Ivana Simunovic (@ivisimunovic) y Jorge Pichara (@jorgepichara) llevan 11 años de relación. Su matrimonio civil fue el 18 de octubre del 2019.
"Estábamos pasándolo espectacular, lo hicimos en la casa, hasta que dijeron que se estaba quemando Enel. Los garzones no llegaron, así que estaba yo como novio y garzón", dice Pichara.
La pareja convivió sólo diez meses antes del matrimonio, antes era pololeo puertas afuera.
"En las familias árabes no se acostumbra a que los novios vivan juntos antes de casarse, nunca nos los planteamos", dice Simunovic.
Se casaron por la iglesia el 16 de noviembre del 2019 y ella quedó embarazada pronto (va por su octavo mes). Y la pareja, ambos ingenieros comerciales, fue bastante ordenada para tener todo más o menos listo para recibir a su hijo. Aunque la propiedad que buscaban para empezar su vida en familia tenía varios requisitos.
Lo principal era que querían que su hijo creciera con pasto y que hubiera espacio para sus tres mascotas, pero una casa les parecía insegura. Vieron algunos departamentos en primer piso, pero no les gustaron.
"Estaban a nivel de calle, eran súper oscuros y tampoco tenían vista; además encontraba súper fácil que alguien entrara, me pareció muy expuesto", resume Simunovic.
Hasta que dieron con el depthouse (ver recuadro ) de 350 metros cuadrados que hoy habitan. Una de las cosas que los conquistó de la propiedad fue la pared de doble altura que está en el living. Les surgió, entonces, el desafío de cómo decorar ese espacio.
"Llenar una pared de seis metros de alto es súper difícil. Muy linda, pero muy desafiante", declara ella. En el piloto que vieron había una repisa muy grande de madera, pero les pareció poco práctica para limpiar. "En el mismo piloto estaba llena de polvo, era un cacho", recuerda Simunovic.
Jugaron con la idea de decorar con un cuadro gigante de algún pintor chileno, recorrieron galerías por Alonso de Córdova, pero se llevaron un gusto más bien amargo.
"Había algunos pintores que se creían Picasso: nos querían cobrar ocho millones por un cuadro. Ahí yo dije que era imposible", recuerda Pichara.
Entonces, Simunovic pensó en una gigantografía. Fueron hasta la tienda Papelaria Home de Vitacura, contaron su idea y les ofrecieron diseños. Escogieron uno que no diera la sensación visual de que la pared se achicaba. La mandaron a pedir a Francia y tras dos meses, llegó.
"Fue una opción rápida y fácil. Es imponente y marca súper bien la pared", describe ella.
Le pusieron un marco negro "simple, que quedara encachado", dice Pichara, pero no un vidrio. "A esa altura y de ese tamaño, hacemos una junta, se cae y los matamos a todos. Chile es un país de temblores, esa fue otra razón para no poner la repisa", resume él.
-Jorge, ¿hubo alguna idea para decorar que le tincara a Ivanna y a ti no?
-Me gustan mucho los espejos, pero no arriba de la cama, jajá. La pared que está al lado de la gigantografía yo la espejaría entera para aprovechar la vista, porque si miras por esa pared, se ve la cordillera. Pero Ivana me dijo que no, que era mucho espejo.
¿Qué tiene un depthouse que una casa no?
Un depthouse es como una casa, pero con las comodidades de vivir en un edificio: seguridad, entrada compartida por todos los residentes y mantención por parte de la administración de las áreas verdes, lo que para Ivana Simunovic es menos responsabilidad sobre sus hombros.Han hecho lazos con los vecinos, asunto que ellos creen es más difícil en un edificio. Con ellos hacen asados y reuniones de vez en cuando.
"Una vecina amiga de la Ivi es de Croacia y le decía que no sabe por qué en Chile se ve tan común ser infiel: sales sin la polola, la engañas y es algo normal, pero yo nunca lo vi así. Nuestra relación siempre fue de vernos todos los días, estudiamos lo mismo y no nos costó formar lo que estamos formando. Si la Ivi me dice que veamos la ropa de la guagua, la vemos. Hacemos los mismos panoramas", afirma Pichara.