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Este miércoles 18 de noviembre los gemelos Súnico cumplieron 49 años. Rodrigo celebró con su polola en Zapallar; Andrés almorzó con su mamá y sus hijas en Santiago.

"Primera vez que lo pasamos separados", comenta este último.

Sin embargo, están más juntos que antes. Volvieron a vivir bajo el mismo techo en julio pasado, luego de 24 años.

"La cuarentena nos afectó a los dos a nivel económico", reconoce Andrés.

"Decidí abaratar costos. Andrés justo había recibido un departamento de herencia de mi viejo, así que me instalé con él", cuenta Rodrigo, ex director de Programación de Canal 13.

-¿Cómo funciona la convivencia?
-Rodrigo: Ha sido un choque. Lo conversamos al principio, que separáramos las cosas, porque en un momento me empecé a sentir asfixiado. Andrés iba al supermercado y me preguntaba qué quería que comprara. O me despertaba en la mañana para que saliéramos a trotar juntos. Le dije: "Loco, estoy acostumbrado a vivir solo". Yo soy el menor, nací cinco minutos después que él, y siempre he sido el más mandón de los dos".

-Andrés: Estamos viviendo juntos por conveniencia. Yo soy de cocinar, hacer el aseo, mantener el orden. Rodrigo es más disperso. Al principio tuvimos discusiones, pero lo hablamos y funcionamos bastante bien.

-¿Es cierto que los gemelos son súper unidos y hasta piensan parecido?
-Rodrigo: Tu hermano es alguien con quien has estado toda tu vida, así es que con mirarnos ya cachamos cómo está el otro. Yo me siento afortunado de tener un gemelo. El momento más crítico lo vivimos cuando estudiamos comunicación audiovisual en el Uniacc. Andrés andaba desordenado en esa época y yo era mateo. Aparte estábamos en una etapa de búsqueda de identidad, porque siempre nos trataban en bloque, nos comparaban y eso era súper odioso. Cuando Andrés llegó a Canal 13 (fue productor de programas) a trabajar conmigo tuvimos una conversación, acordamos separar bien la parte laboral de la personal y funcionamos súper bien durante 15 años. Pero a diferencia de las gemelas Campos, jamás nos hemos peleado y distanciado.

-Andrés: Cuando éramos más chicos, alguna vez nos gustó la misma niña.

De socios

Durante la etapa más estricta de la cuarentena ambos se apoyaron laboralmente. Andrés, que es dueño de una empresa de drones, estuvo vendiendo huevos de gallina feliz y vinos. Rodrigo hizo delivery de helados. Además, innovaron con un emprendimiento online.

"Nos lanzamos con un sex shop (@toylovecl en Instagram). No es para hacerse rico, pero nos ha ido bien, todo suma. Hacemos los despachos por correo, súper reservados, porque la gente se urge todavía con el tema", señala Rodrigo.

"Mi mamá no está de acuerdo con el negocio. Reza por nosotros todas las noches. Tiene 80 años y no entiende que los juguetes eróticos son súper comunes. Mi hija mayor (27 años) nos ayuda con el negocio", suma Andrés.

Con el desconfinamiento de Santiago, Andrés retomó los drones y trabaja con la empresa Videocorp. Rodrigo vende helados con cuatro carritos ubicados en tres puntos de Santiago: Plaza Ñuñoa, Plaza Pucará y dos en el Parque Padre Alberto Hurtado. Contrata estudiantes para que lo ayuden y sumó a su hermano al emprendimiento.

"Empecé en el verano en Maitencillo y como me fue tan bien, pensé en seguir en marzo, pero vino la cuarentena y tuve que suspender todo. Andrés empieza en cuanto le den los permisos en la Plaza del Inca", relata.

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