Por esas cosas del destino, un grupo de detectives de la PDI encontró este lunes un lanzacohetes antitanque en una casa de Punta Arenas. Los policías habían llegado al lugar para arrestar a un hombre investigado por un caso de homicidio frustrado. Sin embargo terminaron deteniendo al arrendatario de la casa, identificado como Christopher Aguilar Becerra (46), quien usaba el armamento como un adorno más de su living-comedor.
Aguilar quedó este martes en prisión preventiva por infringir la Ley de Control de Armas. En la audiencia de formalización, el fiscal Sebastián González expuso que el Gope de Carabineros revisó el lanzacohetes y concluyó, preliminarmente, que además estaba cargado con su munición: un cohete modelo Heat (High explosive anti-tank) "capaz de deshabilitar (perforar) tanques con medio metro de blindaje".
El armamento encontrado en Punta Arenas es muy similar al lanzacohetes antitanque Armbrust (o ballesta en alemán) que empezó a ser usado por diversos ejércitos del mundo a fines de la década de los 70, en plena Guerra Fría. Este armamento pesa 6,3 kilos sin cohete y tiene un alcance de fuego efectivo contra tanques de 300 metros. Se le considera un dispositivo de fácil traslado y desechable, ya que permite un solo disparo.
El fiscal González explicó que los peritos de Carabineros consideraron dos factores para concluir que el lanzacohetes estaba cargado: el peso del armamento y los seguros que todavía tienen las tapas de sus dos extremos. Sin embargo reconoció que todavía no había sido desarmado, aduciendo que la ciudad carece de los implementos necesarios para hacerlo de forma segura.
"Este es un delito gravísimo, uno de los más graves que contempla el ordenamiento jurídico nacional. Lleva aparejado una pena en abstracto que va de los cinco años y un día hasta los 15 años de privación de libertad", agregó el fiscal.
Cuando fue detenido, Aguilar afirmó que compró el lanzacohetes hace dos o tres años en una feria de las pulgas de la ciudad y que pagó $30.000 por él. "Lo compré, nada más, para tenerlo como adorno en mi casa, sin ninguna otra finalidad", agregó en su declaración. Al día siguiente, en la audiencia, tomó la palabra por unos segundos y reiteró ante el juez que no sabía que el armamento estaba cargado con su munición.
El abogado Ramón Bórquez, representante de Aguilar, cuestionó que el fiscal no haya presentado un informe técnico sobre la veracidad del arma y su verdadero poder de fuego. También entregó detalles sobre la vida del imputado. Contó, por ejemplo, que está soltero, que vive solo en la casa y que es padre de dos hijas, de 12 y 1 5 años, quienes lo visitan en su hogar durante los fines de semana.
El fiscal González agregó que Aguilar registra dos condenas, una por violencia intrafamiliar y otra por microtráfico.
El tribunal decretó 90 días para investigar, tiempo que el fiscal, aseguró, utilizará para ordenar análisis exhaustivos al lanzacohetes.