La diseñadora Paulina Mónckeberg (60), creadora original de la agenda para niñas y adolescentes "Pascualina" -hit en los años 90 y 2000- asegura que esta es la primera entrevista en profundidad que concede a un medio de comunicación en 30 años.
El motivo, dice, es que siempre quiso mantener un bajo perfil para que el protagonismo lo tuviera Pascualina, la entrañable bruja que desde 1990 creció a la par de miles de niñas y adolescentes que cada diciembre le pedían al Viejo Pascuero la codiciada agenda anual.
Tras editarla por 30 años, aparece un buen motivo para que su creadora se anime a salir del anonimato: el lanzamiento de su libro "Paska", que relata una renovada historia de amor europeo de la carismática Pascualina, ya convertida en una mujer de 18 años.
Mônckeberg cuenta que comenzó a escribir "Paska" (@yo_paska en Instagram) en julio, durante la cuarentena; según dice, este libro viene a cumplir con un desafío personal que tenía pendiente: dar el salto desde el cómic a la novela. "Ahora ella relata cómo ve el mundo desde su esencia y en primera persona. Cuenta su historia con Andriev, un agente del servicio de inteligencia de Rusia, de quien se enamora sin conocer sus intenciones mientras participa en una gira por Europa con su compañía teatral".
En el año 2017, la marca Pascualina fue comprada por la empresa estadounidense The Pinkfire, que actualmente comercializa una renovada agenda. En ese entonces, dice Mônckeberg, "la dejé con 18 años y con su amor definitivo: pensé que ya había cumplido un ciclo con ese formato".
-¿Por qué hacer la novela después de 30 años?
-La idea estuvo desde la segunda agenda "Pascualina" (1993), pero cada año iba creciendo la demanda y se fue postergando. El personaje inicialmente se creó para la agenda de un solo año; pero luego la siguieron pidiendo. Nunca me imaginé que duraría 30 años conmigo. Pues hoy sigue con su nueva marca.
-¿Por qué cree que Pascualina marcó a tantas lectoras?
-Porque se identificaron con el personaje y con lo que ella estaba experimentando en su adolescencia. Ella fue creciendo al mismo tiempo con sus seguidoras, las que hoy deben tener un promedio de 30 años. Además, detrás había un equipo de trabajo muy dedicado y detallista.
-¿Qué responde sobre los mensajes supuestamente "conservadores" de la agenda?
-Era una forma de responder de modo abierto y transparente a sus propios conflictos por los cuales consultaban. El target de Pascualina siempre fueron niñas de 11 y 12 años. Estas lectoras se hicieron amigas de Pascualina, tanto, que le escribían cartas que relataban sus emociones y problemas. Recibíamos 7.000 cartas cada año. Las primeras ocho agendas no contenían ningún mensaje. Llegó un punto que no dábamos abasto para contestarles. Así que escribimos respuesta tipo, porque muchos de los problemas eran transversales.
-¿Qué tipo de problemas?
-Las niñas -que tenían 11 y 12 años- contaban que sus novios, de 18 0 19 años, les estaban pidiendo tener relaciones sexuales a cambio de quedarse con ellas. Hay un contexto: en los años 90 la mayoría de los padres comenzaron a salir a trabajar o a separarse; estas niñas se sentían solas, estaban carentes de afecto, querían quedarse con el novio. Esas orientaciones las empezamos a incluir en la agenda. ¿Cómo les hacía entender yo que no cedieran al chantaje del novio? Porque las niñas de 17 0 18 años que hagan lo que quieran, ¿pero con las de 11 años que estaban preguntándote qué hacían en esos casos? Hicimos varios focus group con padres para asegurarnos que aprobaran tocar estos temas y ellos nos dieron luz verde.
-¿Qué decían los mensajes?
-Eran sobre muchos contenidos, de acuerdo a las preguntas de ellas, desde el respeto por los padres, amistad, novios, hasta drogas y alcohol. Eran orientaciones con la intención de proteger la infancia. Teníamos un equipo multidisciplinario. Por ejemplo: para que niñas -insisto, de 11, 12 años- no cayeran en la droga o el alcohol: "No te des alegría artificial, no necesitas el alcohol". O "no evadas la realidad con la droga, afróntala, tienes la fuerza en ti misma".
-¿De dónde surge la polémica?
-Hubo unas jóvenes de 18 y 20 años que en el 2016 viralizaron estos mensajes, que estaban escritos para niñas de 11 años en el contexto de que estaban iniciando su vida sexual con jóvenes de 19 años. Lo que hoy es un delito.
-¿Qué fue lo que más le molestó?
-Dijeron que los mensajes venían tan chicos en la agenda para que los padres nos los vieran. El motivo de eso es que las niñas pedían cada año más espacio para escribir, pero si agregábamos más páginas encarecíamos la agenda. Entonces achicamos las letras. Lo otro fue la acusación de que su contenido estaba influido por una institución espiritual religiosa (Opus Dei), a la cual yo supuestamente entregaba mis "cuantiosas ganancias".
-¿Qué responde a eso último?
-Pascualina siempre perteneció a una sociedad anónima; no pertenece a ningún movimiento espiritual o religioso. Mis socios pertenecían a distintas organizaciones e ideologías. Nunca hubo una mano negra. Eso de las "cuantiosas ganancias" es un total fake news. Todo lo que yo ganaba lo invertía en la imprenta - que era carísima, porque el tiraje de las agendas era altísimo y crecía cada año- y en ayudar a muchas lectoras. Teníamos una iniciativa de pagar los estudios a muchas niñas sin recursos.
-¿Cuál es la fake news?
-Que si hay una institución que te orienta en tu vida personal, esta tenga la propiedad de la marca o la intencionalidad de influir en lo que haces en tu trabajo. De hecho, nosotros sacamos una agenda entera sobre hinduismo, lo pusimos como parte de la riqueza cultural del mundo. Que en los mensajes había una influencia subliminal y que la marca pertenece a una institución ideológica son fake news.