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Facundo Imboden está de novio a los 40

Facundo Imboden (40) dice que una de las grandes espinitas que le quedaron después de abandonar el fútbol profesional es no haberse retirado en Universidad Católica. Hace 15 años, el defensa argentino levantó la copa con los cruzados luego de una definición inolvidable con Universidad de Chile, que terminó a favor de la UC tras lanzamientos desde los doce pasos.

Fueron casi cinco años los que estuvo el ex jugador de Boca Juniors en San Carlos, siendo uno de los referentes junto a sus compatriotas Polo Quinteros, Darío Conca, Tati Buljubasich y los chilenos Jorge Ormeño, Pancho Arrué, Eduardo Rubio, entre otros de los dirigidos por Jorge Pellicer.

"Hicimos una gran campaña. Llegamos invictos a la segunda final con la U, que nos venció durante el partido, pero que ganamos con esa definición del Polo. Fueron mis mejores años en el fútbol vistiendo la camiseta de la UC, pero me quedó esa deuda de no poder retirarme en San Carlos. Bueno, las cosas no se dieron. Yo me lesioné en 2009 y al final de esa campaña los dirigentes querían que continuara, pero el Fantasma Figueroa no me tenía en sus planes. En 2010, el Fantasma se fue y llegó Juan Antonio Pizzi, pero ya estaba fuera. Después intenté volver, pero no se dieron las cosas. No hay dramas en todo caso, pero es algo que quedó pendiente", dice Imboden desde Castelar, donde reside en Argentina.

Tras su paso por la UC, el zaguero zurdo jugó por Gimnasia y Esgrima de La Plata y Ferrocarril Oeste. En 2011 se fue a Ecuador para defender a Deportivo Cuenca, donde colgó los botines al año siguiente.

Inmediatamente después de dejar el fútbol, la vida de Imboden dio un giro total. Un infarto de don Jorge, su papá, lo llevó a hacerse cargo de la actividad familiar.

"Me saqué los zapatos de fútbol y al otro día estábamos viendo a mi viejo, a quien se le taparon tres arterias. Le pusieron cuatro stents coronarios, así que tuvimos que comenzar a cuidarlo mucho. Ahora está bien, pero con mi mamá (Mirta) son de la población de riesgo y nos hemos preocupado bastante de ellos durante toda esta pandemia", dice Facundo.

-El infarto de don Jorge cambió todo.
-Sí, porque me tuve que hacer cargo de su empresa de demoliciones. Por eso digo que jugué mi último partido como profesional en Ecuador y al otro día estaba metido en las obras.

-Pero supongo que sabía cómo se maneja la empresa.
-Nada. Absolutamente nada. Alguna vez lo había acompañado a sus obras, pero no tenía idea de nada. Así que me tuve que preparar, tomar el mando, seguir sus consejos y ponerme a cargo de las obras. Pero aprendí y ahora estoy dedicado a la empresa de demoliciones.

-¿De fútbol nada?
-Sigo jugando torneos seniors con los ex jugadores de Boca Juniors, pero hace dos años sufrí la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. En Chile, en 2009, me pasó con la rodilla derecha, así que ahora estoy parejito (ríe). También, desde hace seis años, trabajo con chicos en una escuelita de fútbol del club GEI, donde entreno a niños de 4 a 12 años. Lo hago para estar vinculado al fútbol y el próximo año quiero hacer el curso de técnico, pero ya veremos.

-¿Y en lo personal?
-Muy bien con mis hijos. Abril ya tiene 17, Lucas 14 y Morena 11. Lucas es chileno y cuando fuimos a ver la final de la Copa América de 2015 fue el único celebró. Fuimos con un grupo de amigos y él se vino feliz a Argentina. El resto nos vinimos con bronca (ríe). Hace dos años que estoy de novio con Romina, así que bien en ese aspecto.

-¿Dónde conoció a Romina?
-En la escuelita de fútbol. Ahí nos vimos por primera vez. Ambos estábamos separados. Ahí comenzaron los primeros acercamientos. Yo creo que pasaron unos ocho meses hasta cuando comenzamos a salir.

-Salió tímido, Facundo.
-(Ríe) Es que lo llevamos con calma. Nuestra primera cita fue en un restaurante, nada del otro mundo porque somos seres muy sencillos. Y ahí ya comenzó todo. Así que estamos muy felices en estos años que llevamos juntos. Ella es de Córdoba y ahora en pandemia estuvimos más juntos. Para ella el encierro fue más complicado, pero nos complementamos bien. Todo este tiempo nos sirvió mucho para poder conocernos más y entendernos mejor.

-¿Qué decían sus hijos?
-Mis tres hijos bien y los dos de Romina (Victoria y Juan Ignacio) también. Salimos a andar en bicicleta e inventamos cosas para poder pasarlo bien en estos tiempos que son complicados. Leía que la vacuna para el Covid ya llegó a Chile y acá nada. La Navidad la pasamos juntos, como ha sido la tónica todos estos meses y fue una celebración increíble.

-¿Después que pase la pandemia, qué les gustaría hacer con su novia?
-Viajar. De hecho tenemos un viaje pendiente a Chile con Romina y los chicos. Me gustaría llevarla a conocer La Serena. Una vez, creo que fue en Las Tacas, estuve de vacaciones ahí y me encantó. Bueno, Viña del Mar también. Así que apenas podamos, nos arrancamos todos a Chile, aprovecharé de ver a muchos amigos que dejé cuando estuve en la Católica.

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