Munster, que había tenido que cerrar temporalmente Teatro Play Producciones -la empresa que armó hace 11 años con su mujer, Verónica González- comenzó a teletrabajar desde su casa. "El primer tiempo fue de pegarme cabezazos pensando qué podíamos hacer. Me preocupaba la estabilidad de mi familia. Pero también mi equipo. Somos 20 personas que trabajamos en la productora. Tampoco quería comerme todos mis ahorros. Y en esta cosa de reinventarse armé un estudio en mi casa", explica.
Hace un par de semanas, el actor de teleseries como "Amor a la Catalán", volvió a trabajar en la calle para producir la fiesta dieciochera que se realizará en Colina entre el 14 y 17 de septiembre. "Con la productora siempre hacemos las fondas de Colina. Todo indicaba que este año no iba a pasar nada, pero se me ocurrió hacer estas fondas itinerantes", cuenta.
-¿En qué se inspiró?
-Hace muchos años me enamoré de Daniela Mercury cuando la vi cantando arriba de un camión en el Carnaval de Río. Así empezó a cuajar la idea.
Munster (@renatomunster en Instagram) armó cuatro escenarios abiertos sobre cuatro camiones con rampas de 13 metros cada uno. "En la cola instalamos el generador y la sala de comandos al principio. Sobre la rampa pusimos un terciado de 15 mm y sobre eso van unos fierros como de micro como elemento de seguridad. Todos los artistas y técnicos van con líneas de vida enganchadas a estos fierros. Cada escenario tiene dos pantallas y en cada uno de ellos participará un grupo artístico", explica el actor.
Munster dice que "me siento feliz. Yo fui muy crítico al comienzo de la cuarentena porque cuando se hablaba de reactivación económica jamás se nombraba la importancia de reactivar la cultura. Cuando la cultura es clave para la salud mental. Acá estamos generando trabajo, movimiento y alegría para la gente. Hay cientos de personas trabajando en esto. Me enorgullece porque como equipo nunca bajamos los brazos".
-¿Cómo se reparten la pega con su señora?
-Ella es la jefa, yo sólo soy la cara bonita, jajajá. Soy un loco que se me ocurren las cosas, ella como buena ingeniera comercial, tiene esa cosa más estructurada: aterriza y materializa mis ideas.
-¿Se alcanzó a comer los ahorros?
-Me comí una buena parte y también me gasté el 10% como la mayoría de este país. Por eso, había que atinar y moverse. La mayor virtud que uno puede tener es ser flexible, dúctil y adaptarse a los cambios que te imponen la política, la salud, la contingencia.