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En 18 minutos marinos chilenos rescataron a familia en Panamá

La bitácora informada por el buque Almirante Montt, de la Armada chilena, menciona que sólo 18 minutos pasaron entre el momento en que recibieron una llamada de auxilio por un naufragio en las aguas de Panamá y el rescate de seis personas que sobrevivían a las olas del Océano Pacífico, entre ellos tres niños de entre 9 y 12 años. Los accidentados sufrían con los efectos del huracán Eta, que afectó a Centroamérica, con lluvias, marejadas y vientos de hasta 240 kilómetros por hora, el martes pasado. Se trataba de una familia que vio cómo su pequeño catamarán, "Double down" se iba a pique en medio de un paseo.

La Armada documentó la maniobra en que sacaron del agua a las víctimas, que según las fotos se veían exhaustos y asustados. Luego los hicieron abordar el buque donde pasaron la noche sin frío ni hambre.

Dos hombres adultos y una mujer, contabilizó el periodista Jermaine Cumberbatch, quien concurrió el miércoles por la mañana al desembarco definitivo de las personas. "Era una familia, con un ciudadano peruano. Pensé que sería una nota humana, que ellos estarían agradecidos, pero se molestaron mucho porque estábamos haciendo un contacto en vivo. No dijeron nada a la prensa", dice el reportero del canal Telemetro que no logró sacarles ni una sonrisa a los salvados.

En tanto el subcomandante Félix Kirven, del Servicio Nacional Aeronaval, fue muy elocuente al destacar a los marinos chilenos por su habilidad, además de situar el accidente a 10 millas al interior "de la isla Taboguilla", un verde enclave del golfo de Panamá a 20 kilómetros de la capital. "Están estables y en buenas condiciones", añadió Kirven.

El martes por la tarde las autoridades marítimas de Panamá decretaron una prohibición de zarpe a embarcaciones pequeñas. Según una fuente del Servicio Nacional Aeronaval, el catamarán había salido a dar una vuelta temprano cuando se encontró con el huracán. Hubo contacto radial hasta que se perdió la señal. A las 14.57 horas la motonave Bakker Lady mandó una alerta: había visto a personas flotando a la deriva.

El llamado fue atendido por el Almirante Montt, un petrolero capaz de transportar 42.000 toneladas, construido en 1987 en Estados Unidos y en servicio de la Armada desde 2009. Es la embarcación más grande que haya tenido nunca la institución chilena y al mando del capitán Francisco Loyola, zarpó hace dos meses para integrarse a operaciones con la armada de Estados Unidos.

Entonces lanzó al mar una lancha "con personal idóneo", según la Armada, y logró subir a las seis víctimas a las 15.15 horas. Quince minutos después ya estaban todos sobre el buque. Personal de salud dictaminó que los accidentados estaban bien, pero tres de ellos tenían "quemaduras". Pasaron la noche en el buque y sólo el miércoles por la noche fueron entregados a los encargados locales. Los salvados estaban tranquilos, con mascarillas contra el coronavirus y visiblemente afectados.

Fernando Wilson, analista de defensa y cientista político de la U. Adolfo Ibáñez, comenta que existen acuerdos internacionales que obligan a las embarcaciones a colaborar con un rescate. Agrega que la Armada tiene personal "altamente entrenado", así como buques y helicópteros, para salvar a náufragos hasta a 200 millas en mar adentro. Destaca algunas misiones: aquella que hace un par de años recogió a 13 tripulantes de un pesquero cerca de Chiloé y el salvataje de más de 30 tripulantes a la altura de Valdivia. "Esto demuestra que el personal está debidamente entrenado para hacer un rescate rápido y efectivo", apunta.

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