Después de nueve duros meses de constantes aprendizajes, los científicos tienen algo muy claro sobre el coronavirus: se puede transmitir de dos formas, a través de las gotitas que se expulsan al estornudar o toser y mediante las pequeñas partículas, llamadas aerosoles, que se generan al hablar o exhalar.
Por eso -otro aprendizaje fundamental- es imprescindible, mientras no haya una vacuna, usar mascarillas, sobre todo en espacios cerrados y con mala ventilación. Es lo más parecido a una ley inquiebrantable.
No cualquiera
Un análisis del sitio estadounidense "Business Insider" clasificó en orden decreciente la eficiencia de distintos tipos de mascarillas, desde la N95 que usa el personal médico hasta las hechas en casa con paños de cocina.
El artículo recopiló un montón de estudios asociados al tema, que medían la eficiencia del adminículo según su confección y su capacidad filtrante dependiendo del tamaño de la gotita respiratoria.
Sin válvula
Las mejores, se sabe, son las N95. Pero es mejor dejárselas al personal médico. Las peor evaluadas son las que tienen una válvula o respirador incorporado, pese a ostentar un 90% de capacidad filtrante ante aerosoles y gotas de gran tamaño. ¿Por qué? "Son muy buenas para el usuario, pero malas para proteger al resto de la gente", asegura el médico Jorge Jorquera, broncopulmonar de la Clínica Las Condes.
"Estas mascarillas tienen una gran capacidad de filtro del material particulado, pero no detienen los virus que yo podría estar eliminando a través de la respiración. Una persona puede estar excretando virus cerca de dos a tres días antes del inicio de los síntomas. Alguien podría estar contagiando sin sentirse enfermo. Es importante el autocuidado, pero hay que cuidar al resto también", agrega.
La enfermera Camila Carvajal, académica del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, agrega: "El aire exhalado sale de la mascarilla casi sin filtrar. No protege a nadie de los que está alrededor tuyo. Estas mascarillas suelen usarse en ambientes industriales, donde hay mucho polvo".
Déjela en el cuello
"Las bandanas tampoco deberían usarse como medida de protección", asegura el doctor Jorquera. "Como muestra la tabla, es casi como tirar una moneda al aire, una partícula entra y la otra no (44% de eficiencia ante gotitas y 49% frente a aerosoles). Las bandanas se usan harto para trotar en el invierno, porque impiden respirar aire tan helado, pero claramente no son suficientes para evitar contagios", agrega.
Tres capas
La enfermera Carvajal recomienda utilizar mascarillas con tres capas. "Una capa interior absorbente, que puede ser de algodón, porque es una de las telas que tiene mejor filtrado y además evita alergias en la piel. Luego una capa intermedia que permita aumentar el filtrado. Sirve el propileno, por ejemplo. Y una tercera capa exterior que tiene que ser impermeable, de poliéster o polipropileno. Se recomienda que la mascarilla, en vez de ser lisa, sea de esas que se pliegan, como las quirúrgicas, porque eso aumenta hasta cinco veces la filtración", ilustra.
Úsela bien
Camila Carvajal advierte que es más importante usar bien la mascarilla que el material del que está hecha. "Se debe cubrir completamente la nariz y la boca. Eso implica usarla debajo del mentón para evitar que al hablar la mascarilla suba y deje expuesta la boca".
