Ambiciosa es la estrategia nacional del hidrógeno verde presentada la mañana de este martes por el gobierno durante el evento virtual "Chile 2020: Green Hydrogen Summit". Sus tres objetivos principales son, de aquí a 2030, producir el hidrógeno más barato del mundo; estar entre los tres principales exportadores para 2040 y contar con 5 GW de capacidad de electrólisis, el proceso mediante el cual se genera. ¿Por qué Chile se puede plantear esas metas tan ambiciosas?
Por una razón fundamental y otras derivadas."La producción de hidrógeno requiere agua, a la que se le aplica un proceso llamado electrólisis, con el que se separan las moléculas de hidrógeno y oxígeno. Esta reacción requiere grandes cantidades de energía eléctrica y es ante este factor donde Chile tiene la ventaja. En ese sentido, el costo de producir energía mediante sol y el viento es alrededor de un 50% menor del costo de utilizar combustibles convencionales y dado que Chile tiene un alto potencial de sol y viento, en el corto plazo dicho costo puede disminuir aún más", explica el director del departamento de ingeniería eléctrica de la Usach, Humberto Verdejo.
La otra razón es de tipo logístico. "Como Chile en el norte tiene una de las radiaciones solares más altas del mundo, podría tener excedentes en el consumo interno y exportar. En tal caso el país cuenta con una ventaja, ya que, al ser angosto, los centros de producción no distan mucho de la costa. Como el transporte más barato para grandes volúmenes es en barco, esa cercanía significa ahorros y facilita toda la logística", señala Patricio Lillo, profesor del departamento de ingeniería en minería de la Universidad Católica.
El hidrógeno se transporta como gas en estanques de compresión, ya que transformarlo a estado líquido requiere de mucha energía, lo que le resta competitividad. Su gran potencial para la movilidad está dado por la energía que genera. "Una de sus principales ventajas, además de ser inocuo para el medio ambiente, es que tiene un gran poder calorífico, que es la cantidad de energía por unidad de masa. Este es tres veces más alto que el diesel, lo que le da muchas perspectivas en vehículos que requieren alta autonomía y poco peso", señala Lillo.
Actualmente la producción mundial es acotada debido al alto costo de la energía que se requiere para hacer la electrólisis. De ahí que se usen combustibles fósiles en el proceso, lo que le resta la gran condición sustentable que tiene cuando es generado a partir de energías renovables como la fotovoltaica, que no contaminan. Cuando se ha generado a partir de estas fuentes se le llama verde, razón por la cual se le ve como el combustible del futuro. A ellos se agrega al combustionar en un motor, lo único que genera es vapor, por lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático.
Las perspectivas en un plazo de 20 años o más, sin embargo, son promisorias. De acuerdo al estudio que sustenta la estrategia del gobierno, hacia 2050 el 18% de la demanda final de energía será de hidrógeno con un mercado de US$2,5 trillones, con un potencial exportador estimado en US$300 billones.
"Chile tiene un potencial de producción de US$33 mil millones, o sea el 10% del PIB. Con esas magnitudes una industria nacional de hidrógeno solo es comparable con la del cobre", explica el ex ministro del Medio Ambiente Marcelo Mena. Tal objetivo es el de la agenda, que entre otros, contempla una ronda de financiamiento por US$50 millones, para que se inicien proyectos en el país. Además, la iniciativa proyecta hacia 2025 implementar el uso de este combustible a nivel interno para impulsar su desarrollo y comenzar a exportar en 2030. Según cálculos del ministerio de Energía, una industria de este combustible podría generar 100.000 empleos e inversiones de US$200 mil millones en veinte años.
"Para crear demanda interna, se creará un grupo de trabajo con empresas del Estado para acelerar la adopción del hidrógeno verde en ellas y sus proveedores. Asimismo, se buscará que el hidrógeno sea considerado en los procesos de política, ordenamiento y planificación territorial, en particular para levantar y resolver necesidades de infraestructura", señala el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet.