Científicos del Reino Unido e Italia, liderados por David Vauzour y Claudio Nicoletti, encontraron una nueva evidencia que relaciona problemas de aprendizaje y memoria con la denominada microbioma intestinal, concepto que hace referencia al conjunto de comunidades microbianas que se encuentran en el tracto gastrointestinal, genitourinario y respiratorio, la cavidad oral y nasofaríngea, y la piel.
De viejo a joven
Vauzour, investigador de Norwich Medical School, Biomedical Research Centre, University of Eat Anglia, aclara que su trabajo "no estuvo relacionado con la dieta, aunque la dieta tiene un gran impacto en los cambios de la microbiota intestinal".Explica: "Hicimos transferencia de heces de un donante al tracto gastrointestinal de otro individuo, en ese caso particular, realizamos trasplantes fecales de ratones adultos mayores a ratones adultos más jóvenes y luego evaluamos a los adultos jóvenes en busca de marcadores como ansiedad, comportamiento exploratorio y memoria".
Acota que "existe evidencia que muestra que la microbiota intestinal juega un papel importante en el desarrollo y la función del sistema nervioso central, afectando el aprendizaje y la memoria a través de las vías metabólicas, neuroendocrinas e inmunes". Comenta el científico que la investigación demostró que el proceso de envejecimiento se vincula con cambios relacionados con la edad en nuestra microbiota intestinal y que "actualmente estamos investigando el proceso inverso, agregando microbiota fecal de ratones jóvenes a ratones más viejos para ver si les ayuda".
Su colega Claudio Nicoletti, profesor de Medicina Sperimentale e Clínica, Universita degli Studi di Firenze, comenta que "analizamos microbiológicamente las heces de los ratones y nos dimos cuenta que los más jóvenes tenían microbiota diferente que los mayores. Por ejemplo, algunas especies producen ácidos grasos de cadena corta que son importante para el desarrollo del sistema nervioso y estos desaparecen en los más viejos". En cuanto al sistema nervioso, "analizamos el hipocampo que es la parte más primitiva del cerebro, que es muy similar entre ratones y humanos. Mi hipótesis es que pasaría lo mismos en esa parte del cerebro en los humanos", asegura Nicoletti.
Respecto de extrapolar el estudio a los humanos, "estoy escribiendo el proyecto actualmente y no sé si será financiado, pero claramente el plan es continuar con humanos ahora que sabemos lo que pasa en ratones y saber si este tratamiento seráútil para que los mayores mejoren sus capacidades cognitivas", detalla.
Importancia bacteriana
"Es un tema fascinante. Se comprueba que los microbios que están en el intestino son claves en los fenómenos del sistema nervioso, en general. En el caso del envejecimiento, un proceso fisiológico que se ve en este trabajo, es extremadamente importante porque se demuestra que si uno saca microbios de organismos viejos y los planta en organismos jóvenes, los jóvenes se vuelven viejos, entre comillas", resalta Andrea Calixto, doctora en ciencias biológicas de la Universidad de Columbia e investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (Cinv).Calixto cuenta que "trabajamos en aspectos parecidos, pero no lo hacemos en ratones sino en organismos más pequeños donde los bacterias que viven en los intestinos son determinantes en la salud cerebral y eso porque las bacterias producen muchas moléculas que son relevantes para la función de nuestros órganos, especialmente el cerebro".
Del estudio a la inversa que ahora realizan Vauzour y Nicoletti, "es súper inteligente y confirma que se puede cambiar el aspecto físico, molecular, fisiológico de los órganos y de los organismos también al cambiarles las bacterias, que son las que producen los químicos que influyen en los órganos", resalta Calixto. "Es interesante saber por qué los organismos más viejos tienen bacterias distintas. Otra gran pregunta en el campo científico es saber cómo es posible que la evolución en el tiempo provoque cambio en la microbiota. Es ahí donde podríamos entender cómo paliar sus efectos, qué es lo que necesitan las bacterias buenas para quedarse", argumenta.
Los especialistas coinciden en que los trasplantes fecales podrían usarse para revertir el deterioro cognitivo que acompaña el envejecimiento.