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Casa Jacarandá de Lota

Cuenta Mario Olivares, historiador de Lota, que Isidora Goyenechea ordenó construir una casa a la entrada del parque que su marido, Luis Cousiño, dueño de la mina de carbón, había pedido trazar alrededor de la casa, como un regalo para ella. En ella viviría el guardia y fue conocida como Casa Jacarandá. "Se llama así porque está hecha con madera de jacarandá que se trajo de las Islas Canarias", explica.

Pasaron los años y la casa comenzó a tener otros usos. Primero sirvió como sala de exposición de artículos de cerámica de Lota. "También se utilizó como lugar de venta de coronas de caridad que se hacían con las flores que salían del mismo parque", explica. La casa fue ampliada y albergó incluso un pub, pero los terremotos de 1960 y del 2010 la tenían al borde del colapso.

"La Casa Jacarandá o casa del cuidador original del Parque Lota era de 85 metros cuadrados y de arquitectura de influencia Tudor adaptada a materiales y tecnología local lotina. Fue diseñada por el arquitecto K. Smith y fue construida entre 1873 y 1883", dicen las bases de licitación de las obras de emergencia para afianzarla, que redactó el Consejo de Monumentos Nacionales. Sí, la famosa casa debía ser salvada.

"Está justo en el acceso del parque. Da la bienvenida a los visitantes. Hay que imaginar que, en la época del auge del carbón, una casa de guardaparques ya representaba valores arquitectónicos e históricos que es muy importante conservar", explica Erwin Brevis, secretario técnico del Consejo de Monumentos Nacionales.

Las obras, que se adjudicaron a una empresa constructora, ya están siendo ejecutadas y cuestan $142.358.667. "La primera acción se centra en las fundaciones, para poder consolidar el suelo, y la segunda es fortalecer la estructura de madera y evitar su deterioro", cuenta. La restauración vendrá luego.

La evaluación de los daños y los primeros días de las obras dejaron al descubierto varias sorpresas arqueológicas. "Encontramos un lavadero, en el sector norte de la vivienda, que es muy significativo, porque uno de los elementos patrimoniales más relevantes de Lota son los lavaderos, como los que hay en los pabellones de los mineros", explica. También aparecieron baldosas y tuberías de cerámica que tienen inscritas la palabra Lota y que por lo tanto habrían sido fabricadas en ese lugar.

El Consejo de Monumentos Nacionales supervisa de cerca los trabajos, para evitar dañar los hallazgos. "Al empezar a sacar esa montaña de tierra, en la que ya había aparecido pasto, encontraron el lavadero original de la casa, que es como los típicos lavaderos de Lota, que tienen dos fuentes que se comunican entre sí", cuenta Elizabeth Aguilera, presidenta de la Mesa Ciudadana de Patrimonio, Cultura y Turismo de Lota.

Luego de las obras de emergencia comenzarán las de restauración y cree que a más tardar en el 2023 la casa lucirá como nueva. Aún falta decidir a qué será destinada. "Es una conversa pendiente que tenemos con la comunidad. Creo que nosotros, junto con la Corfo, que es la dueña, debiéramos pronunciarnos sobre la finalidad de la casa, sobre qué servicios nos puede prestar a las lotinas y a los lotinos. ¿Cómo le damos un buen uso para la ciudad? Por ejemplo, podría albergar una actividad que sirviera para paliar los costos de mantención del parque, que son altísimos", cuenta.

"La recuperación de la Casa Jacarandá, patrimonio emblemático e inserta en un monumento nacional, es un hito significativo que se enmarca en el Plan Lota, proceso que llevamos adelante junto a la comunidad local y a otros servicios públicos para proyectar a esta zona como Sitio de Patrimonio Mundial reconocido por Unesco, poniendo su capital cultural y patrimonial en el centro de su desarrollo", cuenta la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.

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