La voz se le oye abatida a Lana Jozic. "Estoy cansada", advierte desde Europa.
Es ya de noche en Zagreb. Y la hija de Mirko Jozic, campeón de América con Colo Colo, tiene razón.
La cosa ha sido dura en Croacia este 2020. En el mundo lo ha sido, claro, pero ella que vive allá siente que todo cuesta el doble.
Este martes el país sufrió un terremoto 6,4 con epicentro en la ciudad nortina de Petrinja, que destruyó casas, dejó miles de damnificados y terminó con la vida de siete personas.
"Hay muertos, desafortunadamente, dos niños", dice Lana y se emociona.
"La gente se quedó sin casa y no podrán arreglarlas porque están en el suelo, no existen. Los hospitales ya están llenos, porque los últimos meses estamos súper mal con el coronavirus en Croacia, hay 1.600 enfermos diarios", agrega Lana sobre la segunda ola que tuvo su peak el pasado 10 de diciembre (4.620 casos nuevos ese día).
-Croacia es pequeña, es mucha gente enferma.
-Somos 4 millones de habitantes. Imagínate cuánta gente hay en los hospitales y con esto se llenan más. Mientras ve las imágenes que llegan de Petrinja, Lana les da comida a sus hijos Mateo e Ivano, y cena con su padre Mirko y su esposo Tonci. Se fueron en familia a la zona costera para estar a salvo. En el papel, claro.
El martes el terremoto lo vivieron en la capital Zagreb, a 40 kilómetros del epicentro.
"No estamos acostumbrados a los terremotos. En marzo hubo uno en Zagreb, un 5.5, con 20 mil personas que quedaron sin casas", recuerda.
Hace días se sintieron dos, el lunes hubo réplicas y el potente fue el martes. "Acá estamos en invierno y ayer estaba súper lindo el día, tranquilo. Mi papá con mi marido fueron a comprar unas cosas para el año nuevo, nuestro hijo mayor estaba con su abuela y yo me quedé con el chiquitito en el departamento, en el tercer piso", dice Lana.
-¿Qué ocurrió?
-Pasadas las 12 oí como que venía algo. Sentí temblar un poquito, pero de repente se sintió tan fuerte, el niño se asustó y como estoy operada no pude levantarlo, me sentí súper débil y mal porque no podía hacer nada, solo abrazarlo. Duró harto, unos 20 0 30 segundos.
-¿Muy fuerte?
-Sí, muy fuerte. Se movía de arriba abajo, como una marea, pero súper fuerte.
-¿Y Mirko, su papá?
-El niño se asustó. Una muralla del departamento se trizó, pero creo que es más cosmético, se cayó la primera capa que dejamos en el suelo. Bajamos, no había comunicación. Al rato me llamó Tonci y me dijo "¿estás bien?". Le oía súper mal, yo le gritaba "iestamos bien!". Porque mi papá y mi esposo no cacharon que era un terremoto y estaban caminando en la vega y la gente empezó a correr y a gritar.
-¿Qué dijo su esposo?
-Tonci me dice "nos asustamos porque pensamos que era un terrorista que había matado a alguien", hasta que alguien gritó"iterremoto, terremoto!" y trataron de llamarme y no podían. Vieron un auto aplastado por una chimenea que se cayó de una casa, ya que acá en Croacia hay mucha arquitectura antigua. Los semáforos no trabajaban.
-¿Y su madre?
-Mi hijo mayor estaba con ella, hablé con ella y estaba más o menos, porque el departamento de ella no está tan bien, tiene más fisuras del primer terremoto de marzo. No lo pueden arreglar, porque luego vino la pandemia. No sé. Ya creo que es mucho, la pandemia, después el terremoto, lo del cáncer, ahora de nuevo otro terremoto. Ya paren, desde febrero que estamos así, más o menos, no hay paz y necesitamos paz, que pare.
-¿Cómo ve a la gente?
-Como que sicológicamente la gente está súper mal. Yo entiendo que algún chileno diría, "no, yo no me levanto de la cama si es un 6.5", pero es diferente, porque fue cerca de la superficie, a 12 kilómetros. Nos llamaron de otras partes, que se sintió en Italia, Eslovenia, Bosnia Herzegovina, Serbia.
-¿Cómo llega la ayuda?
-Se necesita ayuda, dinero para Croacia. Hay una forma de ayudar a mi país a través de la cuenta de la Cruz Roja Internacional, que en Instagram es @eu.for.you