Nuevamente sale el sol para el puente de Chacao, cuya construcción en la Región de Los Lagos enfrentó diez meses de tormentosas negociaciones entre el ministerio de Obras Públicas (MOP) y el consorcio constructor Hyundai, debido al aumento de los costos. Ayer se firmó la modificación de contrato, que suma 110 millones de dólares al precio original.
Se trata del puente colgante más largo de Sudamérica. Tendrá una longitud de 2.750 metros y estará suspendido de tres torres que promedian 178 metros de altura. Con sus cuatro pistas mejorará la conectividad entre la Isla Grande de Chiloé y el continente, al reducir los 40 minutos que actualmente toma cruzar en barcaza el canal de Chacao, a sólo tres minutos por el viaducto.
Según explicó el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, "hemos analizando cada uno de los reclamos que ellos presentaron, para dilucidar cuáles de las exigencias adicionales correspondían al contrato, y cuáles eran realmente adicionales". El resultado fue salomónico. "Se han descartado la mitad de los valores reclamados y se han aceptado aproximadamente la otra mitad", dijo el secretario de Estado, quien aseguró que "todos los aceptados corresponden a mejoras en la seguridad del puente".
Más en detalle, Moreno enumeró que los sobrecostos se deben a "mayores apoyos, debido a la mayor profundidad de socavación en los pilares del puente; a un nuevo sistema de trabas, denominado trabas japonesas y al uso de pilotes y no de zapatas en el macizo de anclaje, lo que mejora el factor seguridad".
Así también lo cree Christian Ledesma, profesor de Ingeniería Estructural y Geotécnica de la Pontificia Universidad Católica. "El socavamiento está relacionado con la profundidad a la que se encuentra el suelo firme donde construir. Si por ejemplo, el cálculo original estimó que el terreno estable para levantar las bases se encontraba bajo dos metros de fango, y resulta que estaba a tres metros, las fundaciones de esa construcción también deberán alargarse un metro. Sólo así se cumplirá con la profundidad proyectada originalmente para los cimientos", explicó.
El otro cambio importante en términos de seguridad, cree el profesor, es el reemplazo de parte del sistema de anclaje de los cables a tierra. "El problema, es que cuando el suelo no es estable no puede usarse el sistema de zapata, que es como un bloque enterrado en el suelo. En este caso se reemplazó por un sistema de pilotes que entrega mucho más seguridad".
El acuerdo también contempla que todas las instalaciones, campamentos, oficinas, mulles y boyas marinas, pasarán sin costo al fisco, el que los podrá usar para fines turísticos, de producción o mantención de la obra.