Punta Arenas atraviesa la situación epidemiológica más grave del país. Según el último informe del Ministerio de Salud, la ciudad austral es el lugar con más casos activos de todo el territorio (1.371), pese a tener 141.984 habitantes, poco más que algunas comunas de la Región Metropolitana, como Independencia o Conchalí. Ante tal panorama, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, llama a los magallánicos a extremar el uso de la mascarilla y a utilizarla incluso dentro de sus casas.
"En la Región de Magallanes estamos evidenciando principalmente contagios intradomiciliarios, de acuerdo con lo que nos muestra la investigación epidemiológica. Por eso es que, dentro de las medidas para Punta Arenas, recomendamos el uso de mascarilla dentro de la casa, sobre todo cuando el núcleo familiar es numeroso o hay integrantes que pertenecen a grupos de mayor riesgo", agrega.
"Recomendamos el uso de mascarilla en los espacios comunes, conservar el distanciamiento físico entre los integrantes de la familia y, por sobre todo, mantener una buena ventilación, ya que se deben evitar los espacios cerrados que no permitan la circulación del aire".
¿Por qué en Punta Arenas la gente se contagia dentro de sus hogares? El doctor Jorge Jorquera, médico broncopulmonar de Clínica Las Condes, explica que hay dos características del estilo de vida magallánico que lo propician: la vida social puertas adentro a causa del frío y la elevada calefacción de los espacios, lo que impide una correcta ventilación del aire. Como se sabe, el coronavirus se transmite principalmente en los ambientes cerrados, ya sea de persona a persona o a través de los aerosoles (microscópicas partículas virales suspendidas en el aire).
El epidemiólogo Gabriel Cavada, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, coincide con su colega: "Es bien curioso lo que sucede en Punta Arenas. En el resto del país, donde la situación climática es más benevolente, el lugar más seguro es estar al aire libre. Sin embargo, en Punta Arenas no pueden tomar esta acción por el clima. Si este fuera un poco más templado allá, estar a la intemperie sería mucho más seguro que acá, porque tienen un viento impresionante y la carga viral externa sería infinitamente mucho menor", sostiene.
El doctor Jorquera considera que la idea de usar mascarilla dentro de la casa, durante todo el día, es una medida impracticable para la mayoría de los chilenos. Da un ejemplo bien concreto: la imposibilidad de dormir en la misma cama con otra persona usando mascarilla. Dice que sería mejor identificar al miembro más débil de la familia (ancianos o pacientes crónicos) y protegerlo del virus. Aconseja aislar físicamente a esa persona de riesgo y usar el implemento cada vez que se interactúe con ella.
"Si hay un grupo familiar en el que todos los integrantes hacen cuarentena, ya sea porque los adultos hacen teletrabajo y los niños reciben educación a distancia, no es necesario que usen la mascarilla todo el día en la casa. Pero si hay una persona que sale a trabajar, la familia debería extremar las medidas de seguridad, como el lavado de manos", precisa Jorquera.
El médico internista Ignacio Neumann, académico de la Universidad Católica, propone otra idea. "Quizás este sea el momento para que las personas que vivan con adultos mayores los trasladen a un hogar de algún familiar donde viva menos gente. No olvidemos que esta es una situación transitoria. Durará hasta que se logre controlar el brote. También se podrían habilitar las residencias sanitarias para que las personas de mayor riesgo no estén expuestas al contagio. La mayoría de estos se producen por contactos estrechos con otra persona", ilustra.