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Pepa Moya

María José Moya (31) está enfocada en sus entrenamientos en Portugal, pero todo el día, desde que se levanta hasta que se acuesta, le ronda el recuerdo de Giuliette, su pequeña hija, que se encuentra en Chile.

Hasta el 25 de octubre estará en la Isla de Madeira, en el Océano Atlántico, al oeste de la costa africana, para preparar una serie de torneos. Luego viajará hasta su centro de operaciones, en Canelas, un pueblo perteneciente al Concejo de Vila Nova de Gaia, dentro del área metropolitana de Oporto. Ahí estará hasta el 5 de diciembre, gracias a las gestiones del Ministerio del Deporte, que dirige Cecilia Pérez, usando las estupendas instalaciones del club local de patinaje, aunque con la pena de no poder estar cerca de su niña de 2 años y 7 meses.

La multicampeona mundial de patín carrera, más conocida como Pepa Moya, se alista para los diversos torneos que la esperan el próximo año, como los World Games, que son como los Juegos Olímpicos de los deportes no olímpicos y que se desarrollarán en Birmingham, Alabama, Estados Unidos.

Moya está especialmente interesada en llegar en buena forma a los juegos mundiales, porque quiere revalidar sus medallas de oro, en 200 metros, conseguidas en 2013 y 2017.

La velocista está acompañada por su hermana, Valentina (28), también corredora. Y se esfuerza, con tres a cuatro prácticas diarias para retomar el deporte, después de la pandemia, pero le cuesta aceptar los 10.432 kilómetros que la separan de Giuliette, la niña que tuvo con el patinador suizo Christian Oberbichler en marzo de 2018.

"Ese es el lado sensible y complejo de toda esta preparación", reconoce la medallista de oro en los Panamericanos de 2019. "Lo que más me cuesta es tener a mi hija lejos, pero tuve que venir a entrenar a Portugal, porque en Chile se hace difícil debido a que los permisos colectivos son muy pocos", agrega.

-¿Con quién está Giuliette?
-Ella está en Chile, con mis papás, Verónica Sepúlveda y Juan Moya. Giuliette está mejor cuidada que yo. Nos conectamos por WhatsApp y por videollamada. Me cuesta porque ella está lejos. Me encantaría poder viajar y estar más cerca de Giuliette, pero también sé que este es mi trabajo. El próximo año tenemos eventos muy fuertes, como los World Games, un Mundial y un Panamericano, a principios de año.

-Debe de ser duro viajar.
-Desde hace 2 años y 7 meses, que es cuando Giuliette nació, se me hace muy difícil decir chao para irme a competir afuera. Antes era fácil. Sólo le decía a mi mamá que me iba, unos meses o un año, al extranjero. Con mi hermana, Valentina, estuve cuatro años en Alemania. Ahora se me hace muy difícil y es una carga adicional a todo el estrés de estar concentrada en el extranjero, porque estoy preocupada de cómo está, de si está bien, de qué está haciendo y de qué no está haciendo. Eso es un desgaste.

-¿Ella entiende que su mamá se vaya tanto tiempo?
-Giuliette habla muchísimo y sabe que la mamá está en otro país entrenando patines. Y si le preguntas, te dirá que la mamá y la tía andan en otro país entrenando y patinando, pero que van a llegar pronto. Y cuando hablamos, ella me pregunta cómo estamos, cómo entrenamos y cuándo vamos a volver.

-¿Y cómo se siente usted?
-Hay días en que estoy más meláncolica. Otros días en que estoy más estresada por extrañar y echar de menos. También tengo que aprender a compatibilizar eso. Me ayuda mi sicóloga Claudia Larenas para estar en óptimas condiciones. No solo en el extranjero, sino que también en Chile para soportar la carga y armonizar ser mamá y los entrenamientos.

-Los abuelos están chochos.
-Mis papás está felices, la disfrutan a mil, es la regalona, la bebé y el conchito que ahora los acompaña, en la casa de San Miguel. "Ella es un encanto y se porta muy bien. Es muy simpática y buena para hablar. Reza en la noche al Ángel de la Guarda y a todos nos da la bendición. Le damos todo el amor, la malcriamos y la cuidamos como tesoro", cuenta la abuela. "Pepa llora por la niña. Yo le digo que no llore, porque el tiempo pasa rápido y que esté enfocada en sus entrenamientos", agrega.

Christian Oberbichler, el papá de Giuliette, es seleccionado suizo de patinaje sobre hielo en velocidad. "Por ahora, él vive en Suiza y yo en Chile. Eso se debe a que debo compatibilizar el deporte y los entrenamientos. De lo contrario, tendría que retirarme para ir a vivir a Suiza. Christian está haciendo la preparación de invierno para el próximo año, porque por la pandemia todos los campeonatos en hielo fueron suspendidos", explica.

-¿Cómo lo hace él para verla?
-Por videollamada. Y estuvo en Chile, desde el 15 de marzo hasta junio.

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