Aunque la distancia social ha sido uno de los términos de moda este 2020, es muy probable que el conflicto en los hogares haya sido por la que bien podría llamarse distancia laboral. Esto es, el espacio vital y necesario que los teletrabajadores que aparecieron este año exigió al resto de su familia.
¿Cuánto espacio? Aunque no hay una regla general, según la Workplace, Health, Safety and Welfare Regulations del Reino Unido del año 1992, los empleadores tienen la responsabilidad de entregar un mínimo de espacio de trabajo de 40 pies cuadrados por persona, lo que corresponde a cerca de 3,7 metros cuadrados.
Espacio más o menos
"Hablar de espacio por espacio es bien simplista", explica el doctor en Ergonomía Ignacio Castellucci,
director del Centro de Estudio del Trabajo y Factores Humanos de la Universidad de Valparaíso. "El valor del espacio está determinado por un montón de factores, pero en general si hablamos de 3,7 metros cuadrados como área de trabajo es más que suficiente", agrega.
Considerando el bienestar del ser humano, más que tener un sector espacioso es más relevante dónde está ese espacio y cómo se equipa.
Sobre lo primero, Castellucci es concreto: ojalá lo más separado del mundo.
"El gran problema del espacio no tiene que ver con las dimensiones, si no con qué tan aislado puedes estar en la casa", dice. "Cualquier rincón sirve para trabajar, pero es ideal que esté aislado del resto, evitando que la luz solar genere problemas o con suficiente ventilación".
Silla y mesa
Cuando se habla del equipamiento del espacio, lo primero que hay que asegurar es poder sentarse cómodamente, con suficiente espacio para ajustarse al escritorio y variar las posturas de trabajo."Lo que se busca de la silla de trabajo es la ergonomía, lo que está definido por el número de regulaciones posibles. Que se pueda subir la altura de la silla, ajustar los apoyabrazos e incluso algún tipo de soporte lumbar", describe Cristóbal Herman, gerente general Santiago Staging, empresa especializada en diseño y habilitación de oficinas.
A eso se le suma el escritorio. Y si bien todo el mundo tiene de distintos colores, tamaños y formas, un espacio de entre 80 y 120 centímetros de ancho está bien.
Más importante es la profundidad de la superficie, la que no puede ser menor a 70 centímetros, explica Castellucci.
"El escritorio debe tener una profundidad suficiente para poder descansar o apoyar el antebrazo mientras escribes. Antes, la gente tenía un mueble para computador con el teclado de abajo. Esos son pésimos, porque con ese teclado no se puede apoyar el antebrazo. Los brazos se apoyan en el escritorio, el que debe ser lo suficientemente profundo para que quepa el teclado y los brazos cómodos", argumenta el especialista en salud laboral.
El académico incluso suma a los requerimientos el uso de escritorios regulables.
"El objetivo del escritorio regulable es variar la postura de trabajo de manera constante, ya que el sedentarismo se está transformando en un gran problema. Se pasa demasiado tiempo sentado, si sumamos trabajo, comer, ver tele, etcétera", asegura Castellucci.
El nuevo pucho
"El tema del escritorio regulable no es menor, pues es para muchos la mejor solución para mejorar la conducta sedentaria y que es uno de los grandes problemas de salud que existen hoy", asegura Ignacio Castellucci, director del Centro de Estudio del Trabajo y Factores Humanos de la Universidad de Valparaíso.Bajo el concepto "Sentarse es el nuevo cigarrillo", y que asocia la falta de movimiento en la vida sedentaria con problemas cardíacos y derivados, la idea de los escritorios regulables es variar la postura según el tipo de actividad que tienes que hacer.
"Hay actividades que se pueden hacer de pie, como tener reuniones o leer correos, por ejemplo. Y si bien uno suele escribir sentado, la idea es que si vamos a implementar nuevas formas de trabajar, se pueda mejorar lo que tenemos. En ese sentido, un escritorio fijo limita una forma dinámica de trabajar", agrega Castellucci.