El viernes la estatua del general Manuel Baquedano terminó el día totalmente pintada de rojo. Pero no duró mucho así. Menos de doce horas después, la mañana de este sábado, el monumento ya lucía nuevamente un brillante y parejo color negro.
El intendente metropolitano, Felipe Guevara, confirmó que personal de su repartición había reparado la obra. "Restauramos el monumento y lo volveremos a hacer si nuevamente hay conductas de desprecio a la historia", dijo.
Pero ya antes de que la estatua amaneciera en casi perfectas condiciones, el Ejército había alzado la voz. A través de un comunicado, señaló la noche del viernes que "lamenta y rechaza y rechaza la vandalización" y pidió"trasladarla a un lugar público, cercano al Edificio Bicentenario de la institución (ubicado en Blanco Encalada 1724, en la comuna de Santiago), para que quede bajo protección y resguardo del Ejército de Chile".
No es la primera vez que hacen esta solicitud. Ya lo habían hecho tras el estallido social de hace exactamente un año. Pero no consiguieron el visto bueno del Consejo de Monumentos Nacionales.
El organismo, en su sesión del 8 de enero pasado acordó, por mayoría absoluta de votos, que el monumento se quedaba ahí.
Este sábado, a través de un comunicado de prensa, el organismo dijo que la nueva solicitud "debe ser analizada formalmente por el consejo".
El procedimiento establece -detalló- que "una vez recibida la solicitud de traslado, se debe consultar su opinión a la municipalidad respectiva", en este caso, Providencia, y que deben entregar antecedentes sobre "las condiciones técnicas del eventual traslado y del lugar al que pretende ser llevado".
También este sábado, el ministro del Interior Víctor Pérez, no entró en la disputa, pero dijo que "condenamos la falta de respeto a la figura de Baquedano".