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La profesora Marjorie Aliaga donó su piel luego de una abdominoplastía
Marjorie Aliaga, de 32 años, cuenta que después de su segundo embarazo, hace un año dos meses, no quedó conforme con su cuerpo. Por eso, decidió someterse a una cirugía de contorno corporal para retirar toda la piel extra de su abdomen. "Mido 1,63 y siempre pesé 60 kilos, pero después de mis niños quedé con 78 kilos y piel flácida", cuenta desde Iquique la profesora diferencial, quien pensaba operarse en marzo. Sin embargo, debido a la suspensión de cirugías por la pandemia, tuvo que esperar.

"Menos mal", dice, porque cuando se contactó con su médico en agosto, éste le propuso convertirse en la primera mujer en ser donante viva de piel.

"Me explicó que tenían un proyecto para que las personas que se hicieran abdominoplastías donaran la piel que les sacarían para ayudar a otros que la necesitaran. De inmediato le dije que sí. Que un pedazo de piel que para mí era inservible, que me molestaba, pueda ayudar a mejorar la vida de otras personas es maravilloso", dice la mujer que trabaja junto a su esposo en una importadora de vehículos en la Zofri.

A finales de agosto Marjorie entró a pabellón como la primera paciente del programa piloto de donación de piel viva de Clínica RedSalud y el Hospital Regional de Iquique.

El doctor Marcelo Fonseca, cirujano plástico de Clínica RedSalud Iquique, fue quien operó a Marjorie. Cuenta que esta idea surgió en febrero luego de recibir a una paciente que llegó con el 28% de su cuerpo quemado tras la explosión de una cocina.

"Necesitábamos una cobertura que no teníamos. La normativa chilena de donación de piel contempla que sea únicamente de un donante cadavérico. Si eso no es posible, se usa piel de cerdo procesada o se compra piel, pero es carísimo. En ese momento recordamos que teníamos mucha piel por un programa piloto anterior del hospital llamado "guatita de delantal", para personas que quedaban con piel colgando. Lamentablemente la paciente falleció, pero la idea se la presentamos al área de procuramiento de órganos y tejidos del Ministerio de Salud, quienes aceptaron", explica el médico.

-¿Es mejor usar piel viva que muerta?
-Sí. La donación en pacientes fallecidos se hace con una maquina que se llama dermatomo que solo saca las capas más superficiales de la piel. La donación de donante vivo, en cambio, permite sacar todas las capas de la piel y así se aprovecha la dermis, la capa más gruesa, que es inmunogénica, es decir, el cuerpo no la rechaza. Esa dermis permite cubrir huesos, tendones y se adhiere a la herida.

-¿La piel donada se trasplanta enseguida?
-No. Pasa por un protocolo. Nosotros sacamos alrededor de un 3% de piel debajo del ombligo (17 centímetros de ancho por 50 de largo). El equipo de la procura le saca toda la grasa a esa piel y la guarda en un suero fisiológico con antibióticos. Se traslada a Santiago en una cadena de frío, para una serie de exámenes, y luego va a la Comisión Chilena de Energía Nuclear para que reciba radiación y así eliminar todo tipo de organismo vivo. Luego la piel vuelve a Iquique. Cuando se va a ocupar se descongelan láminas y se injerta.

Trasplantados

Hace dos semanas se realizó la primera cobertura con piel de donante vivo a un paciente diabético que necesitaba cubrir una herida de pie diabético. La semana pasada, se operó a un paciente con una fractura expuesta de tobillo. Este viernes se realizará un tercer trasplante de piel.

"Ya contamos con otros siete donantes. Mucha gente en Chile se hace cirugías estéticas con sentimiento de culpa, pero esta donación los hace hacerlo con alegría, no con tristeza como ocurre con los familiares de los pacientes fallecidos", dice el doctor Fonseca.

"Nos enorgullece haber sido parte de este hito en la historia de la salud chilena", dice Claudio Pinto, director médico de Clinica RedSalud Iquique.

"Todo lo que sirva para obtener piel para tratar a pacientes quemados, diabéticos y niños, es fantástico", comenta Dare Turenne, cirujana plástica infantil y encargada del procuramiento de piel del Hospital Exequiel González Cortés, sobre el proyecto de Iquique.

Turenne, miembro de la Sociedad Chilena de Trasplante, recuerda que en la década del 80 se realizaban donaciones de donantes vivos, pero luego la normativa cambió por temas de enfermedades, y desde ahí sólo se permiten donantes cadáver.

"Generalmente, uno tenía dos a tres procuramientos de piel al año, pero con la nueva ley aprobada en septiembre, en la que todos somos donantes de piel, ya llevamos cinco", dice.

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