El martes Jeanne, estudiante de literatura, visitó el museo d'Orsay de París, famoso
por su colección de pintores impresionistas. Era una tarde calurosa y por eso la
joven acudió con un vestido con escote en V en tonos tierra y azules, y de manga
larga. La acompañaba una amiga que usaba una polera tipo crop top. Llegaron al
museo y a Jeanne no la dejaron entrar. La administración consideró que su
vestimenta no era adecuada para ingresar, de acuerdo con las normas del
establecimiento. Tras el entredicho con los guardias y algunos funcionarios, la joven
ingresó usando una chaqueta. Pero luego decidió hacer público el incidente a través
de una carta abierta que se hizo viral y ha sido publicada en medios a nivel mundial.
"Carta abierta al museo d'Orsay. Adjunto imagen del vestido de la discordia (foto tomada cuatro horas antes)", escribió la chica en su cuenta de Twitter (@jeavnne) junto a la imagen de la carta y la foto del vestido que usó (que acompaña esta nota).
"Pregunto que qué pasa, no me responden, me miran fijamente los pechos, me siento incomodísima, no entiendo qué pasa. 'Cálmese, señora, las normas son las normas", le dice un guardia según la carta. Luego de varios minutos, un grupo de funcionarios comienza a agolparse en la entrada, llaman a otro encargado, hasta que la joven se da cuenta que se refieren a su escote. "Usted póngase una chaqueta y si quiere adentro se la quita, son las normas", le pide uno de los encargados.
"Todo este sinsentido hace que incluso un responsable se aguante la risa. No quiero ponerme la chaqueta porque me siento vencida, obligada, me da vergüenza, me da la impresión de que todo el mundo me mira los pechos, ya no soy más que mis pechos, soy solo una mujer sexualizada, pero quiero entrar en el museo", explica la estudiante en la carta. "No soy mis pechos, no soy un cuerpo, vuestro doble rasero no debería ser un obstáculo para mi derecho a acceder a la cultura y al conocimiento", dice.
Desde París, Jeanne confirmó a este diario que representantes del museo efectivamente la contactaron vía telefónica. "Las disculpas que me dio el museo fueron adecuadas, me llamaron por teléfono y el intercambio fue de lo más cordial. Pero creo que las excusas públicas no se refieren a lo que realmente pasó, que fue un hecho sexista", dice Jeanne. En su Twitter agregó: "Escribí mi carta abierta con el único objetivo de denunciar la discriminación basada en el físico y las dinámicas sexistas que operan en nuestras sociedades".
"Carta abierta al museo d'Orsay. Adjunto imagen del vestido de la discordia (foto tomada cuatro horas antes)", escribió la chica en su cuenta de Twitter (@jeavnne) junto a la imagen de la carta y la foto del vestido que usó (que acompaña esta nota).
"Pregunto que qué pasa, no me responden, me miran fijamente los pechos, me siento incomodísima, no entiendo qué pasa. 'Cálmese, señora, las normas son las normas", le dice un guardia según la carta. Luego de varios minutos, un grupo de funcionarios comienza a agolparse en la entrada, llaman a otro encargado, hasta que la joven se da cuenta que se refieren a su escote. "Usted póngase una chaqueta y si quiere adentro se la quita, son las normas", le pide uno de los encargados.
"Todo este sinsentido hace que incluso un responsable se aguante la risa. No quiero ponerme la chaqueta porque me siento vencida, obligada, me da vergüenza, me da la impresión de que todo el mundo me mira los pechos, ya no soy más que mis pechos, soy solo una mujer sexualizada, pero quiero entrar en el museo", explica la estudiante en la carta. "No soy mis pechos, no soy un cuerpo, vuestro doble rasero no debería ser un obstáculo para mi derecho a acceder a la cultura y al conocimiento", dice.
Habla la afectada
En su reglamento, el museo efectivamente hace alusión a la vestimenta de los visitantes. El los artículos 14 y 35 dice que está prohibido asistir con "con un atuendo susceptible de alterar la tranquilidad pública" y en el artículo 7 dice que los asistentes deben llevar "un atuendo decente". Tras el revuelo que provocó la carta en Twitter, el museo le pidió disculpas públicas a la joven. "Lamentamos profundamente esto y nos contactamos con la persona afectada para disculparnos", tuiteó.Desde París, Jeanne confirmó a este diario que representantes del museo efectivamente la contactaron vía telefónica. "Las disculpas que me dio el museo fueron adecuadas, me llamaron por teléfono y el intercambio fue de lo más cordial. Pero creo que las excusas públicas no se refieren a lo que realmente pasó, que fue un hecho sexista", dice Jeanne. En su Twitter agregó: "Escribí mi carta abierta con el único objetivo de denunciar la discriminación basada en el físico y las dinámicas sexistas que operan en nuestras sociedades".