo el pretexto falso de que "mi sueño siempre ha sido aprender ruso". Ella aceptó y en esa reunión le confesó que "no me interesa pololear y después separarme en un futuro. Yo busco un marido". Jimmy le respondió que él había pololeado pocas veces en su vida y que "la próxima vez que pololee, me caso. Esto fue en septiembre y en noviembre fuimos al Registro Civil para casarnos". Los jóvenes no sabían que hay que pedir hora para casarse y les dieron turno para dos meses más. El detalle es que en dos meses, Olechka iba a estar en Rusia para terminar su carrera.
Pololeo por WhatsApp
Olechka volvió a Rusia en diciembre de 2017. En esta etapa de pololeo virtual conversaban todo el día por WhatsApp y su cita semanal de videollamada era los domingos a las 6 de la mañana. En esos diálogos, ella estableció que antes de volver a Chile, él debía viajar a conocer a sus suegros. "Así que vendí todo lo que tenía, trabajé un poco y me compré un pasaje a Rusia", dice Jimmy.La estadía del joven en Ekaterimburgo comenzó en febrero de 2018 y para el día del gran anuncio preparó comida chilena junto a una botella de vino nacional. Como los padres de Olechka no hablan inglés, ella ofició de traductora. "Les dije (a mis suegros) yo no vine por vacaciones. Vine porque con la Ole tenemos pensado estar juntos, que ella vuelva a Chile conmigo y quería que ustedes me conocieran para hacer esto mucho más oficial . En ese momento, mi suegra comenzó a hablar en ruso y le ardían los ojos, estaba en llamas. La Ole me traducía cosas en español que no coincidían con la cara que ella tenía. Yo veía que mi suegra hablaba enojadísima y la Ole traducía pucha, es que Chile es tan lejos ", recuerda él.
-¿Qué decía realmente su mamá, Olechka?
-Hacía preguntas sobre nuestro futuro, cómo íbamos a vivir, en qué iba a trabajar, pero bien molesta. Es que ella es una persona muy seria y si no entiende cómo van a funcionar las cosas, no le gusta.
Jimmy agrega que con su suegro logró tener buena onda de inmediato y salieron juntos a cazar. Finalmente, él volvió a Chile con la aprobación del compromiso y Olechka llegó el 26 de julio, dos días antes del matrimonio simbólico que el joven organizó. El 14 de agosto se casaron por el Registro Civil. "Todos pensaron que nos casamos porque yo iba a tener guagua, jajajá", dice ella. Ambos coinciden en que estar casados "ha sido una gran aventura".
-¿Qué conclusiones ha sacado sobre los chilenos, Olechka?
-Son muy amistosos y cercanos. En Rusia somos más fríos entre personas. Ni siquiera a mis padres yo les daba besos y abrazos. La primera vez que fui a la feria una señora me dijo qué te sirvo, mi amor . Para mí fue sorprendente que te traten con esas palabras porque en Rusia decir mi amor es algo serio. También me encanta cómo celebran las Fiestas Patrias, cómo se juntan las familias. Creo que he buscado eso toda mi vida porque a mí me faltó ese tipo de amor en Rusia.
La distancia rusa
Evguenia Fediakova, doctora en ciencias políticas e investigadora docente del Instituto de Estudios Avanzados de la Usach, señala que si bien es difícil generalizar los tipos de relaciones que se establecen en Rusia, hay un par de certezas en cuanto al contacto físico. "Es cierto que por lo menos en Rusia no existe esta costumbre de que cuando una persona entra a una oficina, comienza a acercase uno a uno (para saludarlos) dando besos. No existe eso allá. Cuando una persona rusa llega a una oficina, saluda desde la puerta a todos y se sienta. Nuestra manera de relacionarnos es mucho menos corporal", explica ella.Tras escuchar el testimonio de Olechka Korenevskaya sobre la distancia física en su familia, Fediakova comenta que eso "depende de cada familia, pero la mía es igual. No hay mucho abrazo ni mucho beso. Los abrazos fuertes son para la despedida de un viaje muy largo o para un reencuentro después de un tiempo largo".