El domingo, Deportes Antofagasta y Wanderers igualaron 1-1 en el estadio Calvo y Bascuñán y varios hinchas extrañaron a Felipe Flores, delantero nortino, quien había sido padre 48 horas antes. El elenco puma, empleador del futbolista, entendió su situación y lo dejó tranquilo para que, junto a su pareja Claudia Rivera, vivieran la llegada del primogénito Facundo Ignacio.
"Nació el viernes en Antofagasta, pesó 3,423 kilos, midió 50 centímetros, y el domingo obtuve el alta médica. Felipe es un siete, donde estoy con el Facu ahí estáél. Se preocupa de cada detalle. Los pañales, la toalla para limpiarlo, que me hidrate, que me alimente bien, es de tomarlo en brazos y sacarle los chanchitos. Han sido unos días de paternidad súper compartida. Somos un muy buen equipo como padres. Felipe me entiende, me dice que trate de descansar y él se queda con Facundo. Nos turnamos para levantarnos. Facundo es el fruto de nuestro amor", cuenta Claudia.
"Como papás primerizos estamos en las nubes, experimentando un sentimiento indescriptible. Desde mirarlo, tenerlo en nuestros brazos, ver sus ojitos. Es algo hermoso, bello, nos ha unido demasiado. Obviamente estamos agotados, pero también maravillados. Es un proceso que desde el principio agota mucho, y más en los últimos días antes de nacer. Esto de cómo recibirlo, cómo iba a resultar el parto, agota, pero salió todo muy bien. Estamos muy contentos, nuestras familias igual. Todos pendientes y emocionados", confiesa la novia de FF17.
Felipe y Claudia se conocieron por amigos en común en un viaje a México, mantuvieron el contacto y resultó ser que eran vecinos de condominio en Santiago. Ella trabajó como enfermera en la clínica Las Condes y hace dos años optó por irse al norte con el ex delantero de Colo Colo. Luego de varios años de relación, nació su primer hijo, Facundo, nombre que eligieron de común acuerdo porque les gustó que lo llamen Facu. Además, mantendrá el FF17.
"Estamos solos los tres en Antofagasta y el club lo autorizó para no jugar el pasado domingo. Entendieron que había un agotamiento y Felipe pudo vivir todo este proceso del nacimiento conmigo. Este lunes fue a inscribirlo al Registro Civil, pasó a la farmacia, el supermercado y después a hacerse un PCR porque este miércoles juegan en Coquimbo. Esta semana iban a viajar mis padres, con pasajes comprados, después los papás de Felipe, pero con la pandemia se complicó todo", cuenta Claudia Rivera.
"La noche del domingo fue la primera de los tres en la casa y fue bien agotadora. Facundo se despertaba a cada rato, durmió poco, quería papa, despertaba de nuevo. Me dormí a las ocho de la mañana. No es fácil adaptarse, pero hay que ser tolerante, ir agarrando el ritmo y Felipe está muy compenetrado con su función de papá. Ayuda en todo, está pendiente de alivianarme la carga", agrega.
La pareja, dada la contingencia sanitaria, optó porque su hijo naciera en Antofagasta y permanecer en el norte durante las fiestas de fin de año. Se han refugiado en las amistades y el club. También esperan que la pandemia se controle aún más para que lleguen sus respectivas familias a conocer al nuevo integrante.
"Salió todo bien, aunque la espera fue muy larga. Pensamos que iban a ser 37 ó 38 semanas y fueron 40. Hicimos coincidir todo para que Felipe estuviera en Antofagasta y no de viaje. Esperamos, nos programamos, tuvimos antes una falsa alarma, hicimos cambio de planes y el doctor nos dijo que sería parto programado. Nos explicó que cuando un bebé es muy sano se mueve mucho y habitualmente se enrollan con su cordón. Eso demoró que saliera antes. Consideramos que era un riesgo viajar a Santiago y además teníamos todo acá en el norte, desde el coche, la cuna, la ropa, y mejor optamos por una clínica local", contó Rivera.