Nació su hijo, Noah (6 meses), y Lisandra Silva y Raúl Peralta (de los Power Peralta) están felices. Sin embargo, ella confiesa que algo en su aspecto no le cuadraba: "No me podía ver al espejo. Subí 25 kilos en mi embarazo y una vez que di a luz se me cayó todo, habían rollitos, la barriga gigante y estaba muy decaída emocionalmente". Se esforzó y encontró una solución. 18 kilos menos que mostró en su cuenta de Instagram (@lisandrasilva).
La reducción de esos 25 kilos comenzó a los dos meses de nacido su hijo. "Por mi trabajo como modelo siempre me ocupo de mi figura y alimentación. Raúl me dijo vamos con todo, yo te ayudo . Y me puse las pilas también con la alimentación, estoy con una dieta especial de mucha proteína; me apliqué mucho para ver resultados".
En su red social subió tres fotos (de frente, lado y espalda) en las que se aprecian los avances que ha tenido en estos cuatro meses de entrenamiento. "Después de dar vida a una criatura extraordinaria es normal que nuestro cuerpo no quede como antes. Pero podemos regresar si nos enfocamos y encontramos el tiempo para nosotras", escribió la modelo.
Martina Bisquertt (@martufit), preparadora física de Lisandra, cuenta que "con ella hicimos un trabajo muy profundo, que no sólo tenía que ver con el físico, sino también con entender y hacerla entender que su cuerpo tendría que ir de a poco, que sus hormonas todavía estaban en período de ajuste".
Y agrega que "el primer encuentro con ella fue con una Lisandra muy vulnerable con su cuerpo. Dijo que nunca se había visto así. De ahí comenzamos con el entrenamiento y ya llevamos cuatro meses".
-¿En qué consistió su rutina?
-Fuimos de a poco. Lo que menos quería es que una mamá que quiere recuperar su cuerpo, se estrese o se angustie más de lo que está. Creamos un plan de tres días a la semana por una hora, más 15 ó 20 minutos más de cardio en elíptica cuando ella quiera.
-En el caso de Lisandra, ¿qué partes de su cuerpo eran las más complejas?
-En el caso de Lisandra, y en general el de muchas mujeres que fueron mamás, nos focalizamos en trabajo de fuerza (con pesas), para darle forma al tono muscular y trabajo aeróbico para ir reduciendo grasa. En general, dependiendo de su alimentación, quedan con grasita en abdomen, espalda, glúteos y piernas; lo mismo que enfoqué en Lisandra.
La entrenadora Pepa Celedón, corrobora el punto de Martina. "Me llegan muchas mamás que quieren entrenar después de las cuarentenas tras tener a sus guaguas y siempre, siempre, el abdomen bajo es un punto crítico.
-¿Qué cuesta más bajar, Pepa?
-Sin duda el abdomen. Cuando se gesta el bebé se rompen fibras musculares que dan el sostén a la guata. Después del parto hay una pérdida de colágeno que dificulta mucho más que se vuelvan a juntar esas fibras. Incluso las más flacas quedan con grasita y la guata algo suelta en la parte baja. Las piernas y los brazos también acumulan mucho líquido.
-¿Pero se puede volver a tener el mismo cuerpo de antes?
-Depende de cada mujen Si, antes y durante el embarazo, hizo ejercicio, el cuerpo tiene memoria y puede retomar su forma; incluso hay algunas mamás que quedan mejor. Sin embargo, requiere un trabajo constante y preocuparse mucho de la alimentación.
¿Qué dice la medicina?
Para entender también cómo funciona el cuerpo de una mujer tras ser mamá, el ginecólogo de la Universidad de Chile Diego Bernales aporta que "la mujer tiene cambios bruscos en cuanto a su funcionamiento hormonal: lo que antes parecía fácil de eliminar del cuerpo, ahora se hace más difícil. La acumulación de grasa es normal durante la lactancia, pues la mujer necesita reservas de ésta para poder cumplir con el gasto energético que requiere la producción y posterior toma de leche de su hijo. Por eso es clave no subir más de 10 a 11 kilos durante la gestación y alimentarse saludablemente cuando se está amamantando para que las reservas de energía (grasa) no sean más de lo que su cuerpo requiere".