De acuerdo a las estadísticas del Minsal, la epidemia está concentrada en tres grandes zonas del país: la mencionada Punta Arenas; el Gran Concepción, que incluye las comunas satélites de Talcahuano, Hualpén o San Pedro de la Paz; y la conurbación Valparaíso-Viña del Mar, que registró 894 casos activos, sumando los positivos de ambas ciudades vecinas.
¿Qué pasó en Punta Arenas? El epidemiólogo Gabriel Cavada, bioestadístico de la Universidad de Chile, postula que la ciudad recién está acercándose al peak de contagios, es decir, a la etapa más cruda de la epidemia. El doctor explica que el número de casos activos comenzó a crecer sostenidamente a partir de finales de julio, llegando a niveles muy superiores a los registrados en los brotes anteriores, de abril y junio.
"Ellos creyeron que el peak había pasado y por lo tanto relajaron las medidas. Lo mismo pasó acá en Santiago, a finales de abril, cuando quisieron abrir el Apumanque antes de tiempo. Creyeron que estaban en la meseta, pero era sólo una ilusión. Bueno, algo similar ocurrió en Punta Arenas. Desde el punto de vista epidemiológico, el brote epidémico partió recién a finales de julio y ahora recién están llegando al peak", asegura.
Ricardo Contreras, director del Hospital Clínico de Magallanes, cuenta que "la Unidad de Emergencia Hospitalaria recibe en promedio 200 consultas diarias, el 70% de ellas son respiratorias. Si bien esta cifra está muy por debajo de las consultas diarias en época de invierno en años anteriores (400 promedio), este número ha aumentado en relación al mes de junio, donde, en promedio, habían 100 consultas diarias".
¿Cómo está la cosa en la Quinta Región? El seremi de Salud de Valparaíso, Francisco Álvarez, cuenta que el número de casos activos de sus dos principales ciudades (Viña y Valpo) se estabilizó en torno a los 400 contagios. "Esta cantidad elevada de casos activos se explica, por un lado, por la alta movilidad y el relajo de la población en las medidas de autocuidado; y por otro lado, al aumento del testeo en estas comunas y en la región, la cual en un mes casi se triplicó, a través del fortalecimiento de la búsqueda activa", agrega.
El médico Jaime Sapag, doctor en Salud Pública y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, explica que la epidemia a nivel nacional entró a una etapa de estabilización, alcanzando un promedio de 1.900 casos diarios en las últimas semanas. ¿Qué significa esto? El virus sigue circulando en la población, tal vez con menos fuerza que meses atrás, pero con la energía suficiente para ocasionar rebrotes en distintos puntos del país, si no se toman los cuidados necesarios.
"Hay que estar muy alertas. La pandemia no ha terminado. Sigue con nosotros con un nivel de riesgo importante, pese a las medidas progresivas de desconfinamiento. Hay que continuar con todas las medidas de precaución personal y asumir que la presencia de este virus tiene para un buen tiempo más. No hay que bajar los brazos. Estamos en una fase de convivencia con el virus en la vida cotidiana. Tenemos que tomar todas las medidas para bajar la circulación del virus hasta que llegue la vacuna", ilustra.
Cavada complementa la idea de su colega: "La Región Metropolitana tiene el mismo comportamiento que la epidemia nacional, porque concentra el 85% de los casos. Si lográramos extinguir la epidemia en la capital, es decir, tener 20 casos diarios, los brotes de regiones serían prácticamente anécdotas, ya que se podrían focalizar todos los esfuerzos en esos lugares".