Las altas temperaturas traen consigo la aparición de un montón de insectos; entre ellos, moscas, mosquitos, cucarachas, y también arácnidos, como la temida araña de rincón, que, al ser carnívora, se alimenta de todas estas especies. Por eso es que en estas fechas hay que tener más precaución en el hogar, ya que muchas de ellas suelen llegar inesperadamente a nuestros inmuebles e inclusive hasta altas alturas en un edificio.
Según el biólogo y doctor en Neurociencias Jesús Olivares, coordinador de extensión del Instituto Milenio Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV), su aparición en casas o departamentos no tiene nada que ver con la higiene de lugar, sino más bien por descuidos.
"No hay estudios que definan cuál es la mejor forma que tienen las arañas para llegar a las casas. Hay muchas maneras en que estas especies pueden hacerlo. Una de ellas es por haber sido transportada en algún objeto, como una caja, mochila o en la misma ropa. Por otra parte, ellas son grandes trepadoras. Aprovechan la humedad que hay en las paredes para generar un efecto electroestático, que es lo que les permite trepar con sus garras hasta altas alturas. Las superficies rugosas de las paredes les facilitan el desplazamiento. También pueden ser llevadas por el viento".
Otra manera de hacerlo es transportando sus huevos, que mayormente puede ser por alguna caja (sus huevos pueden eclosionar en un mes).
Que habiten arañas en una vivienda no significa que sea habitada por gente desprolija con la limpieza.
"Sin embargo, la acumulación de objetos en diversos rincones de la casa permiten a estas especies encontrar escondites perfectos para asentarse y reproducirse. Además, los alimentos humanos o la basura que producimos atraen insectos que son su alimento", fundamenta.
Mayor concentración
Tener hembras deambulando por la casa es lo más complicado. Pueden poner hasta 80 huevos por temporada. Además, su mordedura es más peligrosa, dado que su veneno suele estar mucho más concentrado que en el caso de los machos."A partir de septiembre, los machos dejan su descanso de invierno. Empiezan a buscar hembras, ya que comienza el periodo de apareamiento. Mientras que la hembra sigue quieta en su rincón. Al desplazarse, el macho va gastando su veneno en las presas que caza. El veneno de la hembra se va concentrando debido a que permanece en su nido. A veces almacenan tanto veneno que les gotea en los colmillos. Ellas tienen más capacidad de aguantar el hambre", explica Olivares.
Una hembra, añade, pueden pasar meses sin comer nada.
"Si la hembra sale a caminar es porque realmente le dio hambre, por lo que puede llegar a ser muy peligrosa. Su veneno es más potente porque tiene mayor concentración de toxina. La mordedura de un macho es menos tóxica porque gasta más su veneno en sus desplazamientos", puntualiza.
Milenko Aguilera, biólogo y miembro del Laboratorio de Aracnología de la Universidad de Concepción, asegura que el veneno de la hembra y el macho tienen el mismo potencial a nivel molecular, es decir, son igual de dañinos.
"La diferencia está en que las hembras tienen una glándula de veneno que es mucho más grande que la del macho. Por lo tanto, la cantidad de veneno que inoculan es mucho mayor", justifica.
"La hembra tiende a inocular más veneno porque quiere que su caza sea más efectiva, ya que tiene que preocuparse de guardar energía para poder poner los huevos. Por lo tanto, cuando ataca una presa, inocula más veneno para matarla rápidamente y no tener que luchar y gastar energía en tener que torturar a la presa", agrega.
Los especialistas mencionan que la manera más clara para saber a qué sexo corresponde la araña es a través de sus pedipalpos, que son estructuras que forman parte de la mandíbula.
"En los machos los pedipalpos tienen una modificación: es más grande. Tiene una pelotita en la punta, con un gancho, que es un bulbo, lo que les sirve para reproducirse. Ahí es donde almacenan sus espermatozoides. En el caso de las hembras los pedipalpos son más lisos, cortos, y pequeños. Son más rectos", indica Olivares.
Son tímidas
Olivares sugiere hacer aseo profundo cada dos semanas pasando la aspiradora por todos los espacios y rincones de su casa, que involucre mover muebles y cuadros."Las arañas son bastante tímidas. No les gustan los ruidos ni la luz. Si mueves todo eso, la araña se puede ir", cuenta.