Kathy Contreras (30) reconoce que se compró su primer auto sin saber manejar muy bien, haciendo el curso en paralelo. Era una época bien ocupada, finales de 2014 y ella, además de su trabajo en televisión, estaba asistiendo a clases de teatro. Así que, en las salidas con el instructor de manejo de la escuela donde se matriculó, reconoce que no pescaba mucho.
"Estaba cansada, a veces dormitaba en las clases teóricas". ¿Las prácticas? Ni recuerda al instructon "No tuve mucho feeling", recuerda. Un par de meses más tarde, ya en 201 5, la modelo conducía su Mazda2 cero kilómetros cuando tuvo su primer choque: no vio un disco Pare en Ñuñoa. Le topó la puerta a otro vehículo que venía por su izquierda en la intersección contraria. Su auto sufrió pérdida total, pero gracias a los airbags a ella no le pasó nada y tampoco a las personas del otro vehículo.
Recuerda que quedó tan afectada que una vecina que la vio en shock la llevó a su departamento para hacerle reiki. "Estaba sobrecargada de pega. Me iba de candidata de reina de Colina, estaba saliendo de hacer yoga. Casi que me venía almorzando en el auto y no tenía puesta mi atención plena en el manejar", reconoce.
Unos cinco meses más tarde, en otro Mazda2 que le devolvió el seguro, tuvo el segundo accidente. Iba por una autopista, en la pista rápida y quiso a cambiarse al carril del medio. "No vi el punto ciego y choqué a un auto, adentro iba una familia que se volcó. Recuerdo que solté el manubrio y apreté el freno". Otra vez los airbags ayudaron a que nada grave pasara, pero de nuevo su auto sufrió pérdida total.
Dice que ese fue un punto de inflexión. "Fue un error que podría haber sido peor, pero me sirvió para un aprendizaje", admite. En 2016, con la plata de su paso por el reality "¿Volverías con tu ex?'" , se compró un Volkswagen Beetle usado. "El auto de mi sueños", asegura. Pero no le duró más de un mes y medio. Esta vez no fue un accidente, sino que "el auto se detenía a cada rato (no lo podía manejar bien). Eso lo vi como un aviso", recuerda. Conducía por el centro cuando decidió que no lo quería más. Llamó a un mecánico amigo, le pidió que fuera a buscarlo y lo pusiera en venta. Ella tomó una micro y volvió a ser una peatona. "Estaba volviendo a la realidad", comenta.
Desde entonces no ha vuelto a tomar un volante. Para ella, tener un auto ahora no es una decisión cualquiera y quiere que la gente sepa que se puede tardar mucho en aprender a conducir, pero que hay que hacerlo bien y que, al salir a la calle, deben hacerlo con seguridad.
-¿Qué fue lo positivo de esa experiencia?
-Que no hubo ninguna pérdida de vidas y eso se lo debo a algo superior. Hoy yo elegí no manejar, eso me permite saber que si llego a tener hijos, voy a tener las precauciones antes de lanzarme a conducir de nuevo. Tomar la determinación de comprar un vehículo y ponerse a manejar no es cualquier decisión.
-¿Quedó algo traumatizada?
-No he vuelto a intentarlo desde que dejé tirado el Beetle, tampoco tengo las lucas que tenía en ese minuto. Pero hoy me adapto súper bien a andar en Metro, con mascarilla y los resguardos.
-¿Cómo se sentía al andar en otros vehículos?
-A veces me daban ganas de decirle al conductor si podía ir más lento, pero no tengo por qué tirarle mi miedo a otros. Me da susto ir de copiloto, pero no digo nada. No quiero traspasar mi miedo y por eso tengo cuidado.
-¿En qué situación volvería a conducir?
-Me compraria auto solo si tuviese hijos, porque es lindo llevarlos al jardín y no podría endosarle toda esa responsabilidad a mi pareja. Justo ahora me cambio de casa y me gustaría formar familia. iYa les avisé a mis vecinos que escondan su auto! Pero me voy a dar todo el tiempo del mundo esta vez en aprender bien.
Decisiones rápidas
Alberto Escobar, quien es master en seguridad vial de la FIA Foundation, explica que la seguridad es clave al conducir. "Uno toma entre 17 a 18 decisiones por kilómetro, desde cambiarse de pista a señalizar", comenta. Según los datos que maneja, "entre el 5% y el 7% de las personas nunca van a aprender a conducir porque se ponen muy nerviosas".A su juicio, sólo un conductor seguro y experimentado debería acceder a las autopistas, ya que "las escuelas de manejo no pueden enseñar a los alumnos en ellas. Por eso, se considera que un conductor verdaderamente lo es cuando tiene unos cinco años de experiencia".