¿Se acuerda del capítulo de "Los Simpsons" en donde Bart va a Australia y lleva una rana y termina siendo una plaga que se come casi toda la cosecha de ese país? Esa historia perfectamente pudo haber sucedido aquí.
Desde Guangdong, ciudad ubicada en el sur de China, viajó durante un mes una encomienda que llegó a fines de septiembre a Puerto Montt, Región de Los Lagos. Cuando al fin el paquete estuvo en las manos del receptor, este se percató que en su interior había algo más que el equipo de buceo que había comprado por la página web "Alibaba": era un anfibio vivo, rechoncho y de piel granulada.
El director del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de la Región de Los Lagos, Eduardo Monreal, comenta que el afectado, "al momento de recibir la caja y abrirla se encontró con un sapo vivo en la tapa. Esta era una compra realizada en China, a través de una plataforma de comercio electrónico".
Esa fue una de las denuncias que recibió el SAG de Los Lagos. Según el organismo, entre septiembre y noviembre de este año ingresaron a esa región siete ranas y dos lagartijas vivas al interior de encomiendas y cargas procedentes desde China y Estados Unidos.
Felipe Rabanal, herpetólogo y profesor del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral, alertó al SAG del caso del anfibio que venía en la encomienda.
"La historia parte en redes sociales, en Facebook. En esa plataforma un hombre de Puerto Montt consultó acerca de la identidad de un sapo que venía en una caja proveniente desde China", relata.
Ese mensaje activó las alarmas de la Asociación Red Chilena de Herpetología (Rech), de la cual Rabanal es presidente. "Avisamos al SAG para que se hiciera cargo del ejemplar. Luego, nos enviaron fotografías de mejor calidad y detalle, y a partir de ellas pudimos identificar que era un ejemplar de la especie Bufo cryptotympanicus . Esta se distribuye en el norte de Vietnam y el sur de China, en las provincias de Guangxi, Yunnan y Guangdong, siendo esta última la localidad donde provenía la encomienda", detalla el herpetólogo.
El ejemplar medía alrededor de 50 milímetros de largo. "La piel de esta especie es seca, rugosa, con microcorniflcaciones, que son como pequeñas espinas que tapizan la piel. Sus extremidades son cortas, y más que saltadoras son caminadoras", ilustra Rabanal.
Agrega que a este anfibio se le conoce vulgarmente como sapo. "Pueden soportar mucho mejor la desecación que las ranas, que son más dependientes del ambiente acuático. Esto explicaría cómo este ejemplar soportó dentro de una caja durante casi un mes, en su viaje desde China, sin morir deshidratado. Una rana probablemente hubiera muerto".
Monreal asegura que estos son episodios preocupantes, ya que "estas especies llegan a un ambiente al cual se pueden adaptar perfectamente, y sin depredadores, se reproducen en forma descomunal alterando la biodiversidad de la zona. Esto eventualmente desplazaría a algunas especies nativas nuestras".
"Además, podrían ser portadores de alguna enfermedad que afecte a nuestra producción ganadera, a la fauna de alguna zona o incluso al ser humano", agrega.
Rabanal complementa: "no sabemos si estos ejemplares pueden ser portadores de algún tipo de patógeno que pueda afectar a las poblaciones de anfibios locales (y otras especies animales). Si éstos animales son liberados o se escapan, o si sus fluidos llegan a cuerpos de agua o a la naturaleza, podrían potencialmente contagiar a especies locales".